- Hay áreas prioritarias que a mediano o largo plazo pueden convertirse también
- Lo más importante son los recursos para aplicar los planes de manejo
Más que aumentar la cantidad de áreas naturales protegidas en Aguascalientes lo que debe hacerse primero es fortalecer las cuatro ya existentes, Sierra Fría, Sierra del Laurel, Cerro del Muerto y Cerro de Juan Grande, que todavía no cuentan con programas de manejo para su conservación y desarrollo adecuado aunque sí existen espacios naturales que pudieran en el mediano plazo convertirse en áreas protegidas, declaró en entrevista Juan Ignacio Solorio Tlaseca, director del Instituto del Medio Ambiente del Estado (IMAE).
“Tenemos un importante porcentaje ya de nuestro estado bajo un esquema de áreas naturales protegidas, actualmente tenemos cuatro áreas naturales protegidas que representan en número redondos el 25 por ciento de todo el estado”.
En el corto y mediano plazo el reto de Aguascalientes debe ser consolidar estas áreas existentes, asegurar su conservación y mejoramiento; ya en un largo plazo se podrán incorporar otras áreas naturales como protegidas. El instituto realizó ya un estudio donde identificó cuáles son áreas prioritarias para la conservación, como El Sabinal, El Cerro de los Gallos, el Conejal, El humedal junto al aeropuerto donde está la rana de madriguera, otros humedales hacia Rincón de Romos, el Cerro de Altamira, entre otros.
Algunas de estas zonas están clasificadas como prioritarias por el paisaje, por la riqueza en la biodiversidad, algunos deben sólo conservarse y otros convertirse en áreas naturales protegidas en un mediano o largo plazo para dedicarse por el momento consolidar estos espacios existentes, generar los programas de manejo y aplicarlos. Hasta ahora la Sierra Fría tiene ya una parte del plan de manejo al igual que el Cerro del Muerto, este último está planeado para terminarse antes de concluir la presente administración.
“Conforme se tenga la capacidad administrativa, de recursos humanos y económica para operar estas áreas; si no, tendremos áreas de papel, simplemente documentos que digan que un área es natural protegida pero si realmente no hacemos acciones, no tomamos actividades, no sirve de mucho que tengan un papel de protección”.
Los programas de manejo implican un proceso complejo, las áreas naturales protegidas representan retos de acuerdos sociales, de consensos y eso ha limitado el avance los respectivos planes, además en algunos casos su elaboración es compleja desde la parte técnica para generar información que no se tiene para luego hacer las propuestas correspondientes.
“Esto es lo que nosotros hemos trabajado como en el caso de Sierra Fría también el programa de manejo está prácticamente terminado, pero si nos llevó alrededor de dos años y ahora simplemente falta el proceso de consenso, de consulta con la sociedad, de aprobación por parte de los sectores sociales y también al tratar el caso de Sierra Fría tenemos una situación especial porque también esa área tiene un decreto federal”.
El funcionario reiteró que lo más importante es concretar las gestiones para conseguir dinero para su operación porque si en estos programas se dice que se requiere hacer reforestación, restauración de suelos que haya dinero de la federación y del estado para llevar a cabo cada una de las tareas. Esto es algo en lo que se debe seguir trabajando antes de pensar en denominar como áreas protegidas otras zonas.