- El fue el ganador del premio Salvador Gallardo Dávalos 2009
- La experiencia de tener tan cerca al lector fue algo que no se esperaba
Hace un año Manuel Ramos Montes confesó que le daba mucha pena ver su nombre escrito en una portada. A un año de aquella experiencia donde le tocó agradecer y presentarse públicamente como el ganador del premio Salvador Gallardo Dávalos 2009, ahora estuvo sentado a una mesa compartida con una lectora que disertó sobre su obra, Llanto de Lisboa, igualmente en la feria del libro de Aguascalientes, en su edición número 42.
Si en aquel momento, antes de tener Llanto de Lisboa en sus manos, ya sabía que no le gusta ver su nombre impreso en una portada, la experiencia de ahora fue incluso un poco más allá, porque además de tener una portada con su nombre había frente a él una lectora que hizo una interpretación de la novela y lo cuestionó como autor.
“Ver al lector en acto, ver a esa criatura ya aparecida es tremendo, de verás la delicadeza y la violencia de la literatura es eso, no saber cómo va a llegarle al otro tu obra, quizá de manera más filtrada”.
Él desde siempre concibió que su obra tendría un efecto menor del que en realidad le expresaron al momento de la presentación, ya sea en el sentido positivo o negativo. “Si uno se emociona, no crees que se va a emocionar tanto o crees que se va a emocionar apenas o nada. El punto medio al que apela uno en el lector a veces nunca se consigue y a veces hay una exacerbación”.
Se dijo abrumado y con miedo luego de la experiencia de tener tan cerca a una lectora que le expresó sus impresiones y lo interpeló; aunque ya había vivido un ejercicio similar no fue como en esta ocasión porque con estos libros, está profanando cosas y atreviéndose a decir cosas que antes no hizo.
En el transcurso de este año, desde el momento en que se presentó como ganador hasta ahora que pudo ver impreso su libro, Manuel estuvo dedicado a la escritura de otra novela que es la tercera de una colección, está última lleva por nombre El par de los levantes de la aurora. Este tiempo transcurrió entre la corrección de las pruebas de Llanto de Lisboa y la escritura de la nueva novela, fueron dos procesos paralelos y dos emociones al mismo tiempo.
Las correcciones del texto ganador fueron detalles que el mismo autor pidió que se modificaran porque el texto como fue enviado inicialmente fue el que había sido ya trabajado para la edición, pero al momento de encontrarse nuevamente con lo escrito se dio cuenta de cosas que son errores no deliberados y le dieron la oportunidad de hacer cambios hasta en tres ocasiones para tener finalmente la novela como se presentó.
Por una parte tenía la expectativa de ver un libro terminado e impreso y por otra estaba en proceso de generación de una nueva novela, hasta que llegó el momento de volver nuevamente a la feria del libro para por fin presentar Llanto de Lisboa y de alguna forma ver en primera instancia un ciclo concluido.
“Estoy muy contento por ver el libro, me satisfizo mucho el trabajo de edición que hicieron en el Instituto Cultural de Aguascalientes y yo estoy encantado de volver, feliz con el libro”.