- Sedec contra Secretaría de Economía
- Regidores listos para la foto
- INEGI en tiempos de transparencia de información
Resuelto el asunto de la magistrada Viguerías, parece que la convocatoria para suplir al expresidente del Supremo Tribunal de Justicia, Arturo Muñiz Candelas, se emitirá el próximo 19 de octubre.
La incógnita es si varios jueces, entre ellos el sexto penal, participarán en los términos en los que se está planteando: sin evaluación. Y es que hay que recordar que éste juzgador obtuvo la calificación más baja en el examen que se aplicó la última vez que se inició proceso para sustituir a la que será reelecta por los diputados.
A propósito de ellos, hay una razón por la que varios no contestan sus teléfonos: están atendiendo asuntos personales, sin justificar por qué se le asigna a los proyectos especiales el siete por ciento del presupuesto anual, cuando tienen toda un área encargada de los servicios parlamentarios y un Instituto que crearon, supuestamente, para dar sustento a las reformas que impulsan.
El que calla otorga, dice el dicho, y por la respuesta que obtuvimos hoy, hay 12 millones y medio que aún están sin justificar…
Siguen los dimes y diretes entre los empresarios: por un lado la SEDEC que ya quiere apagar el fuego, con el argumento de que ya va de salida y no quiere pleitos con la Secretaría de Economía (SE); con todo y eso discrecionalmente quiere sacar al CCEA del proyecto México Emprende, no sabemos aún con qué planes.
Pero algo es obvio, los integrantes del Consejo Coordinador no se desistieron de su intención de ser el órgano intermedio, tanto que ahora la CANACINTRA, que se quiere quedar con el cargo, anda presionándolos para obtener las firmas necesarias y hacer ante la SE que no pasa nada y todos están felizmente de acuerdo.
A ver en qué termina esta situación, lo importante es que los recursos caigan directitos al estado y no haya estas acostumbradas “presiones” para firma de compra de terrenos o caras amables en la próxima visita del secretario de Economía.
Y a los que nada más les faltó formarse en fila y tomar distancia, fueron los regidores de la capital, pues ahora sí muy cuadraditos y puestos para la foto acudieron a palacio de gobierno para subirse el cuello y decir que firmaron el convenio de colaboración para el mando único.
Los únicos que faltaron fueron el panista, Cuco Muñoz; la del verde, Catalina Azcona; el convergente Jorge Brand y el síndico de hacienda, Joel Castañeda. De ahí en fuera, todos los priístas muy contentitos y vistiendo sus mejores galas se sintieron cercanos a los altos mandos de seguridad, tanto que hasta algunos “rebeldes”, ahora sí, defendieron el documento que ya fue avalado en sesión de Cabildo.
Pero no todo es color de rosa, puesto que las órdenes se dieron desde antes de firmado el documento, luego de que la estatal girara instrucciones a los mandos policiacos de no dar entrevistas a los medios, eso a pesar de no estar contemplado en el convenio.
Este es el momento en que salen al sol todos los trapitos y nadie se va a querer hacer responsable de la parte de la historia que los toca, los estudiantes no tienen contubernio con los grupos de poder de la universidad, el IEA seguro va a decir que él no tiene malos manejos de recursos y el déficit es por otras razones distintas a las de falta de dinero y así sucesivamente, al final todos resultan estar limpios de culpa e incluso se indignan porque se sienten difamados, cuando todos en realidad sabemos que sí hay gato escondido.
Como con el INEGI, que por más berrinche que hacen porque se les acusa que su manejo de las cifras no es correcto, puesto que no son patrones solidarios y respaldan a los trabajadores de limpia del edificio, ahora también está también en boca de todos los sucedido con el hangar, está la cuestión de los salarios dispares y ellos siguen herméticos, cerrados, negados a dar una entrevista para confirmar, aclarar o desmentir los dichos que circulan públicamente.
Reiteramos, algo esconden y si no es así, pues que extiendan las manos y den la cara, en lugar de usar los recursos públicos para cubrir sus propios intereses llevándose entre los pies a quien se les ponga enfrente.
