- Desconcierta a ex funcionarios la forma de “invitarlos” a rendir cuentas
- Ratificado en el ICA, Martín Andrade ratifica a todos en calidad de mientras
- Desbandada en Convergencia
Golpes bajos o falta a la palabra, así interpretaron algunos el llamado del Gobierno del Estado a funcionarios de la administración anterior para rendir cuentas sobre lo que califican como irregularidades en el ejercicio público.
Desconcertados se mostraron al enterarse por otras vías, menos por la Contraloría, del proceso que se sigue y la advertencia de que aclaren o finiquiten, si no se les aplicará la ley, antes de que se hagan “ojo de hormiga”.
Lo que más desconcierto provoca es que se presumía de un sistema de entrega-recepción cordial, con un esquema incomparable, a toda prueba y transparente. Hoy unos dicen que así es a veces la política… otros tachan de ingratos a los políticos aún y provenir de la misma clase.
Muy contento se le vió a Martín Andrade, pero también muy ocupado reuniéndose con el personal del Instituto Cultural de Aguascalientes, a quienes notificó que ya fue confirmado como el nuevo Director General y sólo espera que le entregue su constancia Carlos Lozano.
Para calmar las aguas que provocan los nombramientos por goteo, insistió en que no habrá cambios bruscos y que todos permanecerán en el cargo, al menos, fue un mensaje para que pasen con sus familias una Felíz Navidad. Después del año nuevo… se volverán a reunir.
Donde sí están turbias las aguas, con visos de tormentas, es en los procesos de renovación y reposicionamiento en el poder público de los partidos políticos. Chicos y grandes, sin importar el color, todos pelean igual, ni entienden ni aplican los valores de la verdadera democrática, esa que exigen pero que no predican, al final, todo queda en puros intereses personales.
Los panistas fueron los primeros en mostrar signos de descomposición, con una feroz carnicería donde al que quedó vivo, lo dejaron lisiado. Ahora sigue Convergencia, partido donde a sus dirigentes se les cae la cara de vergüenza ante su líder, quien vino a enterarse de una unidad ficticia basada en el interés por el poder.
El diputado Roberto Martínez sólo aguantó un mes representando las siglas del naranja, mientras que otros convergentes ya se mueven con los ojos puestos en el futuro político, el suyo, por supuesto.
El termómetro está desempacado en el PRI y PRD, y pues los que sigan, rumbo al proceso electoral del 2012.