- Azufre en el ICA
- El ITEA y sus alcances
- Los empresarios también la buscan
El ICA, ¿huele a azufre? Por los pasillos del Instituto de cultura del estado se está corriendo fuerte el rumor de que la semana pasada hubo una comida entre el gobernador electo, Carlos Lozano de la Torre con el exdirector del ICA, Enrique Rodríguez Varela. ¿El asunto? Como se puede intuir, un primer acercamiento para conocer si el malquerido por muchos, el “chamuco” estaría interesado en volver a dirigir por seis años la cultura en el estado.
Enrique, persona querida y cercana a esta redacción, ha decidido guardar silencio y su estado actual es de “incomunicado” con el círculo grillesco local. No se ha podido verificar si efectivamente esa comida se dio o si es invento de alguna mente macabra cercana a la cultura local. Aunque por el hermetismo del “chamuco” podríamos intuir que “algo hay de eso”.
Aseguran algunos de los entrevistados que ayer o mejor dicho, desde antes, se decidió ya la integración de la junta de gobierno del Instituto de Transparencia. Tal vez por eso las entrevistas se retrasaron más de una hora.
Quienes se acercaron a esta columna dicen que Carlos Guerrero Pérez es el delfín del gobernador electo y, por tanto, iría apoyado por toda la bancada.
Mientras tanto, José Guadalupe López Ramírez, uno de los que sí podrían tener idea de lo que es la transparencia, iría apoyado por la fracción priísta, impulsado principalmente por Fernando Palomino.
Pero como para llevarlos al ITEA se requiere mayoría calificada y la alianza con el Verde, Convergencia y el diputado independiente sólo les daría 17 votos, los priístas tendrían que negociar con la bancada del PAN.
Así, los azules que no llevan las de ganar le tirarían ya no a poner a una de sus propuestas, sino más bien a alguien que le sea completamente incómodo al próximo gobernador y es ahí donde el actual comisionado Luis Emilio González podría hacerse de la reelección.
Esperemos que sean sólo rumores y que den oportunidad a la gente que sí tiene ganas de trabajar. Dos de ellos, interesados en que se conozca sobre qué temas trabajarían son nuestro colega Luigi Rivera Ramírez y Rubén Ventura Ramírez.
Ambos se comunicaron a esta redacción para ofrecer un esbozo de lo que sería su gestión al frente del ITEA.
Luigi asegura que utilizaría su experiencia como usuario consuetudinario del acceso a la información para mejorar la difusión de este derecho humano de cuarta generación. Además que trabajaría en proponer cambios necesarios en la legislación ya que, con ejemplos, ha demostrado de qué pata cojea la ley, que permite opacidad y discrecionalidad en el manejo de los recursos y la información pública.
Es decir, Luigi propone masificar este derecho, y aunque, sin presupuesto, asegura que echaría mano de tecnologías de la información y de otras formas más ortodoxas, como la toma de calles y plazas públicas para que hacer que la gente utilice este derecho que, casi aseguramos, por conveniencia, los actores políticos tienen casi soterrado.
Rubén, quien ha sido catedrático en universidades como la UNAM y el ITESM, y a través de un correo electrónico propone buscar que la información sea visible, verificable y de utilidad.
“La disponibilidad de información requiere complementarse con acciones que promuevan una auténtica rendición de cuentas por parte de funcionarios públicos”.
Esto es, la rendición de cuentas requiere de la justificación y explicación de las decisiones que se toman y que involucran la aplicación de recursos públicos. El elemento adicional es el de establecer un sistema de sanciones y recompensas efectivas. Revisar la forma en que se entrega la información pública, ya que bajo el procedimiento actual se privatizan los beneficios del acceso a la información por parte de aquellos que tienen capacidad de identificar, procesar y analizar la información. Es decir, bajo el sistema actual no desaparece la asimetría de información sino que ahora esta asimetría ocurre de manera legal, lo que inhibe la competencia y la distribución eficiente de recursos. El alcance de la ley y de la transparencia ha tenido efectos limitados y resulta demasiado costosa. Se requiere ampliar la base del público usuario y fortalecer la capacidad de análisis y revisión de datos para que el arreglo institucional rinda sus beneficios”.
Por otro lado, dicen, la negociación podría darse con el PAN en las suplencias, las asesorías u otros puestos dentro del mismo instituto, donde colocarían a sus protegidos con el único fin de que no se quedaran sin cobrar.
Es de sabios corregir. Por eso desde aquí una disculpa a Rafael Medina de Lara, presidente de la CANACINTRA, por haberlo candidateado antes de tiempo, puesto que la información filtrada a este medio fue un error imputable a la redacción. Hay que aclarar que el candidateable es el expresidente del mismo organismo Francisco Dávila.
Así las cosas dan un giro de 180 grados, debido a que el empresario no es del contentillo de gobierno del estado, por el contrario, durante su administración al frente de dicha cámara empresarial, tomó la estafeta de defensor del pueblo y en varias ocasiones se aventó de rival al propio gobernador del estado.
En fin, de llegar el CCEA a las manos de Francisco Dávila, pareciera que el gobierno del estado no está metiendo las manos, nada más hay que recordar el hecho de que la nueva mesa directiva ya no se codeará directamente con el luisarmandismo, sino que le tocará gestionar proyectos con la administración del priísta, Carlos Lozano.