- ¿Aceptas o cuello?
- ¿Y el SUTEMA y el titular de la JLCyA?
- A jalar parejo y cumplir promesas
“Lo aceptas o te vas”, sería literalmente la sentencia de Carlos Lozano a los trabajadores del gobierno del estado, en todos sus niveles, con relación al salario que podrá establecerse en los próximos días.
Independientemente de lo que opine el disciplinado Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y los Municipios, no habrá otra opción más que llamar a la obediencia, porque en estos tiempos de desempleo, lo más importante es estar activo.
En lo que si deberá ocuparse es en defender los derechos laborales, sobre todo la antigüedad de los empleados de base, porque no con el pretexto de la disciplina financiera o retomando el tan sonado tema de las limitaciones económicas en el gobierno, se atente contra la dignidad y la lealtad de los trabajadores.
Lamentablemente cualquier inconformidad o injusticia que se cometa, dejará de cierta forma indefenso al empleado gubernamental, pues resulta que todavía no se designa al titular de la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Por ello y en tanto no se conozca al nombre de quien encabece esa instancia, difícilmente podrán prosperar los procesos que se presenten ante el incumplimiento de pagos de aguinaldos, a decir del propio personal, que sólo se dedica a cumplir lo que venía realizando y archivar, hasta que llegue el jefe.
En síntesis, el ajuste salarial es una medida que podrá ser bien vista siempre y cuando se aplique con verdadera justicia, si los salarios representan realmente la productividad del burócrata y si el ahorro que se obtenga por ello, se reinvierte en gasto social o programas de desarrollo económico.
Independientemente, deberán dejarse de lado los excesivos gastos de representación, viáticos, prebendas, posadas, regalos por la navidad… y de forma especial, desaparecer cualquier nómina oculta.
Asimismo, sería recomendable que la asistencia a cualquier evento o invitación que se haga a algún funcionario, sea del nivel que sea, fuera del territorio con los representantes de la cúpula del partido o con quienes tienen aspiraciones políticas, no sea con cargo al erario de los aguascalentenses.
Entonces sí, se estaría entendiendo y aplaudiendo que hay un compromiso firme con la disciplina financiera.
Otro punto que hoy se anuncia es la revisión de las partidas económicas que se otorga a las organizaciones civiles. Un asunto álgido, considerando que hay algunas que viven del erario, no obstante que se dicen “no gubernamentales”, y que su labor no se ve ni se reporta.
Seguramente a la población le interesará saber cómo se sumarán los poderes Legislativo y Judicial, los partidos políticos y las presidencias municipales así como las delegaciones federales a la austeridad gubernamental.
Como sociedad, no se puede creer en un gobierno eficiente, honesto y ahorrativo cuando no se jala parejo ni se coordinan los esfuerzos, y en este caso, sobre un tema necesario, porque a todos, sobre todo a los sectores más desprotegidos de la población, los ahoga la cascada desenfrenada de aumentos en productos y servicios fundamentales para la sobrevivencia.