- Hay cinco CAPIV en todo el estado lo demás lo atienden otras unidades
- La violencia es igual para las mujeres que desarrollan labores en casa que las que trabajan
El trabajo realizado por medio de los Centros de Atención y Prevención Integral de la Violencia (CAPIV), se ha reforzado con el funcionamiento de un par de unidades itinerantes que hacen recorridos tanto en las colonias marginadas de la ciudad capital como en las comunidades de otros municipios donde no se cuenta con estos centros de atención, según informó el Instituto Aguascalentense de las Mujeres a través de un comunicado.
Estos centros fueron implementados a partir del año 2008 y desde entonces han acompañado 23 mil casos de violencia donde se busca que la mujer ante un caso de violencia no se sienta desamparada y cuente con información adecuada en términos legales y psicológicos, además de estar presentes en todo momento para evitar que las mujeres se sientan solas en esta difícil situación.
Actualmente se tienen instalados cinco CAPIV, el de Aguascalientes, Cosío, Tepezalá, El Llano y Calvillo; las atenciones en el resto de los municipios y en las propias delegaciones municipales en la capital se han estado cubriendo con las unidades itinerantes que cuentan con personal capacitado para brindar una asesoría y ofrecer el servicio de seguimiento en casos ya muy concretos.
El impedimento principal de las mujeres para pedir asesoría en estos municipios donde no se cuenta con un centro de atención es principalmente la cuestión económica, porque en su mayoría son mujeres que no tienen ingresos propios y se les complica la movilidad.
Según los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), los porcentajes de violencia entre la zona urbana y rural es realmente mínima, 43.8 por ciento y 43.1 por ciento, respectivamente de acuerdo a datos acotados por el mismo IAM.
En otros rubros resultó ser que los niveles de violencia independiente de la ocupación de la mujer varían poco entre sí, el 43.5 por ciento de las mujeres económicamente activas viven violencia, el 44.3 por ciento de quienes se dedican a los quehaceres del hogar y el 43.3 por ciento de las que realizan actividades no económicas también viven violencia.
Al analizar las características de las familias tanto de la mujer como el hombre que se unen y viven violencia, el 49.8 por ciento de los casos tienen un antecedente de una familia violenta.
Debido a este estado casi “sistemático” a través del cual se manifiesta la violencia dentro de los hogares, en los espacios laborales, en la propia vía pública y en la dinámica de las ciudades se fue haciendo cada vez más necesario que las instancias de la mujer en los estados abrieran espacios como estos centros de atención.
Además de la atención en casos ya existentes de violencia tienen también otros proyectos enfocados más a la prevención donde los centros se convierten en puntos para la impartición de pláticas, talleres, conferencias con temas relacionados con la equidad de género, violencia, derechos de la mujer. Todos estos enfoques ayudan en muchos casos a que las mujeres se den cuenta en primera instancia que son víctimas de violencia y después que busquen una alternativa para combatirla.