La purísima grilla 31 JULIO 2011 - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

 

Calladito te ves más bonito, suele decir la malicia popular y viene como anillo al dedo con respecto a las palabras de Felipe Calderón ante los datos sobre pobreza que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), los cuales muestran que en dos años, de 2008 a 2010 se sumaron más de tres millones de mexicanos a las filas de la pobreza para alcanzar la suma de 52 millones de pobres, de los cuales 11.7 millones viven en condiciones de pobreza extrema.

Mal de muchos, consuelo de tontos, ha de haber pensado Calderón, sobre los datos del CONEVAL, cuando en una comida en el Campo Marte declaró que no cierra los ojos a la realidad y sabe que muchas familias mexicanas han sufrido pérdidas de ingreso, pero que a pesar de la crisis su gobierno ha “logrado reducir muchas de las carencias básicas de salud, educación, vivienda, agua potable, electricidad, drenaje de millones de familias”. Si bien es cierto que sólo quien padece un dolor o desgracia conoce su magnitud, los datos de pobreza merecen mucho más que la desafortunada declaración presidencial de “no estuvo en mis manos evitar la crisis, pero se contuvo la pobreza extrema”.

Hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas, dicen que decía Mark Twain, sin embargo, en el caso de las mediciones del CONEVAL no hay pretexto que valga ni porcentaje que se sume o reste para desmentir la realidad terrible de que entre 2008 y 2010 la población en pobreza pasó de 44.5 por ciento a 46.2 por ciento, es decir, de 48.8 a 52 millones de personas. El trabajo del Consejo tiene como base la información generada por el INEGI, la misma con que en ocasiones anteriores la administración calderonista ha intentado demostrar que el país va viento en popa; no hay pero que valga, los datos del CONEVAL y la metodología que emplea para medir la pobreza son incuestionables.

El barco hace agua por todos lados, incluso si se utiliza un fragmento de la información para señalar que, a pesar del aumento en el número de pobres, en esos mismos dos años, la población en pobreza extrema pasó de 10.6 por ciento a 10.4 por ciento, y que en términos del número de personas en situación de pobreza extrema, se mantuvo en 11.7 millones.

No hay vuelta de hoja, los datos de pobreza dimensionan la gravedad del problema, no estamos hablando de situaciones que cualquiera puede vivir en el día a día, en que el ingreso no permite satisfacer un antojo, el que se tenga que tomar el autobús en vez de un taxi, tampoco de los menos litros que se pueden echar al tanque del auto por los gasolinazos. Pobreza extrema habla de una carencia total, no de limosneros en la calle o estafadores que viven de pedir en los cruceros, pobreza extrema señala la enorme desigualdad de este país, los millones de, literalmente, muertos de hambre, que siguen esperando el progreso prometido, el bienestar propuesto por los gobernantes, sin importar la mafia partidista que los haya postulado.

En boca cerrada no entran moscas, han de pensar los políticos en Aguascalientes, pues ante la difusión de los datos del CONEVAL, que muestran que en el estado existen 42 mil 500 personas que sobreviven en pobreza extrema, y que de 2008 a 2010 el número de personas en estas condiciones, pasó de 431 mil 300 a 454 mil 200, y ninguno de ellos ha dicho nada. La información pasó de noche para todos, incluso para los medios, que no estamos acostumbrados a leer los anexos estadísticos y nos vamos con los comunicados de prensa o la declaración. Como en los datos del boletín del CONEVAL no se hacía referencia a Aguascalientes, pues lo dejamos para una mejor ocasión.

Unos vienen a la pena y otros a la pepena será frase común en el futuro, una vez que los analistas desglosen la información por entidad federativa, cuando se contemplen en su magnitud los rezagos y retos que implican los 454 mil 200 pobres en Aguascalientes, pues la pobreza se ha vuelto un motivo de campaña más que un objetivo de gobierno. A unos meses de que inicie formalmente el periodo electoral, tenga por seguro que los datos de pobreza estarán en boca de los suspirantes a un cargo público. Lamentable pero cierto.


Mucho ruido y pocas nueces, hay que estar preparados ante esos discursos que usan la pobreza y a los pobres como eje, la mayoría de las veces lo que se intenta con la mención es ocultar que no hay ideas, sólo demagogia. Lo impactante de las cifras nacionales y estatales del CONEVAL exige a gritos un cambio en la perspectiva ciudadana, una recapacitación acerca de los temas que son indispensables abordar y las propuestas necesarias, es decir, una visión crítica que se torne en participación para que los pobres no sean solamente una bandera.


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