Un debate es un test donde se hacen notorios y públicos una serie de elementos y condiciones que tienen los candidatos. Los debates son una acción que solidifica una relación entre personas, argumentos e imágenes.
Son instrumentos que exponen las capacidades intelectuales, argumentativas deliberativas y, si se quiere, hasta histriónica del comportamiento de un determinado personaje político.
Es por ello que los debates son importantes, porque ponen a prueba la capacidad de respuesta que pueda tener un personaje político ante escenarios impredecibles o donde no puede tener un gran control de la situación.
Es por ello que los debates se convierten en un instrumento importante en las democracias, pues expone al político en una situación de vulnerabilidad en donde puede expresar con gran sinceridad sus atributos como persona y su calidad humana.
En el caso del candidato donde las encuestas lo benefician, se evitará a toda costa ir al debate o salir lo menos dañado posible.
En este primer debate el escenario fue muy aproximado a lo que se esperaba. Se decía que, en el caso de Peña Nieto, era un hombre con pocas tablas para el debate, que sin el telepromter podría sufrir tropezones y que por lo tanto podía perder credibilidad si era malo su desempeño.
En el caso de Josefina y AMLO, se planteaba que su única salida era atacar los flancos débiles de Peña Nieto. En el caso de Gabriel Cuadri, él iba tratar de ir a ganar lo más que se pudiera.
El escenario fue muy aproximado y, como se esperaba, en el caso de Josefina, su desempeño fue muy bueno. Su imagen impecable, muy consistente y segura en su desempeño argumentativo. Supo combinar muy bien la parte de las propuestas con los ataques a las debilidades de Peña Nieto. En términos generales, su desempeño lo puedo calificar como muy bueno.
Solamente que me parece, que aunque en el debate fue más específica, le sigue apostando mucho a un discurso general, muy sensible y demasiado femenino. Recordemos que la clave el éxito electoral de Obama fue que él les habló a todos los electores, y que su condición de político de color nunca fue un elemento que utilizó porque le habló a un sector más amplio.
En el caso de Andrés, como se esperaba, su desempeño fue muy bueno. Él es un buen polemista, que le apostó a explicar lo que significa un “cambio verdadero”. Trató de explicar, de la manera más didáctica posible, lo que significa un cambio de fondo; significaba hacer una crítica profunda al sistema político construido por los priístas que representa la intolerancia y la corrupción de un grupo de políticos que se ha enriquecido y se sigue enriqueciendo a costa del hambre del pueblo.
Para María de las Heras, AMLO ganó el debate. Creo que le fue muy bien, y tal vez si no hubiera sido tan monotemático y que hubiera cerrado con dos o tres ideas desarrolladas de una forma más técnica, tal vez hubiera sido mejor, pero, en términos generales, fue un gran desempeño.
No creo que a estas alturas y en estas circunstancias nos podamos plantear quién ganó el debate; creo que lo que tenemos que cuestionarnos es: ¿Quién perdió más con el debate? Indudablemente, Peña Nieto.
Sin la escenografía que le ha construido Televisa, vimos a un hombre nervioso, quejándose siempre que no le alcanzaba el tiempo. Lo que llevaba preparado eran las frases de propaganda política de sus espectaculares.
Más que definiciones políticas, se la pasa más como reina de la primavera que destaca los atractivos turísticos de los estados pero nunca ha dicho cómo resolver los grandes problemas de este país y el debate fue una muestra muy clara de su falta de propuestas y planteamientos de fondo.
Se veía chiquito, nervioso, con un tick en el ojo izquierdo pero al final transmitió que le quedaba muy grande la investidura presidencial. Dicen que los números en las encuestas se van a mover poco, yo no estaría tan segura. De Quadri que, de acuerdo a las redes sociales, él fue quien ganó el debate, creo que comparto muchos de estos puntos de vista, pero cada vez que se obtenga un voto para este “ciudadano” se van a garantizar dos senadurías y una diputación federal para el nieto, hijas y yerno de Elba Esther Gordillo. ¿No es una gran contradicción?
