Navegar en internet y que en la pantalla aparezca el número 404 es una frustración de la que es difícil recuperarse, si se escribió la dirección en la barra se puede intentar “corregir”, pero si se siguió un enlace y aparece “404 not found” poco se puede hacer, no es que el servidor no pueda conectarse, simplemente esa página no existe. Si algo caracteriza al periodismo en Aguascalientes es que no cuenta con memoria, todo se reduce a lo inmediato, cuando se intenta dar seguimiento a la información, la búsqueda finaliza irremediablemente en el error 404.
Este domingo 10 de octubre, en el campus de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, alumnos inconformes por la sanción a dos de sus compañeros realizarán una manifestación durante la Feria Universitaria, vestidos de blanco van a protestar porque el rector Rafael Urzúa Macías expulsó durante seis meses a Daniela Martínez Solano y a José Guillermo Moreno Antillón por comentarios que escribieron en Facebook. Ahí está la nota, con elementos suficientes para hacerla atractiva al lector: ataque a la libertad de expresión, a lo que hay que sumar el monitoreo que hace la UAA de las redes sociales, para enriquecer las posibilidades de discusión es necesario agregar las declaraciones de ambos lados del conflicto, los estudiantes señalan que el castigo no sólo es resultado de sus opiniones, sino que se relaciona con la elección de consejeros universitarios, las autoridades contestan que “Es muy fácil hacerse la víctima”.
Con el derecho que les otorga defenderse, los alumnos expulsados han sabido usar los espacios de los medios y Facebook para subrayar lo absurdo de la sanción, mientras que las declaraciones del rector sólo lo han mostrado intolerancia: “es rentabilísimo hacerse la víctima”, incapacidad para informar: “es una cuestión interna de la Universidad, es una medida disciplinaria” y, peor aún, mezquindad, ya que para negarse a aclarar el asunto sugirió que la expulsión se debió a otros motivos: “no por las opiniones que vertió en Facebook, sino por una falta que cometió en el campus, de la cual no voy a hablar”.
La importancia que los medios han concedido a estos hechos no se enfoca en el ataque a libertad de expresión, apuntan a que en el fondo de este conflicto está la próxima elección de un nuevo rector para la UAA, lo de menos son los estudiantes, lo que se destaca es la lucha de poderes, se acusa a los alumnos de ser títeres de un grupo, se barajean nombres de posibles candidatos manipulando la situación en su beneficio, incluso se asegura que el rector exigirá la renuncia de la secretaria general, Ernestina León Rodríguez, así como que este escándalo sirve para asegurar que Mario Andrade Cervantes, decano del Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción llegue a la rectoría. Ruido.
Un ruido similar al de febrero del año pasado, cuando Rafael Urzúa Macías, fue descubierto como plagiario, para justificar el fraude del rector se ofreció la cabeza de su secretario particular, Marco Antonio Gallardo Cabrera, y se explicó que la denuncia se relacionaba con un grupo político dentro de la UAA al que se le descubrieron malos manejos gracias a una auditoría a la Posta Zootécnica. ¿Qué sucedió después? Nada, al menos no algo de lo que uno pueda enterarse por los medios.
Los estudiantes saldrán este domingo a manifestarse. Ya tienen la respuesta del rector: “No voy hablar más de eso, soy muy tajante, ¡tan tan! ¡final!”. Se realizarán las elecciones en la UAA y habrá un nuevo rector. Lo que suceda en medio de eso, será para los lectores un Error 404 porque los medios no estamos cumpliendo nuestra tarea, no se realiza investigación alguna, no se da seguimiento a la noticia y bastan unos cuantos días de silencio para salir de las páginas de los diarios, para ya no ser transmitido.
Si el rector cometió plagio y no sufrió las consecuencias del fraude, es consecuencia de la impunidad que da ser noticia pasada. Si la protesta de los estudiantes tiene otras intenciones, si hay alguien que los manipula, no lo sabremos, bastará que se deje de declarar sobre el asunto para que ya no sea noticia. Los medios estamos absortos en las declaraciones, en la facilidad de alargar la grabadora y transcribir, hemos olvidado la tarea de investigar. La noticia está armada a partir de lo que uno y otro bando dice, resulta difícil enterarse de lo que realmente ocurre, porque aquí, como pasa con la mayoría de la información, gana quien pueda chiflar a pesar de comer pinole.
Ni hablar de las consecuencias, parecieran que esas no existen, el asunto está condenado a agotarse en las reacciones a la protesta del domingo. El olvido al que está condenado este asunto, la impunidad, no está relacionado con la importancia noticiosa, siempre habrá asuntos de mayor relevancia (las cuentas públicas, el mando único en la policía, el cambio de estafeta sexenal, el incremento de asesinatos), es sólo que rendidos a lo inmediato, olvidamos el papel que juegan los medios como memoria colectiva, si cada nota informativa y su seguimiento reflejan el compromiso de los medios con sus lectores, estamos muy por debajo de lo que la sociedad exige, todos nuestros enlaces llevan a una página que no existe.
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