- Grupos de migrantes, estudiantes, trabajadores que buscan una mejor condición
- Pensaron que la mejor forma de convencer es contar sus historias
Un grupo de migrantes está haciendo un recorrido por diferentes estados para pedir un alto a las deportaciones, a las redadas y una oportunidad a la legalización, la idea es llevar a voto el Dream Act para beneficiar a los migrantes que hasta ahora, siguen padeciendo la discriminación y el racismo que los ha obligado a vivir en un estado de inseguridad, contó vía telefónica Juan Pérez, miembro del Asociación de Migrantes Organizados (AMOR) desde Chicago.
En este recorrido han tenido contacto con mucha gente anglosajona, mayores de edad, que les han manifestado interés por esa campaña, les preguntan, les piden información del movimiento, los procedimientos que usan para seguir adelante, los problemas que han enfrentado todos los indocumentados.
Han tenido contacto con gente de Delaware, New Jersey, Nueva York, Oklahoma. Todos ellos se han interesado por este movimiento del Dream Act donde lo mismo participan migrantes que están trabajando, algunos que tienen ya incluso su nacionalidad estadounidense, estudiantes; además de quienes forman parte de diferentes organizaciones civiles.
En estos foros además dan información sobre cómo se han dado los procesos de deportación, qué cuidados deben tener, cuáles documentos tienen que firmar, cuáles no, qué derechos tienen.
Una parte importante de este reclamo es el que están haciendo los estudiantes migrantes que han logrado llegar a niveles como la universidad, es el caso de José Herrera que actualmente se vio obligado a dejar la escuela y por lo pronto está promoviendo los derechos de los estudiantes no estadounidenses para que terminen sus estudios desde Chicago.
“Ahorita me quede en el tercer año de la universidad y la razón de que no he podido seguir es porque no hay como financiar mis estudios, uno no puede aplicar para la asistencia financiera, ni becas de gobierno, ni becas generales, todo tiene que salir de la bolsa de uno y si no es así es muy difícil que sigas estudiando”, específico José.
Después de marzo, los jóvenes estudiantes indocumentados empezaron a pensar en las alternativas que tenían para quedarse, terminar sus estudios e integrarse en el sistema laboral de su área de conocimiento, pensaron que la manera más adecuada era contar sus historias. Esto propicio que incluso hubiera grupos de jóvenes que salieron de la sombra para lograr la protección no sólo de ellos mismos sino de un grupo aproximado de 2 millones de jóvenes que están estudiando en todo Estados Unidos.
“La meta ahorita es eso, poder hacer el cambio a nivel político abogando para que esta legislación que ya está en el senado se lleve a voto”.
En torno a esta exigencia los estudiantes que fueron expulsados de sus centros de estudio empezaron a hacer desobediencias civiles como ir a las oficinas de un representante del congreso, sentarse ahí, para demandar que ese político apoye la legislación del Dream Act y lograr el voto, aunque se han hecho toda clase de desobediencias civiles. En gran medida esto es lo que ha influido para que se ponga dentro del calendario de los congresistas para que saquen a voto esta situación. “No solamente los arrestan por hacer estas desobediencias civiles pero también los pueden poner en proceso de deportación”.
Lo que a ellos les ha dado fortaleza para seguir aún con los riegos que esto implica dijo José Herrera, es que son jóvenes que estaban en el colegio o por graduarse en la universidad y después de concluir los estudios si no tienen papeles no hay nada más porque para poder seguir una maestría deben trabajar en algo relacionado con su carrera y no existe entonces forma de seguir estudiando.
“Nos la vamos a jugar todo porque que más vas a perder si no puedes seguir estudiando cuál es el futuro, entonces eso es lo que nosotros más nos motiva, pues ya no tenemos nada que perder”.
En el movimiento en Chicago son alrededor de 500 jóvenes de diferentes grupos, donde está José Herrera son alrededor de 40 ó 50. Para ellos fue muy importante que las acciones realizadas en favor de los migrantes se replicaron después en otros estados, los jóvenes empezaron a salir para manifestarse sin miedo.
La única diferencia que hay entre los migrantes que llegaron a Estados Unidos para trabajar y mantener a su familia en México, de quienes tienen la intención de estudiar para desarrollarse allá a otro nivel, es sólo la educación y lo que pueden hacer con ella. Para José Herrera es sólo el nivel de influencia que ellos pueden tener a nivel político para beneficiar a todos los migrantes.