+ Maestros y músicos de carrera, a quienes sólo les faltaba un título, son ahora licenciados
+ La nivelación de los catedráticos corrió a cargo de la Universidad de Guadalajara
Cuando la Universidad Autónoma de Aguascalientes decidió abrir la licenciatura en Música dentro del Centro de las Artes y la Cultura, con decano en Jorge García Navarro, surgió un gran problema: en el estado no existía el personal docente con las calificaciones administrativas necesarias para impartir clases en una universidad para las decenas de jóvenes ávidos de tener la música, creación e interpretación como forma de vida a nivel profesionista por medio de la educación superior.
La solución para la máxima casa de estudios del estado consistió en profesionalizar y –por decirlo de algún modo- nivelar a aquellos maestros de educación musical que ya residían en el estado para que impartieran clases en la licenciatura en Música. ¿Cómo? Por un convenio con la Universidad de Guadalajara (UDG) en el que se niveló a los profesores y se les dio formalmente un nivel y un gran grado que ya tenían y merecían, comentó Ismael García Ávlia, coordinador del programa de nivelación por parte de la UDG y quien se mostró complacido con la seriedad de la administración del rector Mario Andrade Cervantes y su antecesor, Rafael Urzua Macías, para quienes el arte y la cultura han sido una prioridad dentro de la institución.
El problema, explicó el secretario general de la UAA Francisco Javier Avelar, fue que aunque muchos profesores estaban más que calificados para dar clases a los jóvenes alumnos del Centro de las Artes y la Cultura, muchos no contaban con una licenciatura, requisito indispensable para impartir clases en una universidad. En el mismo caso también se encontraban varios profesores de la Licenciatura en Artes Escénicas: Danza, mismos que asimismo están próximos a egresar de una licenciatura con orientación pedagógica, otorgada por la UDG.
De 33 profesores que solicitaron admisión para impartir clases en la Autónoma y nivelarse, sólo 19 fueron aceptados, lo que derivó en 17 académicos que decidieron inscribirse a los mencionados cursos y finalmente sólo 16 concluyeron la licenciatura en Música con Orientación Pedagógica. El número siguió bajando ya que por razones diversas uno de los catedráticos no se graduó en este agosto, lo que deja 15 nuevos profesores licenciados para impartir clases musicales en el Centro de las Artes y la Cultura.
Quien se mostró más que maravillado por las instalaciones del Departamento de Música de la UAA fue el profesor García Ávila, no sin antes mencionar que Aguascalientes es un estado que va a la alza en cuanto a las arte e incluso lo definió como “pujante” en dicho aspecto. El coordinador del programa instó a los graduados a proseguir su formación profesional con la maestría ya disponible en la UDG y el doctorado próximo a concretarse entre la misma universidad junto con la Autónoma. Sin embargo el punto de más exigencia para García Ávila, con carrera primaria en la danza, es que los catedráticos nunca dejen de crear por más que se dediquen a la pedagogía o la investigación.
Julián Vázquez Vals, destacado profesor ahora licenciado, expresó que la nivelación es algo histórico porque “para muchos sólo era cuestión que les entregaran el título, para otros como yo fue cuestión de aprender nuevas tecnologías y técnicas de pedagogía, incluso muchas veces con ejercicios que parecían de niños pero siempre con el afán de nivelar y enseñar mejor la música”.
El Rector del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la UDG, Alberto Orozco Abundis, reconoció la pasión y vocación de cada uno de los graduados y reiteró que lo único que les faltaba profesionalmente era contar con un título que los acreditara como especialistas en su materia listos para impartir conocimiento a los músicos del mañana, “todo lo que necesitaban para estar completos era su licenciatura”.
Finalmente, García Ávila puntualizó que es prioritario que los maestros sigan formándose académicamente ya que sus alumnos posteriormente tendrán la necesidad e ímpetu de estudiar una maestría o doctorado y ellos deben de estar ahí con la capacitación necesaria para prepararlos. Si bien el proceso de dos años por el pasaron estos expertos en impartición de educación musical fue mero trámite, para el catedrático de la UDG todavía queda un gran reto: educar a la población para que sepan apreciar de manera correcta las creaciones de los egresados de las escuelas de arte. Un reto para el mañana, dijo, crear un mercado que consuma a una generación de nuevos artistas próxima a egresar, con la necesidad –porque no les queda de otra- de abrir espacios para ser individuos redituables.