- Afirma propietaria, Patricia Huerta que su casa no tenía ninguna afección
- La casa queda oculta por una barrera endeble de tablas que se colocó tras tumbar bardas
La casa marcada con el número 51 del recinto Chamacuero, en el fraccionamiento ganador del premio de vivienda 2007 Valle de los Cactus, fue dañada en parte de su infraestructura y quedó aislada a causa de los trabajos de demolición de casi 70 viviendas falladas que comenzaron desde hace un mes. A la fecha, todavía está habitada por seis personas, incluida una bebé.
Patricia Huerta, madre de la familia propietaria de la vivienda, denuncia ante La Jornada Aguascalientes que los trabajadores del Instituto de Vivienda del estado de Aguascalientes (IVEA) dañaron su propiedad el pasado jueves: “le estaban tumbando y yo les digo que por qué no se esperaron hasta que ya nos hayamos ido”.
Aunque el argumento con el que el IVEA inició la demolición a finales del mes pasado y prometió la construcción de un parque fue la afección a todas las viviendas por haberse construido sobre el paso de una grieta, la señora Huerta asegura que “mi casa no tiene nada, hasta ahora últimamente sí se están abriendo poquito y eso porque me quitaron las contra bardas de atrás, ayer (el jueves)” y colocaron en su lugar unas tablas.
Esas endebles barreras la tienen aislada del resto de las casas que quedan, alrededor de 10. Quien pasa por el frente del recinto sin conocer la casa y la situación, no podría pensar que al fondo existe esa vivienda. A simple vista todo parece ya derruido.
Desde que la maquinaria entró, afirma, “ha trasminado poquito el agua” de las últimas lluvias y aunque antes de que todo esto pasara el Instituto le ofreció reubicar a su familia, después le negó otra vivienda a causa del atraso en los pagos, pese a que ya había firmado un convenio que dice no haber incumplido.
“Ellos me dicen: para fin de que yo te reubique donde tú quieres, quiero que tú me des 10 mil pesos en este mes. Yo dije: déjame pues ahí (…) Aquí somos seis: es mi esposo, yo, el niño de 12 (años), el muchacho de 17 y mi hija es madre soltera, con su bebé”, relata.
Patricia Huerta, que hasta ahora decidió revelar su nombre, dice que su esposo y ella ya tomaron la decisión de no dejar la casa a menos que les den otra en Valle de los Cactus; quieren la casa muestra que está en la orilla de lo que antes era el recinto y están dispuestos a continuar los pagos en los términos del convenio, pero tampoco quieren dárselas.
Acusa a un intermediario del IVEA de nombre Franco de que el miércoles “nos canceló la casa porque no nos queremos salir”, de modo que no pueden ya hacer sus pagos “e incluso hasta le dijo que nos iba a demandar, que iba a poner la casa en la judicial (…) a toda la gente la tiene asustada”.
También asevera que ha propuesto al IVEA que le compre su casa por un millón de pesos, a fin de que pueda adquirir otra, pero la dependencia no ha aceptado.
Por el contrario, se queja, a ella y a otros vecinos los tienen amedrentados y los presionan suspendiéndoles servicios como agua y luz, además de que se les cobra vigilancia, cuando ya ni siquiera hay veladores.
“La otra vez duramos una semana sin agua y nos tuvieron que traer pipas. Y si te fijas, en esa (lámpara) no hay luz; en aquella tampoco hay luz y en la otra tampoco hay luz. Entonces yo les digo que por qué no ponen y dicen que no, que se cancela y que ya no va a haber luz aquí… De una o de otra forma están presionando para que tú te vayas”.
En el caso del servicio de luz, que también fue suspendido en ocasiones, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se deslindaron, pues la falla fue consecuencia del trabajo de la maquinaria.
“Escarbaban y escarbaban y dañaron los cables de la luz; entonces íbamos y le decíamos a vivienda y vivienda se enojaban y nos decían que fuéramos con los de la luz. Nos están cobrando mantenimiento, nos están cobrando luz y no tenemos. La vigilancia también nos la están cobrando y ya no tenemos vigilancia”.
“Ya nomás nos dieron hasta enero. Ya si en este mes ya no se hizo nada, nos van a dejar así y en enero van a tumbar todas las casas”.
Denuncia también que hace unos meses se construyó en el fraccionamiento la manzana número 27 y se dijo a los habitantes del recinto Chamacuero que sería para reinstalarlos ahí, pero eso tampoco se los han cumplido.
En ese recinto había alrededor de 70 viviendas y poco antes del 27 de octubre comenzaron con la demolición de las casas, que habían comenzado a presentar grietas.
Según Patricia Huerta, “el primer año que cumplimos aquí vinieron a hacer un escarbadero… experimentos del suelo y sacaron pañales, bolsas del mandado… olía horrible. Lo sacaron y así lo dejaron; con la misma tierra que escarbaron, la taparon. Hasta la fecha, cuando se llovía se metía el agua así abajo”.
Sobre ese material se construyeron viviendas que formaron parte de un proyecto reconocido a nivel nacional.