No cabe duda que tanto en la política como en el crimen organizado, los vacíos se ocupan y de manera inmediata. Eso sucedió en Tamaulipas con Egidio Torre Cantú quien ocupó el espacio dejado por su hermano Rodolfo, asesinado en una emboscada en la que murieron otras seis personas en el kilómetro 9 de la carretera Soto la Marina el 28 de junio de 2010 de aquella entidad. Eran los tiempos en que el delegado del PRI en Aguascalientes, Manuel Cavazos Lerma, ex gobernador de Tamaulipas y hoy candidato a senador, le operaba la campaña al 100% a José Carlos Lozano de la Torre sin preocuparse de dilapidar dinero al margen de la ley. Todo estaba a su favor: el gobierno, el dinero y el aparato gubernamental de Luis Armando Reynoso Femat. No es casualidad que el coordinador estatal de esa campaña, Miguel Romo Medina, sea ahora candidato a senador por Aguascalientes por así convenir a los “intereses” de Lozano de la Torre.
La presencia del estado de Tamaulipas en la Feria Nacional de San Marcos en su edición 2012, nada tiene que ver con la difusión de su historia, cultura o folclor. Es una simple “lavada de cara” de un territorio ocupado por el narcotráfico cuyos últimos gobernadores, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores son investigados por la PGR según averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/012/2009, por delitos contra la salud, enriquecimiento ilícito y por probables operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Varias son las indagatorias que el gobierno mexicano y agencias de Estados Unidos como el Servicio de Migración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) relacionadas con los ex gobernadores tamaulipecos del PRI, a quienes Miguel Ángel Soto Parra, (testigo protegido y presunto miembro de los Zetas) acusa de sus vínculos con el Cártel del Golfo.
Nadie ignora que desde hace más de medio siglo el narcotráfico pone y quita candidatos en Tamaulipas que no se someten a sus designios. Es del dominio público que esas tierras son gobernadas por y para narcos. El asesinato de Rodolfo Torre Cantú está ligado, según la DEA, a Tomás Yarrignton y las diversas averiguaciones que existen al respecto, explican por sí solos los nexos de estos ex mandatarios con el crimen organizado. El territorio tamaulipeco, 100% del PRI, es disputado ahora por el Cártel del Golfo y La Compañía como se conoce a los Zetas.
La ocupación hotelera en la Feria de San Marcos de gente proveniente de Tamaulipas y los onerosos gastos que el Gobierno del Estado está dilapidando en sus “francachelas oficiales” y de promoción a sus candidatos son notorias y públicas. Lo que menos interesa a los políticos tamaulipecos que nos visitan en la Feria y al gobernador del Estado, es la promoción turística de sus respectivas entidades. Acaso les llame más la atención otras actividades que la Feria de San Marcos genera. El stand que año con año el Municipio de Aguascalientes ocupó en la Feria, Lorena Martínez se lo entregó al PRI, pasando desapercibido a los auditores del IFE que vinieron a fiscalizar ese insultante despilfarro de recursos.
Aguascalientes está de fiesta y los funcionarios públicos tamaulipecos que nos visitan también, a pesar del ambiente de miedo que se vive en aquel Estado fallido y que ha provocado que se multipliquen pueblos fantasmas, orillando a mucha gente a huir de sus hogares para ir a refugiarse al otro lado de la frontera.
La supuesta “paz social” que se vive en Tamaulipas es una “paz de cementerio” sostenida con los alfileres de la comunicación social al servicio del gobierno cuyo monto alcanza a silenciar todas las quejas de la oposición, tal como lo ha venido haciendo José Carlos Lozano de la Torre en Aguascalientes quien además de “dorador de píldoras” sigue ofertándonos su “Progreso para Todos” cual ficha de casino sin valor colocada en sus bolsillos.
¡Pero Aguascalientes está de fiesta!… ¡Y el Gobierno de Tamaulipas también!