El caos que últimamente se ha desbordado en muchos de los estados por la reciente aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo en el D.F, la lucha por la igualdad de los derechos humanos y bajar dichas política públicas a lo local en donde se han convertido en una guerra constante de quienes defienden los derechos contra los que los oprimen, nos desborda una premisa que se veía tajantemente cerca; la adopción de niños por parejas del mismo sexo en México. Analizando la reacción del pueblo con respecto a este tema, vemos prácticamente la antipatía de la sociedad, generando comentarios sobre la mala decisión que se tomaría al dar esta oportunidad a parejas Gays o Lesbianas a que formen una familia reconocida y aceptada socialmente.
Si nos ponemos a pensar cuál es el verdadero bienestar de un niño en estos casos, el interés del niño es el centro de toda ley de adopción, que aspira a darle lo más parecido al hogar que no conoció, al formar un hogar, una familia. Hasta ahora podemos decir que se ha seguido un patrón, cultural y de costumbres que ha mantenido bloqueada la evolución o alternativa que propiamente vemos surgir, entendiendo que todo ser humano tiene derecho de formar un nido, o núcleo social familiar independientemente de su preferencia, pues los valores y bases que forman a un individuo son lo principal y el amor que exista de sus padres hacia el hijo es lo que le dará la seguridad para ser un miembro activo de la sociedad.
El negar a las parejas Homosexuales el derecho a la adopción es una discriminación, se habla del daño psicológico que pudiera surgir en el infante al formar parte de una familia Homosexual, pero el verdadero preludio que se debe abordar en esta cuestión es mantener la salud del infante alejada de la violencia y hacer que viva en una atmosfera llena de amor y respeto, la cual una pareja independientemente del sexo es capaz de formar.
Estudios realizados muestran que para un buen desarrollo de su personalidad, los niños necesitan contar con modelos de identidad masculina y femenina, pero no podemos generalizar el hecho intuyendo que el hecho de que no exista una de esas figuras el niño este predeterminado a fracasar en su vida en cualquier sentido, ya que se sabe de sobra que muchos niños crecen sin tales figuras y no tienen ninguna retracción o inconveniente en integrarse socialmente.
Premisas contradictorias que se encuentran abordando el tema es el hecho de la inestabilidad conyugal que sufren las parejas homosexuales ya son cuatro veces más propensas las relaciones homosexuales a terminar o romperse en comparación de las heterosexuales, y esto sabiendo que un niño es muy vulnerable puede ser una interrogante en contra de la aprobación a la adopción.
El error es pensar que los niños no pueden ser utilizados como instrumento para la reivindicación de los derechos de un grupo social, ni la adopción es una institución que pueda regirse por los criterios de la corrección política, y mucho menos pretender realizar una acto utópico sin analizar los pros y contras pues los afectados o beneficiados en dado caso son los niños que formaran parte de una familia o seguirán sus vidas en orfanatorios sin saber que es el tener un hogar con padres o madres.
Los prejuicios formados por la sociedad homofóbica de México es la que ha retrasado un proceso que podría ser más llevadero y en un punto bueno, solo se tiene que aprender a respetar y pensar un poco menos en el que dirán preocupándose por sus propias vidas, pues las relaciones entre parejas del mismo sexo pueden llegar a ser igual de buenas para formar una familia, sin pensar por qué la naturaleza no permite la procreación entre dos personas del mismo sexo y dejando de bloquearse con esa condición, pues si nos bloqueáramos por cada cosa que los humanos realizamos en contra de la naturaleza no existiría nada y no habría ningún progreso, social, ni cultural, científico ni de ningún tipo, debemos dejar la apatía y comenzar a pensar menos en nosotros, y más en el bienestar y felicidad que se les ha estado negando a algunas personas quienes pueden ofrecer bienestar a niños abandonados, sencillamente comenzar a ser congruentes, con lo que la sociedad hoy en día necesita para generar entornos de empatía y respeto, pues solo así se podrá llegar a obtener lo que muchos predican es su meta, un entorno de convivencia donde el bienestar social es lo principal.