REC 3… ¡Zombis a mí!
REC 3: El Origen, es la tercera entrega de una serie de películas españolas, idea de los directores Jaume Balagueró y Paco Plaza para crear una secuencia de películas de horror contadas con la técnica de Falso Documental, y en las que se narra la historia de la progresión de una especie de virus diabólico al comenzar a infectar a una serie de personas confinadas en un mismo lugar; este agente infeccioso es altamente contagioso y se transmite de persona a persona a través de una mordida.
Contrario a lo que se pudiera pensar, REC 3 no es una continuación de la historia presentada en los primeros filmes, ni siquiera es una precuela —nótese que eso de El origen es engañoso— se trata más bien de una secuela simultánea a las primeras dos, de hecho en una escena se puede ver en la televisión imágenes de un noticiero en donde reportan lo que está sucediendo en el edificio que sirve de sede a la primera y segunda parte. Todo parece indicar que un perro —Max— enfermo con el virus y que pertenece a una de las víctimas de REC 1 ha mordido a uno de los protagonistas de esta nueva historia… he ahí la conexión.
Para aquellos a quienes no les gustan las películas españolas, pero que están reconociendo esta premisa que les cuento, quizá es porque un estudio hollywoodense hizo un remake de REC 1, el cual fue titulado Quarantine.
REC 3 comienza con una presentación tipo power point, bastante chafa por cierto, en la que conocemos a Clara y Koldo quienes están a punto de contraer matrimonio, de hecho, nosotros somos un invitado más al festejo pues, a través del ojo de la cámara del primo Adrián —pésimo camarógrafo por cierto—, atestiguamos durante aproximadamente 20 minutos, todo lo que sucede alrededor de y en la boda, desde la misa hasta la fiesta. Para este momento yo ya pedía que vinieran los zombis y me comieran, pues era como tener que aguantar el videíto de la boda de una no-tan-amiga, del cual no te puedes zafar por aquello del compromiso y la buena educación.
Finalmente aparece el tío que todos pensaban que estaba alcoholizado, pero que realmente se estaba transformando en muerto viviente y llega para comenzar la debacle mordiendo y contagiando a todo el cortejo nupcial, meseros, invitados y hasta al DJ.
Sólo un puñado de invitados y los novios —separados en distintos lugares de la finca— logran salvarse de la primera ola del contagio, aunque mientras intentan escapar van cayendo como moscas. Unos pocos han descubierto que los monstruos no pueden entrar a la capilla —¿no les dije que el virus era diabólico?— y que ahí están seguros, no obstante Koldo se rehúsa a refugiarse y va en busca de su amada, quien por su parte, sierra mecánica en mano, toma venganza en todos aquellos que han conspirado para arruinar SU día especial.
A mi manera de ver, la película endereza el barco en los diez minutos finales y por eso no les arruino la experiencia, aunque la verdad no es una que valga la pena el gasto.
No sé si de manera voluntaria o involuntaria, o porque es el estilo de Paco Plaza —para esta entrega los dos directores de la versión original decidieron separarse, Plaza haría la tercera parte, mientras que Balagueró se encargará de la cuarta— pero por momentos, parecía uno de esos filmes de ¿Y dónde está el piloto? o Una película de miedo, pues los clichés, lugares comunes y situaciones chuscas iban mucho más allá de un comic relief, hasta parecer una verdadera comedia y no una representante del género de horror.
Lo único que agradezco es que a media filmación Plaza tiró por la ventana el género de Falso Documental, para retomar el control de la cámara y ahorrarnos a la audiencia el mareo y la molestia de tratar de averiguar quién era quién y qué es lo que estaba pasando.
Productor: Julio Fernández; Director: Paco Plaza: Guión: Paco Plaza y Luis Berdejo; Fotografía: Quim Vives; Sonido: Urko Garai; Elenco: Carla Nieto, Leticia Dolera, Diego Martín, Àlex Monner, Mireia Ros, Ismael Martínez, Ana Isabel Velásquez, Emilio Mencheta y Blai Llopis; Duración: 1 hora 20 minutos.