- Somos Maestros pretende desacralizar a los autores
- Los niños son navegantes consciente que todo el tiempo leen y crean
Leer y escribir es como navegar en esta vida desde que se es niño, estar consciente de cada decisión, concebir cada percepción de lo externo como una lectura y cada reacción como una creación. A través de este método, Luz María Chapela que actualmente está trabajando con una editorial denominada Somos Maestros pretende fomentar la lectura, además de desacralizar a los autores para que estén en contacto directo con los lectores. Esta idea da fundamento al libro Dime diré y dirás Los menores de siete años como lectores y autores, de la editorial Somos Maestros que se presentó en el Segundo Seminario Internacional de Lectura en la Universidad, realizado en estos días pasados en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
“Estamos usando el concepto de lectura de una manera muy amplia y lo estamos haciendo como una relación con el entorno y al mismo tiempo como una construcción de significado propio, yo veo esa nube y el significado que yo le doy es que está atardeciendo, por ejemplo y otra persona le puede dar el significado de belleza y otras decir que es un conejito”.
Ella concibe el proceso de lectura desde el propio entorno y cuando los niños lo inspección y lo significan se vuelven creadores. La propuesta es que desde que son bebés ellos son lectores y creadores porque tienen una reacción para cada una de las situaciones que acontecen en su entorno, ante cualquier fenómeno que vivan. “El significado lo pone un autor en el libro, pero es el lector el que le da vida, pero no le da vida literal sino recreada, resignificada”.
Asimiló a los niños como seres en movimiento que conforme va pasando su vida, se van recreando a sí mismos, ellos van teniendo otros intereses, conocimientos, puntos de vista y situaciones que los hacen leer de distinta manera y construir otros significados. Con este planteamiento sostiene que el proceso lector es intrínseco a las personas y tiene que ver con la conciencia del movimiento, la navegación. “Tú no puedes ser un ser humano sino estas en navegación constante”.
Cuando se trabaja esta perspectiva con los niños desde antes de los siete años, ellos se acercan a los autores de igual a igual, ellos conciben al creador de la obra literaria como un ser humano, con ideas, errores y propuestas propias.
Así cada vez que abren un libro se vuelven exigentes con el autor, buscan ser sorprendidos y en caso de que eso no suceda entonces ellos a su corta edad se vuelven capaces de emitir un juicio sobre lo que leen, les gusta, no, les interesa, tiene temas que les llaman la atención.
Detrás de esto hay personas que debaten, preguntan, ofrecen explicaciones, piensan y no como hasta ahora en donde el niño es un ser pasivo como una bolsa vacía, además de aprender para el futuro y ser concebidos como los ciudadanos del futuro, cuando ya desde ahora son ciudadanos y tienen una voz.
La idea del libro es justamente poder insertarse dentro de la estructura del sistema educativo, poder empezar a filtrar estrategias dentro del propio sistema que sean acciones concretas acompañadas de teoría que sirva para explicar lo que sucedió con la práctica.
Detrás de este concepto de lectura esta la idea de lo humano porque el humano nunca es por sí mismo, la constitución de las personas están siempre en referencia con lo otro, los otros. “Nadie es suficiente en sí mismo y como sistemas abiertos que somos necesitamos recibir insumos, en computación se diría input, sin input no somos nada, el input nos hace movernos, reconstruirnos, reconfigurarnos y luego salir de nuevo”.