Estadísticas a propósito del día mundial sin tabaco - LJA Aguascalientes
04/12/2024

  • La edad crítica de inicio para el consumo diario del tabaco es entre los 15 y 17 años.

 

  • Durante 2010, en México, los hogares que más gastan en tabaco son las de menores ingresos (decil I, 0.42 por ciento).

 

  • Entre la población de 15 años y más en 2009, una de cada tres fumadores es mujer.

 

  • En 2010, la principal causa de egreso hospitalario es la ruptura prematura de membranas (20.4 por ciento).

 

  • Las enfermedades isquémicas del corazón en 2010 son la principal causa de mortalidad en nuestro país (44.9% en hombres y 42.0% en mujeres), enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

 

 

Foto: Gilberto Barrón

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011a), a nivel mundial cada año mueren aproximadamente 6 millones de personas a consecuencia del tabaco, 80% de ellas vivían en países de bajos y medianos ingresos; y de éstas, 600 mil eran no fumadoras expuestas al humo de segunda mano.

 

De acuerdo con el Atlas de Tabaco 2012, en el continente americano, 11% de sus habitantes consumen cigarros; al consumirlo, no sólo consumen nicotina sino también alquitrán, acetona, arsénico, cadmio, DDT, entre otras sustancias (Eriksen, Mackay y Ross, 2012). Así, a pesar de la evidencia disponible sobre el daño que genera en la salud de la población, durante mucho tiempo se consideró que el consumo era adecuado e incluso benéfico; en México llegó a estar contemplado dentro de la canasta básica subsidiada (Zinser, 2010). Esto ha sido aprovechado por algunos detractores y la industria tabacalera, quienes han llegado a afirmar ante el congreso de los Estados Unidos, que el tabaco no genera adicción, tal como se presenta en la película “El Informante” (Mann, 1999). Sin embargo, se ha comprobado una fuerte asociación entre fumar tabaco y el aumento de ciertas neoplasias, especialmente las que tienen relación con el aparato respiratorio (Medina-Mora, 2010), así como la susceptibilidad de los jóvenes a convertirse en adictos.


Con el fin de hacer hincapié en el problema que constituye el consumo de tabaco, en 1987 la Asamblea Mundial de la Salud, marcó el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco. Así, con la finalidad de apoyar en esta labor, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta un panorama sobre los efectos de este hábito en la población mexicana.

GASTO EN Y PARA EL CONSUMO

Producir un cigarro es una labor de muchas manos. En nuestro país, en el inicio de esta cadena, se encuentran los jornaleros (algunos de ellos indígenas), que trasmiten el conocimiento de corte y arreglo del tabaco de generación en generación, razón por la cual en los campos de producción frecuentemente trabajan niños “cuya edad promedio es de cuatro años y medio, encontrándose dos niñas por cada niño” (Grupo Interinstitucional sobre Estudios en Tabaco, 2003, p.7). Parte de los riesgos de estos jornaleros es la exposición a plaguicidas, existen investigaciones que han encontrado que los estados de Jalisco y Nayarit (estados receptores de jornaleros agrícolas), ocupan el primer lugar nacional de intoxicaciones por plaguicidas (Díaz, 2010). Incluso, al analizar una muestra de madres expuestas a estos tóxicos durante el primer trimestre de embarazo, se encontró que 33.3% de los recién nacidos, tuvieron algún tipo de malformación en sistema nervioso central, cara, genitales, cadera, pies y dedos (op.cit, 2010).

 

 

 

En México, anualmente se producen 43.7 billones de cigarros; la empresa Phillip Morris Internacional (en nuestro país, su nombre es Philip Morris México, bajo el control de Grupo Carso y que posee una de las marcas de mayor consumo, Marlboro) refiere que en 2010, realizó un gasto de 393 millones de dólares en marketing y ventas a nivel internacional (Philip Morris Internacional, s. f.a) y que su ingreso neto, sólo en Latinoamérica y Canadá fue de 2 mil 874 millones de dólares (Philip Morris Internacional, s. f.b). Según un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, en 2008 el gasto que se realizó a nivel nacional para cubrir las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco ascendió a 5 mil 700 millones de dólares, estimación basada en el gasto total en salud que supone costos por encima del 10% en atención médica a estos padecimientos respecto al costo total (Ross, Waters y Sáenz de Miera, 2010).

 

 

En cuanto a los hogares que gastan en tabaco, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010 (ENIGH), reporta que los hogares con el menor nivel de ingreso (decil I) son los que más gastan en tabaco (0.42%); seguido del decil IV (0.33%) y el VII (0.30%); en comparación los hogares que menos gastan pertenecen al decil X, que es el de mayores ingresos (0.16%), el III (0.20%) y el V (0.21 por ciento).

 

 

 

 

 

 

 

EDAD DE INICIO DEL CONSUMO

 

Iniciar el consumo de tabaco es una cuestión multifactorial, pues para muchos jóvenes implica una conducta adulta, agradable y de moda (Soto y García, 2009); asimismo, se ha encontrado como predictores del consumo: que los padres, hermanos y amigos fumen (Kuri, Medina, Peña, Cravioto, y Villatoro, 2002; Ariza, López, Nebot, Valmayor, Tomás y Juárez, 2004) y que las reglas en casa sean permisivas (Arillo-Santillán, Thrasher, Rodríguez-Bolaños, Chávez-Ayala, Ruiz-Velasco, y Lazcano-Ponce, 2007), entre otros.

 

Un punto en el que coinciden tanto las investigaciones como la industria tabacalera es que cuanto más se retrasa la edad del inicio del consumo del tabaco, menos probabilidad hay de que la persona se convierta en fumador permanente (Soto y García, 2009); razón por la cual, muchas de las campañas de las tabacaleras están orientadas a fomentar el consumo en jóvenes con lo que se garantiza un cliente, incluso, de por vida.

 

A nivel mundial, el consumo de tabaco entre los adolescentes de 13 a 15 años no varía de manera contundente como sucede a edades más avanzadas (Eriksen, Mackay y Ross, 2012), lo anterior se observa en los resultados de la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2009 (INSP, 2010), en donde se reporta que la edad crítica de inicio para el consumo diario de tabaco en nuestro país se ubica entre los 15 y 17 años, afectando principalmente a los hombres (46.3 contra 35.4% de las mujeres); seguido por las mujeres de 18 y 19 años (25%) y los varones menores de 15 años (24.6%). Lo anterior permite reafirmar la importancia de realizar intervenciones tempranas orientadas a disminuir los factores de riesgo que llevan al consumo de tabaco, principalmente entre niños y jóvenes.

 

 

 

De acuerdo con los datos de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) sobre las personas que inician tratamiento, muestran que en promedio, la edad de inicio en el consumo de tabaco es a los 17.1 años y que los 38.5 años es la edad promedio para buscar ayuda para abandonar el consumo; lo que significa que en promedio, las personas consumen tabaco durante 21.5 años (Gutiérrez y Franco, 2010).

 

Considerando el precio actual de una cajetilla (40 pesos), la duración promedio del consumo (21.5 años) y que una persona fuma dos cajetillas a la semana, se puede estimar que dicha persona gastará (a valor actual) aproximadamente 89 mil pesos durante los años promedio de consumo. Ahora bien, sin dejar de considerar que el precio de las cajetillas de cigarros aumenta constantemente y que el consumo no es estático, y se compara con el gasto que deberá hacer dicha persona en atención médica, hospitalizaciones, medicamentos, incapacidades, el gasto de los cuidadores, entre otros; resulta que el costo-beneficio de esta adicción es muy elevado tanto para la persona como para el Estado, mismo que no se equipara con el beneficio económico de las tabacaleras.

 

La Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2009, muestra que 15.9% de la población mexicana mayor de 15 años es fumadora, aproximadamente hay una mujer fumadora por cada tres hombres, y son ellos quienes presentan el porcentaje más alto entre los exfumadores (21 por ciento); además de destacar que 69.4% de la población nunca ha fumado (8 de cada 10 mujeres y 5 de cada 10 hombres). Asimismo, se ha encontrado evidencia de que las mujeres tienen mayores problemas para dejar de fumar y si lo hacen, generalmente reinciden; esto se debe, esencialmente, a que los reemplazos de nicotina usados en los programas para dejar de fumar no resultan eficaces para controlar su deseo de fumar, además de presentar en mayor proporción el síndrome de abstinencia y preocupación por aumentar de peso al dejar de fumar (National Institute on Drug Abuse, s. f.).

 

 

 


MORBILIDAD

 

En México la prevalencia de consumo actual de cualquier producto del tabaco es de 15.9 por cada 100 habitantes, siendo mayor para los hombres en relación con la que presentan las mujeres (24.8 contra 7.8, respectivamente) (OMS, 2011b). Se sabe que existe una fuerte asociación entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, enfisema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); pero no son las únicas enfermedades que han sido asociadas al consumo del tabaco, existe una amplia gama de padecimientos asociados (Kumate, 2010).

 

Durante 2010, entre las principales enfermedades relacionadas con el tabaquismo en la población mexicana están: la ruptura prematura de membranas (20.4%), seguida por las enfermedades isquémicas del corazón (20.3%) y las cerebrovasculares (17.5 por ciento). Entre los hombres las enfermedades isquémicas del corazón (30.6%), las cerebrovasculares (21.1%) y la neumonía (16.6 por ciento); mientras entre las mujeres: la ruptura prematura de membranas (34.9%), las enfermedades cerebrovasculares (15.0%) y las isquémicas del corazón (13.0 por ciento).

 

 

 

 

El consumo de tabaco durante el embarazo hace más susceptible al feto de presentar menor volumen pulmonar y maduración de algunos órganos, aumenta el riesgo de aborto y mortalidad neonatal, además de ser un factor asociado directamente con el bajo peso y talla al nacer. Siendo estas afectaciones de riesgo en la edad adulta al incrementar la presencia de enfermedades crónico degenerativas (Sánchez-Zamorano, Téllez-Rojo y Hernández-Ávila, 2004). Por ello resulta preocupante que la tasa de egreso hospitalario más alta en 2010 entre la población de 15 a 39 años sea la ruptura prematura de membranas (245.60 por cada 100 mil habitantes de 15 a 19, 331.88 para los de 20 a 29, y 150.44 para los de 30 a 39 años).

 

 

Asimismo, las enfermedades isquémicas del corazón son la principal causa de egreso hospitalario entre la población de 40 a 79 años con tasas de 35.50 en el grupo 40 a 49; 141.97 para los de 50 a 59 años; 320.93 en los de 60 a 69 años, y de 513 para las personas de 70 a 79 años por cada 100 mil habitantes de cada grupo de edad; y para la población de 80 y más, las EPOC con una tasa de 952.45.

 

 

La segunda causa de egreso hospitalario entre la población de 15 a 19 años y de 40 a 49 años es la neumonía con una tasas de 10.47 y 27.65 por cada 100 mil personas, respectivamente; para el grupo de 20 a 39 años, la placenta previa (27.39 para el grupo de 20 a 29 y de 29.89 para el de 30 a 39 años), y para la población de 50 y más, las enfermedades cerebrovasculares.

 

 

 

Por todas estas razones, es necesario enfatizar la prevención del consumo del tabaco en los grupos más vulnerables y que son el nicho de mercado de las tabacaleras: las mujeres y los jóvenes en general. Muchas mujeres serán madres algún día, muchas de ellas fumarán en el embarazo. Algunos jóvenes fumarán durante toda su vida y morirán por alguna afección ocasionada por su adicción. No tan sólo son los costos que implica un recién nacido internado en terapia intensiva, de un adulto que deja de asistir al trabajo por alguna enfermedad relacionada, de una mujer que deja de trabajar porque debe cuidar a su hijo. El costo también se paga de los impuestos, los médicos que los atienden, los hospitales y, los recursos materiales en general se pagan con las contribuciones de todo el país; también, es el dolor físico y emocional que estas enfermedades cobran y no pueden ser cuantificados.

 

MORTALIDAD

 

De acuerdo con la OMS (2011a), los fumadores mueren de cáncer, cardiopatías, asma y otras enfermedades. Refiere que su consumo mata cada año a casi 6 millones de personas, y de seguir esa tendencia, para 2030 la cifra aumentará a más de 8 millones anuales. El consumo de tabaco es un factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de defunción en el mundo, con lo que se puede decir que el tabaco mata al 50% de las personas que lo consumen (OMS, 2011a).

 

En nuestro país durante 2010, de las enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco, tanto en hombres como en mujeres, las enfermedades isquémicas del corazón (44.9 y 42.0%, respectivamente) concentraron el mayor número de defunciones, seguido por las enfermedades cerebrovasculares (17.2 y 22.6%) y EPOC (14.7 contra 14.3 por ciento).

 

 

Por grupos de edad en 2010, las principales causa de mortalidad relacionadas con algún padecimiento asociado al tabaquismo son las enfermedades isquémicas del corazón que presentan un incremento en sus tasas, al pasar de 1.06 en la población de 15 a 19 años a 74.90 en el grupo de 50 a 59 años, y vertiginosamente a 2 327.63 en la población de 80 años y más, por cada 100 mil habitantes de cada grupo de edad. Otro padecimiento relacionado con el tabaco que afecta a la población mexicana son las enfermedades cerebrovasculares, que se incrementan de 1.03 a 30.93 y 1 035.52, para cada uno de los grupos de edad antes mencionados; y finalmente las EPOC que aumentan de 10.22 entre la población de 50 a 59 años a 995.56 en la de 80 años y más.

 

 

 

 

 

 

 

Si bien existen diversas causas que originan estas enfermedades, resulta relevante considerar en la atención del consumo del tabaco a las enfermedades respiratorias, tumores asociados y problemas cardiovasculares, problemas de salud que pueden ser prevenibles. Los excesos y estilos de vida que se tienen en la juventud siempre tendrán consecuencia en la edad adulta, razón por la cual se debe de generar acciones que permitan concientizar sobre las ventajas de una vida saludable, misma que es tanto responsabilidad de los individuos como de las instituciones gubernamentales.

 

 

CONCLUSIONES

 

En 2003, la OMS planteó el Primer Convenio Internacional de Salud Pública, orientado a favorecer las políticas públicas para el control de tabaco. México fue el primer país de Latinoamérica en firmarlo;  ejemplo de las acciones que se han implementado en el marco de este convenio es la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores en el Distrito Federal, iniciativa aprobada en 2004 que se ha replicado en la mayoría de los estados y, cuyo objetivo principal es delimitar áreas libres del humo del cigarro, que consisten principalmente en restaurantes, centros de entretenimiento, oficinas, escuelas y hospitales; es decir en los locales cerrados de acceso público.

 

 

Finalmente, otra estrategia es la inclusión de pictogramas en las cajetillas de cigarros que ejemplifican los daños que provoca su consumo en la salud. La Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos señala que tres de cada diez fumadores ha pensado en dejar este hábito desde que inició esta campaña (INSP, 2010). En conjunto con el aumento en su costo, con esta estrategia se espera reducir el número de fumadores que hay en el país, así como incrementar la edad de inicio de consumo.

 

 

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REFERENCIAS

 

Arillo-Santillán, E., Thrasher, J., Rodríguez-Bolaños, R., Chávez-Ayala, R., Ruiz-Velasco, S. y Lazcano-Ponce, E. (2007). Susceptibilidad al consumo de tabaco en estudiantes no fumadores de 10 ciudades mexicanas. Salud Pública México, 49(2), S170-S181.

 

Ariza, C., López, M., Nebot M., Valmayor, S., Tomás, Z. y Juárez, O. (2004). Factores asociados con el inicio del tabaquismo s        eguimiento a los 3 años de una cohorte de escolares. Archivos de bronconeumología: Órgano oficial de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica SEPAR y la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT), 40(11), 495-501.

 

Díaz, P. (2010). Consecuencias sanitarias y ecológicas por el cultivo del tabaco. En: E. Medina-Mora (Coord.), Tabaquismo en México ¿cómo evitar 60,000 muertes prematuras cada año? México: Colegio Nacional.

 

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González, J. (2010). Influencia de la industria tabacalera en México. En: E. Medina-Mora (Coord.), Tabaquismo en México ¿cómo evitar 60,000 muertes prematuras cada año? México: Colegio Nacional.

 

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Gutiérrez, A. y Franco, P. (2010). Consumo de tabaco y/o alcohol en pacientes de primer ingreso a tratamiento en centros de integración juvenil, enero – junio, 2009. Recuperado el 25 de abril de 2012, de: http://www.biblioteca.cij.gob.mx/siec2010/pdf/10_01d.pdf

 

Instituto Nacional de Salud Pública [INSP] (2010). Resultados Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2009. Recuperado el 6 de mayo de 2011, de: http://www.insp.mx/noticias/boletines-de-prensa/207–resultados-encuesta-global-de-tabaquismo-en-adultos-2009.html

 

Kumate, J. (2010). El tabaquismo en México. En: E. Medina-Mora (Coord.), Tabaquismo en México ¿cómo evitar 60,000 muertes prematuras cada año? México: Colegio Nacional.

 

Kuri, P., Medina, M., Peña, M., Cravioto, P. y Villatoro, J. (2002). Del tabaco al uso de otras drogas: ¿el uso temprano de tabaco aumenta la probabilidad de usar otras drogas? Salud Pública de México, 44(1), S109-S116.

 

Mann, M. (Director). (1999). El informante [cinta cinematográfica]. Estados Unidos: Spyglass Entertainment.

 

Medina-Mora, E. (2010). Tabaquismo en México ¿cómo evitar 60,000 muertes prematuras cada año? México: Colegio Nacional.

 

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Ross, H; Waters, H. y Sáenz de Miera, B. (2010). La economía del tabaco y los impuestos al tabaco en México. México: Instituto Nacional de Salud Pública.

 

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Zinser, J. (2010). Historia y evolución del tabaquismo. En: E. Medina-Mora (Coord.), Tabaquismo en México ¿cómo evitar 60,000 muertes prematuras cada año? México: Colegio Nacional.


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  1. Denuncia Para Venta de Drogas en Universidad Politécnica de Juventino RosasCONTRA. MARCELA DE GUADALUPE NAVARRO VELAZQUEZ Secretaria Académica.
    1) Por el delito contra la salud en las modalidades de comercio y suministro de narcóticos (artículo 475 de la Ley General de Salud)
    2) Por el delito contra la salud en la modalidad de posesión de narcóticos, sin la autorización referida en la Ley General de Salud, que tenga por finalidad comerciarlos o suministrarlos aun gratuitamente. (Artículo 476 de la Ley General de Salud)
    3) Por el delito contra la salud en la modalidad de posesión de narcóticos, sin la autorización referida en la Ley General de Salud, cuando por las circunstancias del hecho no pueda considerarse destinada a realizar alguna de las conductas señaladas en el apartado precedente.( Artículo 477 de la Ley General de Salud)
     

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