Lo malo de que aparezca en cartelera una película MUY — así en mayúsculas — buena como Los Vengadores, trae consigo dos cosas MUY malas, la primera es que los cines de múltiples salas ocupan más o menos la mitad de éstas para exhibir es cinta buenísima y quedan muy pocos espacios para otras ofertas en la cartelera; la segunda tiene que ver con que después de ver el largometraje considerado éxito de taquilla, hace falta una verdadera obra de arte para que al espectador se le pueda volver a llenar el ojo y cualquier otra película palidece ante la comparación.
Por esto estoy dispuesta a darle el beneficio de la duda a La casa de mi padre, este experimento del talentoso comediante norteamericano Will Ferrell hablada en español, que por lo pronto a mi me pareció un desperdicio de cinta y de espacio cinematográfico. Quizás no es tan mala, pero… honestamente creo que ni viéndola después de El guardián del zoológico podría haberme parecido mejor.
Sé que los amantes de Ferrell y del programa Saturday Night Live —de cuyas filas son miembros tanto Farrell como Matt Piedmont, el director de esta cinta, y parte de los productores— no estarán de acuerdo conmigo y seguramente disfrutarán de este filme, pero tendrán que admitir que el humor tanto de La casa de mi padre, como el del mencionado programa televisivo, no es para todos los públicos y menos para expresarse en todos los idiomas. Pensándolo bien creo que ese es el principal problema de esta cinta, que a pesar de estar hablada en español, los chistes fueron creados para el idioma inglés y aunque argumentos y situaciones sí despiertan una sonrisa y hasta una carcajada de vez en cuando —tipo lo que sucede con Salvando al soldado Pérez— me parece que el verdadero humor, si es que realmente lo había, se pierde en la traducción.
La trama relata la historia de Armando Álvarez, un hombre sencillo que ha pasado toda su vida trabajando en el rancho de su familia, pero al atestiguar un asesinato se desatan una serie de dificultades. Pero no teman que ahí viene Raúl, el hermano menor, acompañado por su bella novia y, al ser el favorito de su padre, está dispuesto a ayudarlos a salir de la crisis; lo cual se complica cuando se hace manifiesta la atracción entre Armando y Sonia —la prometida de Raúl— y por relación que de pronto resulta evidente entre el hermano pequeño y el malvado narcotraficante La Onza.
La verdad es que la historia es lo de menos, lo absurdo de la situación es lo que deja al espectador perplejo, todo está plagado de clichés y de referencias sarcásticas al lenguaje y actuación de las telenovelas mexicanas y latinoamericanas, las cuales —dicho sea de paso— siempre han sido motivo de burla para los norteamericanos, aunque para muchos latinos sean cosa seria.
Los pocos efectos y escenas de acción están hechas para parecer chafas a propósito, las vestimentas de los actores parece que no terminan de estar en el mismo periodo de tiempo: el viejo oeste, los sesenta o los setenta, y lo mismo sucede con la escenografía y los elementos de utilería, que por momentos parecen situarnos a principios de 1970 y de pronto, estamos en la época actual. Sé que no se trata de un error de producción, que todo eso se hizo con intención… cuál, es lo que no queda claro del todo.
En lo que a la actuación de nuestros propios charolastras se refiere —obviamente me refiero a Diego Luna y a Gael García Bernal— es un hecho que se han de haber divertido de lo lindo durante toda la filmación. Inclusive hay momentos en que se nota que apenas pueden contener la risa ante la sarta de ridiculeces que están interpretando; quizá fue por la oportunidad de burlarse de sus orígenes como actores de telenovela que aceptaron participar en esta cinta. Por otro lado Will Ferrell, se merece una ovación de pie pues fue capaz de recitar una serie de parlamentos completamente absurdos en un dudoso español pero con una seriedad que abruma.
En conclusión, todo el proyecto me pareció un larguísimo episodio de Saturday Night Live y por momentos me preguntaba cuándo aparecerían los comerciales, pero en otros, me afanaba por buscar el control para cambiarle de canal.
Productor: Will Ferrell, Adam McKay, Emilio Diez Barroso, Darlene Caamaño Loquet y Andrew Steele. Director: Matt Piedmont. Guión: Andrew Steele. Fotografía: Ramsey Nickell. Edición: David Trachtenberg. Música: Andrew Feltenstein y John Nau. Elenco: Will Ferrell, Gael García Bernal, Diego Luna, Génesis Rodriguez, Pedro Armendáriz Jr., Nick Offerman, Efren Ramírez y Adrián Martínez. Duración: 1 hora 20 minutos.