La mediocridad del ITEA - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 por causa de la corrupción, el país registra anualmente pérdidas por alrededor de 85 millones de dólares. Para dimensionar esa cantidad, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Tamaulipas (ITAIT) señaló que esa cantidad corresponde al 35 por ciento del presupuesto de Egresos de este año, casi el 10 por ciento del Producto Interno Bruto nacional. Un poco más de números para comparar: ese dinero que se gasta en corrupción equivale a 2.6 veces la cantidad que el gobierno federal aporta a los municipios y a los estados; es 12 veces más que el presupuesto que tienen asignado la Secretaría de la Defensa Nacional y la Procuraduría General de la República para el combate al narcotráfico. Esos 85 millones de dólares, señaló el director jurídico del ITAIT, César Abraham Ramírez Rosas, es 159 veces más de lo que se destina a seguridad. 

Ya que se tiene dimensionado el problema, la enorme fuga de dinero que los mexicanos sufrimos por la corrupción, debería ser más sencillo establecer las prácticas que impidan estos actos de deshonestidad que, además, se traducen en pérdida de inversiones, por la falta de transparencia en la aplicación de los recursos privados y públicos. 
¿De qué sirve tener este diagnóstico? Este conocimiento apuntala la necesidad de generar prácticas anticorrupción de inmediato con el propósito de ser competitivos como país, si como otros estudios señalan, los empresarios gasta hasta el diez por ciento de su inversión en aceitar la maquinaria para poder establecer un negocio, la generación de empleos seguirá estancada. Para evitar estas prácticas es indispensable hacer válida la rendición de cuentas por parte de los gobiernos municipales, estatales y federal para así evitar seguir alimentando este monstruo. 
Es cierto que hay corrupción a todos los niveles y en todos los ámbitos, desde el conductor que se apresta a sacar un billete para que no lo infracciones hasta el gobierno que pide una comisión por la construcción de un puente. La corrupción va desde la práctica aparentemente inofensiva de usar las influencias para colocar en la escuela que se quiere a un hijo hasta las compras realizadas por el gobierno en bienes de los que jamás se rinden cuentas. 
En el ámbito personal es tarea individual combatir estas prácticas, implica el ejercicio pleno de la ciudadanía, bastan el sentido común y el cumplimiento de las leyes, ejercer los derechos y obligaciones que como sociedad tenemos. Tarea inmensa y que parece imposible, aún nos cuesta trabajo relacionar nuestro comportamiento en las calles y el hogar con lo que sucede a nuestro alrededor, ¿a quién le hace daño que no se respete el reglamento de tránsito, darle una ayudadita al policía, tirar la basura en la calle o llevarla al contenedor fuera del horario?, pareciera que a nadie, ¿a poco es tan grave comprar medicinas sin receta, a quién afecto si utilizo los recursos de mi lugar de trabajo para apoyar a un candidato, quién se muere si cobro y no trabajo? Y muchas más que se pueden enunciar, acciones que no vemos como eslabones de una cadena que al final detienen el desarrollo económico, social, cultural y político del lugar en que vivimos. 
Es urgente que se asuman a cabalidad las obligaciones y derechos que tenemos para así poder exigir la rendición de cuentas a quienes nos gobiernan, al cumplir con nuestra parte del contrato social no habrá justificación para pedir que se transparente el accionar del gobierno a través de información clara y detallada de sus acciones. Establecer un modelo de rendición de cuentas que no sólo implique la creación de mecanismos de seguimiento como los que actualmente tenemos, que además impliquen la obligación de políticos y funcionarios de informar sobre sus decisiones de forma tal que estén justificadas, así como la capacidad de sancionar a los corruptos. 
En la entidad se cuenta con una herramienta que se podría utilizar para lograr un gobierno democrático, el Instituto de Transparencia del Estado de Aguascalientes (ITEA), que tiene entre sus funciones garantizar, promover y difundir el derecho al acceso a la información; sin embargo, el funcionamiento de este organismo es tan pobre, tan por debajo de las necesidades y expectativas ciudadanas que sólo el nueve por ciento de la población tiene conocimiento de su existencia. 
En fechas recientes en ITEA ha ocupado las primeras planas de los diarios locales, lamentablemente no por su trabajo, sino porque la mediocridad del Congreso Estatal, por el desempeño vergonzoso de los diputados y su toque inverso de Rey Midas que ensucia todo lo que toca. Como muestra, el nombramiento de los nuevos Comisionados. Tras un largo proceso en el que se embarró a la Universidad Autónoma de Aguascalientes, al final los diputados lograron embrollar de tal manera las cosas que los funcionarios salientes ya se ampararon porque se quieren reelegir o para cuestionar el procedimiento, mientras que los nuevos comisionados lo único que han hecho es pedir más presupuesto para viáticos y auxiliares, ni hablar de la rendición de cuentas desde el mismo organismo que tiene como función garantizar ese derecho, hoy todavía no ha podido explicar cuáles son los méritos de las comisionados para obtener su nombramiento. El lugar que ocupa en las noticias hoy el ITEA no tiene que ver con el acceso a la información, se lo ha ganado por la opacidad en que opera: personal que no cumple con el requisito de tener un título profesional, incapaz de demostrar conocimiento alguno sobre transparencia y cuyo mayor mérito es el apoyo de alguna fracción partidista. No están en mejores condiciones los funcionarios que se ampararon y quieren ser reelegidos, pues sólo manifiestan la necesidad de seguir ocupando el cargo porque ya han sido capacitados, porque ya se gastó mucho dinero en mandarlos a cursos en los que aprenden lo que deberían saber para formar parte del ITEA, un círculo vicioso de pretextos y promesas. Urge que el ITEA haga valer su condición de organismos ciudadano, que informe, que aclare, dejar de estar en las primeras planas porque la titular del Instituto, María Cristina Díaz de León, para avalar su experiencia en materia de transparencia sólo cuenta con el trabajo ejercido en una clínica cosmetológica, que comisionados como María Elena López Martínez y Ángel Hernández Arias muestren un poco de inteligencia y publiquen en el portal del ITEA la documentación que avala sus estudios profesionales, para dejar atrás los dimes y diretes con que hoy son cuestionados, tan simple como hacer pública la información a través del portal, un principio básico del funcionamiento del Instituto. 
Pero eso no va a ocurrir, el ITEA y sus funcionarios seguirán siendo cuestionados por que es un organismo mediocre, desde su creación se ha dedicado a justificar su falta de propuestas, ha dedicado más tiempo a señalar la dificultad de hacer su tarea que a generar soluciones. Cuando se podría estar realizando el trabajo necesario para eficientar la difusión de la información gubernamental, hacer más accesibles los portales en internet, hacer cumplir las solicitudes de información, en resumen, cumplir con su tarea de otorgar a los ciudadanos información suficiente, verificable y oportuna para así analizar y discutir las acciones de gobierno, el ITEA ha decidido establecerse como institución de ornato, sus mayores logros han sido organizar encuentros, capacitar a sus propios funcionarios y quejarse del presupuesto que no tienen. 
¿Qué nos corresponde hacer? Exigir, no refugiarnos en la mediocridad. 
Hace varios años, durante el sexenio de López Portillo, el ingenio popular transformó un lema de campaña en una caracterización que hoy todavía nos pesa: la corrupción somos todos. Después vino otro presidente a intentar lavar esa imagen con una promesa de renovación moral, de ese tiempo a entonces se han modificado las promesas, pasando de lo general a lo individual, ahora lo que importa es el bienestar, estamos obsesionados con refugiarnos en familia para que el mal del mundo exterior no nos toque, a grado tal que aceptamos una promesa vana como que regresará el progreso, ¿cuál, a qué costo, cómo, con quienes?, qué más da, ha de llegar. Centrados en el interés propio se han descuidado los mecanismos que tenemos para propiciar esas condiciones de bienestar, de otra manera, por omisión o complicidad, la corrupción seguiremos siendo todos. 
http://edilbertoaldan.blogspot.com/ 


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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