Progeso para todos, pero sin lonche - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Faltan varias horas para que el Teatro Aguascalientes se convierta en recinto oficial para la toma de protesta de Carlos Lozano de la Torre como titular del Poder Ejecutivo del Estado  de Aguascalientes para el periodo 2010-2016, sin embargo la zona está acordonada desde muy temprano, un helicóptero sobrevuela constante el área, si las obras del ostentoso puente inacabado ya dificultan el tránsito, las restricción a un solo carril hace el recorrido imposible.
El taxista se disculpa: “no me acordé que hoy era la cosa esa del señor ese, me hubiera ido por otra lado”, demasiado tarde, se encuentra detenido frente al teatro, adornado con los pendones de la nueva imagen de gobierno y el primer lema: Progreso para todos. El conductor traduce esa promesa: “yo lo que digo es que habiendo jale no pedimos nada, si quieren que nos roben, el chiste es que haya jale, lo que importa es el empleo. Son las 15:30,  el helicóptero sobrevuela el teatro, comienzan a llegar los primeros camiones con el contingente, vienen de todos los municipios, a algunos los distinguieron con una calcomanía roja, otros con cachucha del mismo color, los más traen una playera que señala su pertenencia, ninguno trae un pase que les permita entrar al teatro, eso nomás los invitados especiales, así que presenciarán todo lejos, muy lejos del escenario, aunque eso sí, se han colocado tres pantallas gigantes y muchas sillas para que se sientan cómodos.
La llegada del contingente es desordenada, los camiones los dejan afuera del teatro y se van. No son acarreados porque no les van a dar nada, uno de los organizadores, vestido con una playera verde que publicita al diputado Kendor Macías, discute con un grupo, dos señoras en silla de ruedas le reclaman que no les han dado de comer, el joven se defiende: “No hay lonches, si yo les digo que va a haber lonches, pues les traigo lo lonches, pero nunca les dije, si a otros camiones se los prometieron, bueno, son otros camiones, pero a nosotros no nos tocaron, además, hay que apoyar al patrón siempre, no nomás cuando les da cosas y hoy estamos para apoyar”. La escena se repite en diversos puntos de la explanada, lo único que obtendrán son botellitas de agua.
La toma de protesta se transmite en vivo, todos los medios de Aguascalientes, se ufana el conductor, se han unido para llevarle este trascendental evento. Afuera del teatro los altavoces magnifican los lugares comunes con que se intenta darle relevancia al acto, los conductores sueltan con una facilidad impresionante palabras como histórico, parteaguas, inigualable. Anuncian el retraso del vuelo en el que viene el secretario de gobernación en representación de Felipe Calderón y ante la necesidad de hacer tiempo hacen entrevistas con preguntas que no son tales como: “¿ha ponderado la capacidad, la entrega, el profesionalismo de Carlos Lozano, verdad?”.
Las bandas sinfónicas de Aguascalientes y de Zacatecas intentan elevar el ánimo, pero su participación se superpone a la transmisión de un video con imágenes de campaña, entrevistas en las que la esposa del próximo gobernador declara las razones por las que se casó con él, testimonios y declaraciones de Carlos Lozano en las que lleva cuarenta años preparándose para este momento.
Finalmente comienza la ceremonia, la diputada Miriam Dennis Ibarra Rangel declara al Teatro Aguascalientes como recinto oficial. Carlos Lozano de la Torre rinde protesta como gobernador. Afuera el contingente se anima, pero dura muy poco, no hay porras, no hay ruido, el comportamiento del contingente no se parece en nada a lo que los conductores dicen, mientras en la televisión señalan que hay una fiesta ciudadana, una euforia cívica, en la explanada lo más que ocurre es el paseo de las playeras, la festiva: Lozano… me late; la retadora: ¿No que no? Lozano gobernador. El contingente ya sabe que no habrá nada para ellos que no sea la transmisión del discurso.
La oratoria no es un fuerte del recién protestado gobernador, se tropieza, se equivoca, dice permisas en vez de premisas, pero hace su mejor esfuerzo. El discurso se divide en tres partes, la primera es una larga serie de agradecimientos con mensaje político, como mencionar a Beltrones antes que a Beatriz Paredes y subrayar el poder de convocatoria, la plana mayor priísta lo apoya, lo acuerpa, lo aplaude; finaliza con un intento de chiste: “Creo que hay quórum señor presidente”. Afuera, un hombre pregunta: “¿y no alcanzarán los saludos para acá, para la perrada?”.
La parte sustancial del discurso comienza con la mención al mando único, la creación de nuevas secretarías, del Instituto del Conocimiento y Transferencia de Tecnología, habla de rendición de cuentas y transparencia. Carlos Lozano asegura que “si no hay banca de desarrollo, aquí la tendremos que hacer”. Sigue con la crisis que alcanzó a Aguascalientes para pedir recursos al gobierno federal y a los empresarios que inviertan, porque habrá condiciones. Sigue con un discurso plano, poco emotivo, rebosante de números y nombres, al parecer sí será el empleo el tema prioritario, se reitera el anuncio de empleos, la instalación de una empresa japonesa.
Algo falla hacia el final, no es que el público esté frío y haya que hacer pausas enfáticas para sacarle un aplauso, el gobernador guarda silencio un largo rato, no sucede nada, no ocurre nada; un espontáneo grita algo sobre Carlos y el trabajo y los invitados especiales se animan, aplauden. Afuera, los “varios cientos” que anunciaron llenaban la plaza, ya eran muchos menos. Una mujer a la que le falta el brazo derecho se mueve inquieta en su silla, hasta que increpa a su organizador: “Noé, Noé, ya aguantamos mucho, ¿no?, ya vámonos, el contingente se aburre”, quiere seguir el ejemplo de los otros que, cuando Lozano de la Torre vuelve a los agradecimientos, caminan hacia el Parque Landeros en busca de los camiones que los trajeron.
El cierre del mensaje es “Por Aguascalientes todo, por México todo”, adentro comienzan los aplausos. Afuera la pirotecnia. La falta de coordinación es evidente, mientras truenan los cuetes e iluminan el cielo, en el recinto oficial el diputado Arturo Robles quién sabe qué dice porque en las bocinas suena la banda sonora de los Piratas del Caribe. En las pantallas se ve que alguien toma el micrófono, el tenor Jorge López Yañez entona el Himno Nacional, pero afuera los fuegos y la música siguen. A pesar del atractivo de la pirotecnia, cada vez son más los que se van, hace unas horas los coordinadores distribuían mantas, ya sólo queda una que dice Ojocaliente, Calvillo con Carlos Lozano de la Torre,  que cinco personas extienden frente a la pantalla gigante.
De nuevo sincronizan sonido e imagen, para escuchar a la presidenta de la cámara de diputados señalar que ya “pueden tomar sus asientos”. Alguien en el contingente reclama franco: “¿Otra vez?, Nooooooooooo”, la despedida de la diputada Miriam Ibarral, es rápida, aproveca para usar ese lenguaje legislativo que nunca es directo, donde los agradecimientos se manifiestan y patentizar. El gobernador del estado le señala al secretario de gobernación el camino hacia la salida, Luis Armando Reynoso, literalmente, se queda atrás, muy atrás, no es a él quien buscan los abrazos, las felicitaciones.
Son las nueve de la noche, el contingente es apenas un puñado de personas que caminan hacia el segundo anillo en busca del 40 o un taxi. Los que caminan por el costado del Teatro Aguascalientes se tropiezan y mezclan con los invitados especiales, trajes de noche, multitudes de corbatas rojas. Es otra la actitud, se intercambian sonrisas, blackberry en mano uno exige a su chofer que lo recoja en el mismo lugar donde lo dejó porque le aprietan los zapatos, otro avisa por el celular que irán a un “petit brindis” en el Quinta Real, caminan sonrientes, alguien dice: “si los planes salen como espero, ya la hicimos compadre”.  Ahora el estacionamiento es de los trajeados que caminan seguros de que ha vuelto el progreso, aunque no pueden evitar las críticas al gobernador: “¿viste que siempre decía permisas en vez de premisas?”.
En la explanada sólo quedan sillas vacías, no hubo saludo ni pasarela al final, es tan anticlimático el desenlace que nadie escucha al conductor informar que el gobernador uso un traje de tres piezas, de casimir y “Blanquita viste un vestido de seda con aplicaciones tabaco”, el contingente hace mucho que se fue, con su botellita de agua en mano.


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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