- Se estima que con el equipo que ya está en desuso se fotografió tres veces al país
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El hangar del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) fue una historia que comenzó hace muchos años y que ahora las autoridades de esta instancia decidieron que debía terminar, efectivamente había partes del equipo que eran ya obsoletas sin embargo esta circunstancia del equipo se juntó con un interés que se ha venido generalizando para "privatizar" los servicios que en otro momento fueron públicos, esta es una situación evidente para quienes han transitado la vida en este ámbito.
El cierre del hangar del INEGI fue más que la culminación del uso de un equipo considerado obsoleto, es el recuento de seis millones de kilómetros cuadrados recorridos en vuelo durante más de 40 años de trabajo que comenzó en la ciudad de México con la primera compra de equipo aéreo que se usaba para la elaboración de los mapas donde se plasman los datos geográficos recabados.
Mapas topográficos, de edafología, del subsuelo, son entre otros los diferentes tipos de mapas que el INEGI genera para tener una idea de cómo es el territorio nacional, cuáles son sus características, sus potenciales y la fotografía aérea es el insumo principal para generar datos específicos sobre esta caracterización del país. Estos datos a su vez permiten a las autoridades en todos los niveles tomar decisiones sobre los rumbos del país.
En sus inicios el equipo del hangar estaba asignado a la Dirección de estudios del territorio nacional y planeación que dependía de la secretaría de la presidencia cuando todavía no existía el INEGI como tal. El equipo fue adquirido porque las necesidades de esta dirección eran tan demandantes que se requería tener un equipo propio para estar al ritmo que ellos necesitaban.
Llegaron las aeronaves equipadas con sus cámaras especiales, el hangar fue tan grande que se llegaron a tener entre ocho y diez aeronaves que daban la altura de vuelo necesaria para tomar las fotografías requeridas; luego se compraron también helicópteros que eran usados para ir a recabar directamente evidencias o comprobaciones de la información interpretada a través de las fotos aéreas. Al poco tiempo tuvo que abrirse un taller para la reparación y los servicios de mantenimiento de las aeronaves, esta era una opción factible por la cantidad de aeronaves que en aquel momento se tenían.
Mientras este equipo cuente con el mantenimiento adecuado pueden seguir funcionando durante el tiempo que sea necesario. En el caso del personal, se tenían equipos suficientes para enviar primeramente un equipo y de manera posterior otro de reemplazo porque los viajes a cada una de las latitudes del país eran largos.
Para 1980 aproximadamente estaba completamente fotografiado todo el país, después de concluir “la primera vuelta”, la labor parecía ser actualizar los datos para registrar los cambios que son constantes porque finalmente la parte esencial de los datos geográfico es justamente dar pauta para la toma de decisiones en el país. Esta actualización requirió la adquisición de un nuevo equipo pues la idea era hacer el trabajo de forma más ágil, el equipo comprado en aquella ocasión fue el que se conservaba ahora hasta antes de cerrar el hangar.
En cuestiones administrativas, por ese tiempo como equipo dejaron de ser parte de la secretaría de la presidencia para conformar un organismo que fue el antecedente del INEGI, una instancia donde se juntaron los estudios geográficos con la estadística y algo de informática.
Desde el terremoto de 1985 se pensó en cambiar el hangar para Aguascalientes pero fue hasta 1992 que se concretaron todos los detalles necesarios para hacer este movimiento, conseguir el espacio, convencer al personal que iba a operar desde acá porque principalmente para los pilotos y los mecánicos era difícil trasladarse a Aguascalientes, a la par de la planeación del traslado ellos seguían con su trabajo.
En total el personal y el equipo del hangar hicieron aproximadamente tres veces el recorrido del territorio nacional con un acervo enorme de fotografías, ahora uno de los grandes orgullos de quienes dejaron ahí su vida de trabajo es que de todos los rincones del país debe haber al menos una imagen. Así había venido operando el hangar con altas y bajas que dependían en gran medida de los presupuestos, hasta hace poco, momento en el que convergieron elementos más allá de los monetarios.
En esta coyuntura se junta que el equipo de las cámaras fotográficas de los aviones es casi ya obsoleto por la aparición de la fotografía digital, ese equipo nuevo es muy costoso, los aviones efectivamente no están en las mejores condiciones, los procedimientos burocráticos para la compra de insumos son sumamente lentos, esto a su vez se cruza con los procedimientos que desde hace años está siguiendo el gobierno federal para “privatizar” acciones que anteriormente eran de la adminsitración pública.
Por el momento al situación se encuentra a la “deriva” porque está en el aire la capacidad de la iniciativa privada para cubrir las necesidades que tiene actualmente el INEGI para generar esta información básica para la toma de decisiones en el país, falta ver que no sea necesario aludir a los países del extranjero para el uso de la tecnología satelital que desde la perspectiva de algunos atenta contra la soberanía nacional. Por otra parte todas las crisis se vuelven oportunidades para crecer y ojalá esta sea una de ellas.
El trabajo en el hangar le dejó a los trabajadores una gran satisfacción por el trabajo realizado, los aprendizajes vividos, seguro hay inconformes, otros que no acaban de resignarse y quienes a todas luces vislumbran en este hecho una injusticia, sin embargo lo importante es el trabajo hecho archivado en la fototeca del INEGI, que incluso pudiera reflejar el amor por un país en las imágenes.