Sociedad mexicana aún se distingue por preservar la unión y convivencia familiar - LJA Aguascalientes
15/11/2024

  • El 97 por ciento de la población del país forma parte de un hogar familiar
  • Los hogares familiares tienen 4.1 integrantes en promedio
  • El 77.3 por ciento de los hogares tiene como jefe a un varón

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Desde septiembre de 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que cada 15 de mayo se celebre el Día Internacional de la Familia. En México, en 2006 se decretó “Día Nacional de la Familia” el primer domingo de marzo. Para conmemorarlo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer una breve caracterización de las familias mexicanas, a través de algunos indicadores seleccionados.

En los últimos años, la sociedad mexicana ha experimentado transformaciones que influyen en la conformación de los arreglos familiares. No obstante, es posible afirmar que la convivencia en hogares familiares continúa siendo la forma de vida predominante de la población del país. Así, 97 por ciento de la población habita en grupos donde la mayoría de los miembros tienen alguna relación de parentesco con el jefe del hogar, mientras sólo 3 por ciento permanece sola o reside en la misma vivienda con otras personas sin mediar una relación de parentesco.

Los hogares familiares se clasifican en nucleares y extensos. Dentro del conjunto de los familiares, los nucleares (que se componen usualmente del jefe, su cónyuge y/o sus hijos, o un jefe con sus hijos) representan 72.9 por ciento. Los extensos (que se integran por un hogar nuclear al que se han agregado otros parientes o no parientes) concentran el 27.1 por ciento. Los primeros agrupan a 65.8 por ciento de la población en hogares familiares y los segundos a 34.2 por ciento.

En promedio, cada hogar familiar tiene 4.1 integrantes. Este número es diferente según la clase, en el nuclear hay 3.7 integrantes, mientras que en los extensos el promedio es de 5.2.

Por otra parte, la proporción de hogares encabezados por una mujer continúa su incremento, entre las principales tendencias sociodemográficas que explican este fenómeno destacan la viudez femenina como resultado de una mayor sobrevivencia y en consecuencia una esperanza de vida más alta de las mujeres; el aumento en el número de las separaciones y divorcios; el incremento en el total de madres solteras; y los importantes contingentes migratorios principalmente masculinos.

En el total de los hogares familiares, 77.3 por ciento tienen como jefe a un varón y 22.7 por ciento a una mujer. En los hogares nucleares la proporción que tiene como jefe a una mujer es de 17.9 por ciento, mientras que en los extensos es de 35.6 por ciento.

En lo que respecta a la edad, en general, las madres de hogares familiares son menos jóvenes que los padres, éstos predominan en las edades menores a 50 años, con una proporción de 61 por ciento, en contraste con el 50.5 por ciento que registran las mujeres que encabezan un hogar.

Además de la edad, la distribución porcentual por situación conyugal confirma que el ser jefa de hogar se relaciona, en la mayoría de los casos, con la ausencia del cónyuge, en mayor proporción por viudez (29.7 por ciento), seguida de la separación (21.8 por ciento), la soltería (14 por ciento) y el divorcio 7.7 por ciento.


En cuanto al tamaño de localidad también se observa que en ámbitos más urbanizados se concentra más de la mitad de las mujeres que son jefas del hogar (57.4 por ciento), siendo este porcentaje mayor incluso que el de los jefes varones 49.9 por ciento.

El nivel de escolaridad también muestra diferencias respecto al sexo del jefe del hogar, en el caso de los varones el porcentaje más alto corresponde a aquellos que tienen algún grado de la educación secundaria o equivalente (23.9 por ciento), seguido de quienes completaron estudios de primaria (18.4 por ciento), con algún grado de estudios superiores (17.2 por ciento) y con primaria incompleta (17 por ciento). Por su parte, la mayor parte de las jefas de hogar (20.4 por ciento) no completó estudios de primaria, 19.7 por ciento cuenta con algún grado aprobado de secundaria y la proporción de jefas con algún grado aprobado en educación superior es prácticamente igual a la de aquellas que no tienen instrucción.

Del total de hogares familiares, resaltan aquellos integrados por el jefe, la cónyuge y los hijos (63.8 por ciento), siguen los hogares monoparentales (constituidos por uno de los padres y sus hijos con 20.1 por ciento). Otras situaciones son las parejas sin hijos, ya sea porque los hijos ya salieron del hogar de origen o porque la pareja no ha tenido descendencia (12.2 por ciento), y los hogares de jefe sin núcleo familiar en donde están presentes el jefe y otros parientes e incluso no parientes, pero no el (la) cónyuge, ni los hijos del jefe de hogar (3.9 por ciento).

Dentro de los hogares nucleares son mayoritarias las parejas con hijos (68.8 por ciento), mientras que 16.8% son de jefes con hijos y 14.4 por ciento parejas sin hijos (sin descendencia o sin hijos en el hogar). En contraste, 50.2 por ciento de los hogares extensos son parejas con hijos; 28.8% se conforman por el jefe con hijos; 14.5 por ciento corresponde al jefe sin hijos ni cónyuge, y sólo 6.5% pertenece a parejas sin hijos.

En los hogares extensos, el predominio del jefe varón es menor en aquellos conformados por parejas con hijos (73.3 por ciento) y por parejas sin hijos (9.3 por ciento). Al mismo tiempo es menor la proporción de jefatura femenina en los hogares con hijos (67.7 por ciento), en los hogares sin núcleo es ligeramente mayor el porcentaje con jefa (22.7 por ciento).

El descenso de la fecundidad, la caída de la mortalidad y la mayor esperanza de vida, son factores que explican la disminución en el porcentaje de hogares con niños en edad preescolar y el incremento en la proporción de hogares que tienen por lo menos un integrante de 65 años y más.

En 37.4 por ciento de los hogares en el país había niños menores de 5 años, y en 17.3 por ciento se encontraba por lo menos una persona de 65 años o más, con datos de la edición 2009 de la misma encuesta, se observa que la proporción de hogares familiares con niños en edad preescolar es de 30.2 por ciento, mientras que el porcentaje de hogares con personas de 65 años se incrementó en más de 10 puntos porcentuales, ubicándose en 28 por ciento.

La condición de actividad económica y de ocupación del jefe, así como del resto de los integrantes del hogar están estrechamente relacionadas con las condiciones socioeconómicas del grupo completo, ya que no en todos los casos el jefe es el sostén económico principal, adicionalmente la precariedad de las condiciones laborales obliga a que el sostenimiento de los hogares sea una responsabilidad compartida entre dos o más de los miembros del hogar que se encuentran en edad de trabajar.

En 2010, del total de hogares con jefatura masculina, 87.3 por ciento tiene jefe económicamente activo y solamente en 12.7 por ciento de los casos el jefe no realizó actividad económica ni buscó trabajo en la semana de referencia. La tasa de participación de las jefas en la actividad económica es de 56.6 por ciento, valor inferior a la que reportan los jefes, pero superior a la PEA femenina en su conjunto que es de 42.5 por ciento.

Con relación a lo anterior, también destaca que la proporción de hogares donde solamente los jefes trabajan, es decir, donde ningún otro integrante del hogar se encuentra ocupado, es mayor en aquellos con jefatura masculina, 40.7 por ciento, en comparación con 39.2 por ciento de los hogares con jefa. En el resto de las categorías los hogares con jefas muestran porcentajes ligeramente superiores, lo que implica que sea más probable que en estos hogares más de un integrante participe en el sostenimiento económico del hogar.

Por otra parte, los porcentajes se invierten en donde el jefe está desocupado ya que en más de la mitad de los hogares dirigidos por mujeres (55.4 por ciento), ningún miembro estuvo ocupado en la semana de referencia, lo que representa una diferencia superior a 10 puntos porcentuales respecto de los hogares con jefe. Tomando en consideración dichas proporciones se puede esperar que en estos hogares el sostén económico dependa de ingresos por otros conceptos distintos al trabajo, tales como jubilaciones o pensiones, programas de gobierno, así como también por ayuda de familiares residentes dentro o fuera del país.


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