Al parecer los “científicos electorales” o en este caso, los maquiladores priístas no confían en el producto que han elaborado, puesto que como era de esperarse, Peña Nieto no quiere debatir, ya que no creen que su “candidato-creación” sea capaz de afrontar un ambiente poco controlado y salir bien librado sin presentar equivocaciones que le cuesten varios de los puntos de ventaja que dicen tener.
Sí, Peña Nieto va en primer lugar de las encuestas, pero bien saben que es una persona carente de celeridad mental y poca lucidez al externar sus ideas, eso lo han comprendido bien, por tanto ¿para qué arriesgarlo? Los consejeros del golden boy sostienen que estando tan arriba en las preferencias y tan apapachado por los medios, no vale la pena exponerlo. Al final de cuentas es lo que esperan los otros aspirantes, aunque como era de esperarse, al menos para el debate propuesto por la periodista Carmen Aristegui, Josefina Vázquez Mota, también “se bajó” y es que desde un principio argumentó que si no iba Peña Nieto, ella tampoco lo haría.
Sin embargo, en el PRI la orden tajante es: no a los debates, por eso han cancelado su participación en el ya mencionado espacio que MVS hizo para ellos y tampoco acudieron a un foro con alumnos de la Universidad Iberoamericana. Total, los priístas tan apegados a la gente, tan conscientes del apoyo ciudadano argumentan que tanto quienes escuchan a Carmen como los chicos Ibero, no son sus votantes, entonces ¿para qué mezclarse con ellos?
Antes que acudir a un debate no controlado y exponer sus ideas, Peña Nieto ha preferido ir a espacios más del corte de chismes y espectáculos donde hay certeza de elogio, aplausos de manera unánime, donde la alabanza es endulzante y el llanto del público es legítimo. De ahí que Maxime Woodside obtiene la presencia del “galán de galanes” en su programa Todo para la mujer, antes que Carmen Aristegui en un debate radiofónico.
Hay quienes susurran al oído del candidato asegurándole que será el indiscutible ganador de la contienda presidencial, que su carisma es inigualable, que no tiene que voltear ni a la derecha, ni a la izquierda; Peña Nieto simplemente escucha la suave voz de las serpientes que le señalan su inalcanzable condición. Por tanto, si el triunfo está en la bolsa, ¿para qué debatir?, ¿para qué dar ventajas a los otros candidatos? Si no hay necesidad de escuchar preguntas incómodas ¿para qué evidenciar reacciones no ensayadas? No hace falta confrontar ideas ¿para qué recibir cuestionamientos críticos, serios? No, nada de eso conviene a Peña Nieto.
Por todo lo anterior para nada sorprende que EPN no se anime a debatir con sus contrincantes, simplemente es un candidato débil, que ha sido beneficiado con la venia de los medios electrónicos, de quienes tampoco sorprende que no tengan interés en fomentar el intercambio de ideas, ¿por qué? fácil, la mayoría apoya a Peña Nieto y no quieren quedar mal con el que ya ven como el próximo presidente. Para esto, los dueños de los medios de comunicación han encontrado un nuevo y jugoso producto que al PRI y a su candidato le conviene más que nunca, hoy están vendiéndoles: silencio.
Los priístas están agradecidos de la completa falta de difusión de los tropiezos de Peña Nieto y aunado a eso, los medios le sacan la vuelta a la organización de debates, lo anterior para el PRI simplemente no tiene precio, con ello garantizan que su “candidato-creación” se mantenga protegido muy lejos de la “prole”, pero lo suficientemente idolatrado e idealizado. Lástima que la mayoría de los periodistas y comentaristas en los diversos espacios se ufanen de proteger y fomentar la libertad y democracia, cuando su rechazo a convocar al debate de ideas demuestra que hoy, realmente sus intereses económicos personales están por encima de sus convicciones. Además con lo anterior nos dicen que el control mediático está más vigente que nunca.
Peña Nieto hace bien en no debatir fuera del “mundo de caramelo”. Si calladito se ve más bonito, no hay necesidad alguna para exponerse a la “furia” de sus oponentes. Si no hay apuntador, se arriesga demasiado, ¿cómo contestará sobre los libros o el kilo de tortilla? Si ya sabemos que él no es la señora de la casa.
Desafortunadamente, hay millones de personas en todo el país que no tienen acceso a Internet o a los diarios, revistas o quizá a ciertos programas en los que se crítica, se analiza y se construyen ideas. A ellos, que son muchos, se les oculta la verdad y son ellos, los desinformados de ahora, los que tienen la posibilidad de inclinar la balanza en la elección que se aproxima.
Creo que está bien leer, analizar, criticar y quejarse, pero supongo que resulta mejor activarse y comenzar a trabajar. La situación no se resolverá mientras permanezcamos sentados y mancillando a los candidatos “de siempre que hacen lo mismo de siempre”. Debemos salir a difundir la idea de una transformación, sirvamos nosotros como medio de información y llevemos la exposición de ideas y la formación de opinión hacia los demás. Sentados sin hacer nada, caemos en lo mismo que tanto criticamos, hay que ejercer un cambio verdadero.
Hacer el bien siempre tiene su recompensa.
twitter: @VicPerezAlmanza