Opinión / Los golpeadores de Peña Nieto - LJA Aguascalientes
24/11/2024

Alguna vez escuché que los ánimos y la juventud de los años sesenta habían acabado en México, no hasta hace poco se juzgó que a los nuevos jóvenes del milenio entrante eran la llamada Generación X, esto sugería una juventud alejada de la política, apartada a la responsabilidad ciudadana y con una actitud conformista con cada gobierno entrante, entre otros atributos. Sin embargo, hace unos días en varios lugares de la República Mexicana varios ciudadanos, entre ellos mucha juventud, se levantaron con un mismo propósito: no a Enrique Peña Nieto.

Un grupo de casi 150 jóvenes nos reunimos en el jardín Piedra Lisa en Colima, Colima, ayer sábado 19 de marzo desde las 11:00 horas, todos motivados por un grupo creado en Facebook titulado Marcha anti-EPN Ciudadanos contra los medios que ocultan la verdad (Colima). Las cartulinas con mensajes como “Su compromiso es con Salinas”, “Atenco no se olvida”, “Televisa te idiotiza”, máscaras de Salinas de Gortari y Anonymous se empezaron a crear, inmediatamente cada asistente que llegaba tomaba una cartulina y empezaba a escribir o a caricaturizar al candidato del PRI; todos compartíamos plumones, pintura, cinta adhesiva. Antes de comenzar la marcha una joven tomó la voz y empezó a poner las reglas: no caer en provocaciones, si alguna persona comenzaba a atacar todos se sentarían en el piso para evidenciar a los agitadores, estaba prohibido hacer publicidad a cualquier partido político. A unos metros de donde nos juntamos en su mayoría jóvenes, una banda de metales y alientos y gente a favor del priísta también preparaban su marcha, estos últimos convocados en el mismo lugar por Martín Flores, dirigente del PRI en Colima.

En punto de las 12:00 horas empezamos a bajar por Calzada Galván hasta llegar a la avenida Madero y de ahí, nuestra meta era llegar al Jardín Libertad. Conforme la movilización recorría las calles de la ciudad empezaron a surgir distintas consignas, alternándose unas con otras: “¡No vendas tu voto!”, “Se ve, se siente que Peña es delincuente”, “¡Voto vendido, pueblo jodido!”, “Somos libres no acarreados”, “EPN, Colima no te quiere”. Unas calles más adelante a un joven se le arrancó un cartel y el agresor empezó a huir por las calles de la ciudad, un grupo de fotógrafos lo siguieron mientras que se les pidió a los manifestantes no seguir al individuo. El grupo siguió mostrando carteles a los automovilistas y a la gente que salía de sus casas para vernos marchar. Arribamos a la avenida Madero y los gritos eran cada vez más fuertes y envolventes, mucha gente comenzó a salir de los negocios y nos veían pasar, tomaban fotos.

Llegamos al Jardín Núñez y subimos a la banqueta con el fin de que una serie de automovilistas que venían detrás de nosotros consiguieran pasar, volvimos a tomar Madero y la meta, el Jardín Libertad, nos esperaba. Sólo a dos cuadras de distancia de nuestro destino  un grupo de hombres comenzaban a acercarse hacia nosotros, un joven traía una lámina y el hombre, que había arrebatado el cartel, estaba entre ellos. Desde las ventanas de un hotel cercano, desde los comercios, mucha gente veía que los dos grupos estaban cada vez más cerca. Nos comenzaron a atacar: el joven aventó hacia nosotros la lámina, dos hombres arremetieron a golpes contra un par de mujeres, algunos jóvenes más fueron golpeados; nosotros nos replegamos, algunos acudieron al auxilio de los agredidos y, nos sentamos a mitad de la avenida, la policía casi nula,  situándose entre los agresores y nosotros, se empezó a preguntar qué medidas se tomaban en estos casos, por supuesto, no hubo detenidos. Estuvimos gritando por espacio de media hora, advertíamos a los mirones para que supieran quién es realmente Peña Nieto, algunos negocios cerraron completamente por miedo a algo peor. Finalmente la policía nos recomendó seguir por calles aledañas, el grupo ya había disminuido considerablemente y sólo unos cuantos seguimos juntos intercambiando correos electrónicos hasta que nos fuimos separando. No hace falta decir que no llegamos a nuestro destino: Jardín Libertad.

Pasaron algunos minutos y regresé al centro de Colima: tenía que escuchar lo que diría el candidato priísta a la presidencia que ese mismo día se iba a presentar en Colima. Mientras iba abriéndome paso entre la gente escuché el cierre del discurso de Peña Nieto: “Demuestro invariablemente respeto a todos los mexicanos, lo mismo de quienes están a favor del proyecto que encabezo, como para aquellos que eventualmente tengan diferencias y disientan de este proyecto.”

Las marchas en distintos lugares de la República demuestran que la gente está realmente harta de la situación que vive el país. Durante las pasadas elecciones no hubo movimientos de esta naturaleza previos a las votaciones, ni siquiera soy capaz de recordar si antes en alguna elección las hubo; hoy grupos de gente salen a marchar con un único propósito: ser ya otro país. Gente que no admite volver a gobiernos donde la libertad sea flaca, donde la oportunidad de manifestarse y declararse ser un ciudadano políticamente incorrecto, es decir, no conformarse con lo que el gobierno da, no tenga ninguna represión. ¿No es nuestro deber civil cumplir como ciudadanos y exigirle a nuestros gobernantes? Nuestros gobiernos nos dicen que tenemos obligaciones: pagar nuestros impuestos, no atentar contra la seguridad de las personas, respetarse unos a otros, acudir a casillas, pero a nuestros dirigentes se les olvida que también tenemos nuestros derechos. Lamentablemente hay mucha gente que prefiere entregarse a la conformidad antes que mirar que el cambio del país puede venir desde sus manos, algunas personas aceptan regalar un voto por una despensa o unos 2 mil pesos que no le alcanzarán para los gastos de los próximos seis años, sospecho que ni siquiera para los de un solo mes. Pero afortunadamente ayer hubo gente que no admitió comerse más el espectáculo, gente que se hizo de burdos panfletos y salió a entregarlos a las calles. En la macha vi a una joven del nuevo milenio con los ojos aguantando las lágrimas, me conmovió, gritaba por no volver al pasado, gritaba para tener un mejor futuro, gritaba para que el pueblo supiera elegir a un dirigente digno de representar al país, a quién no nos diera miedo confiarle la solución de los problemas, traía en su mano algunos volantes con estadísticas, fotos e información en contra de Peña Nieto, todos arrugados, doblados, llenos de sudor, comprendí que sus manos expresaban el dolor, la impotencia y la furia de tener que aguantar los golpes de Mario Vázquez Raña, Televisa y los casi 15 hombres que no la dejaron llegar al Jardín Libertad.


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1 thought on “Opinión / Los golpeadores de Peña Nieto

  1. Que nota tan conmovedora, yo tengo el mismo sentimiento por mi país, me duele la pobreza de millones de mexicanos. DALE NO MAS RATAS QUE NI LEER SABEN.

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