Ni la comercialista cubierta ocasional del Bicentenario Aniversario de la Independencia y el Centenario de la Revolución con todos sus colores y mensajes sentimentalistas cubren la pobreza de creatividad y falta de la feria de Zacatecas; esta semana que hoy termina fueron revelados los carteles en un círculo de prensa y el papel mostró hasta cinco festejos mayores. Cuatro serán de tercia y uno de selección, el que se refiere al Escapulario de Plata; se trata entonces de 18 lugares, imaginariamente para 20 toreros distintos, sin embargo la empresa, que cierto, ha pasado por tramos complejos, en un alarde de monotonía, conformismo, comodidad, toda una gama de indolencias y tal vez ahogada en la laguna de la mafia de la fiesta mexicana, ha otorgado contrato por partida doble a varios de los matadores que en consecuencia llenarán un alto porcentaje de puestos pero no los tendidos.
La oferta de la feria resulta indigente; que no se dude. Si no es caso único si que jala las atenciones por tratarse de un ciclo taurino hecho en tierras con maciza tradición ganadera y por ser en una de las ciudades con formidable potencial turístico gracias a su ubicación geográfica y a sus coloniales modos arquitectónicos.
Pende de uno de los cartones publicitarios el nombre del único jinete en mucho competente de los que tiene México, tierra de charros e inclasificables caballistas; tenga en merecido lugar su contrato. De los de a pie poco, mucho y nada se puede hablar. Salve el amable lector a cierto joven y a varios hierros, más si los actuales dueños mantienen el honor de ser ganaderos de “reses bravas” y arrean de sus potreros al toro… no se adjetive con más la palabra.
El resto suena reiterativo. Se ven los títulos de toreros, que si no se analiza su trayecto concienzudamente pasarán como “jóvenes”, pero que realmente hace un par de años dejaron emigrar de su ser las posibilidades de ponerse como figuras del toreo. Es ocioso colocarlos en cualquier cartel. De cualquier manera se les sigue dando la “oportunidad” ya que, a medirse por su rango, poco dinero habrá costado el formalizar sus contratos.
No faltó a la empresa su sentido aldeanista. Primero dio un par de corridas a un paisano y luego de forma absurda hasta la alternativa le propuso a otro.
Sólo un extranjero se verá en la serie. Claro que no es la mejor opción de las muchas que hay en su extracto profesional. Existen otras extensas y ricas, lo que es más, sin ir a Iberia se podría en el mismo México encontrar un torero de mejor conjunto de facultades anímicas y artísticas y merecimientos para partir Plaza en el coso de cantera rosada.
El objetivo básico de cualquier empresa, antes que “hacer fiesta”, es ganar dinero; ningún empresario arriesga económicamente con el fin principal de “apoyar el espectáculo taurino”. Sin embargo es interesante y misterioso tratar de pensar esta vez en las intensiones de quienes manejan la plaza mayor zacatecana, pues si de sí es harto difícil llenar los escaños de este inmueble dedicado al dios Taurus, más lo será con la oferta que por este año ya descubrieron.
Suerte de todas formas se desea a los que intervendrán en el ciclo, pues este sentimiento estará presente siempre en los taurinos de cepa ya que sale espontáneamente del amor cabal hacia la más bella de las fiestas.
