- Aguascalientes está incluido dentro de este patrimonio de la humanidad
- Hay toda una serie de riquezas alrededor de este camino histórico
Dentro del programa de la feria del libro esta tarde presentan el libro El camino Real de tierra adentro, una investigación coordinada por Tomás Martínez Saldaña donde participó un grupo de aproximadamente 20 investigadores donde cada uno de ellos aportó evidencias de la riqueza de este que es uno de los caminos más importantes de México. Este libro fue presentado ayer en la edición 42 de la Feria del libro organizada por el Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA).
“La historia del Camino Real de tierra adentro, es la historia de los caminos de México desde que se inicia en la época colonial, nosotros en México tenemos los caminos hechos por los aztecas, por los indígenas y la vinculación del centro de México al norte es muy antigua, no sabemos tiene dos mil, tres mil años, hay mucha historia arqueológica de ello”.
Cuando llega la conquista lo que más les importó a los españoles fue la plata, la vinculación con la plata sobre todo la de Zacatecas y Guanajuato eso permitió la conformación del camino real de la plata concluido entre 1545 ó 1550; la historia continúa buscando plata más hacia el norte lo cual les lleva alrededor de 50 años por la guerra chichimeca.
Los descendientes de los fundadores de Zacatecas se siguen al norte y llegan hasta Santa Fe de Nuevo México en el año 1592 buscando plata, en ese proceso se hace el Camino Real de tierra adentro y lo que ahora existe es el camino que va de la ciudad de México hasta Santa Fe.
Esta ruta del Camino Real de tierra adentro, en la cual está incluido Aguascalientes es ya Patrimonio de la Humanidad, lo cual implica un gran compromiso, en primera instancia para registrar el patrimonio en todos los ámbitos, lograr la conservación de esta riqueza, su reproducción y la forma de hacerlo útil para las personas que viven en estas zonas. “Se requirió de una colonización agrícola para que se diera una colonización minera efectiva en el norte, en el centro fue diferente”.
La importancia de este camino es por supuesto una remembranza histórica, pero es más que eso, fue inicialmente un camino de gente que generó cultura, lengua, comida, ideología, fiestas; después fue un camino de animales como parte de la colonización ganadera, las vacas, las ovejas y los caballos; y también el camino de la herencia botánica.
“En el Camino Real encontramos herencia genética del siglo XVI y XVII de la cultura mesoamericana, tenemos que recordar que de Aguascalientes para adelante ya no estamos en Mesoamérica sino en el desierto por lo tanto la fruticultura, la horticultura mesoamericana no se da aquí”.
Para lograr una publicación como esta, el grupo de 20 académicos se enfocaron a cada una de las áreas de la riqueza de este camino, inicialmente este proyecto estaba propuesto como una publicación meramente científica, sin embargo en el proceso por parte de Ana Orozco hubo una sugerencia para volverlo un texto al alcance de cualquier persona.
“Es un libro de divulgación que le llega a las personas que viven en el Camino Real de tierra adentro lo que se dice ahí es parte de la vida cotidiana, lo que pasa es que no lo percibimos así, no lo vemos y menos nos imaginamos que un árbol viejo de 200 años que produce durazno, chabacano, membrillos, se habla de riqueza botánica, porque ese árbol es único en el mundo”.
Gran parte del trabajo en cuanto a este hallazgo y el nombramiento de patrimonio de la humanidad está en que se conserven lo que ahora ya está considerado como las canciones, la idiosincrasia, la ideología, la lengua, pero también la genética botánica donde incluso se encuentran frutas que ya no existen en España.
La búsqueda es que no se muera lo existente alrededor del camino real, los olores, sabores, frutas, los alimentos, las tradiciones populares, los edificios, alguien en específico debe dedicarse de todas esas labores de conservación, cuidado y promoción de esta área.
“La herencia es enorme yo creo no se dieron cuenta a que se comprometieron la mera verdad, yo estoy seguro que no se dieron cuenta, hay que preservar la lengua, el alimento, las plantas, los animales, usos y costumbres de gentes, edificios antiguos… a eso nos comprometimos”.