- Que las organizaciones sociales impulsen en su actuación la cultura de la legalidad
- Los retos que las ONG´s tienen es el de profesionalizar su actuación, hacerla más transparente
Las organizaciones de la sociedad civil están emplazadas a su profesionalización, a adoptar y practicar la excelencia, la calidad y la transparencia para ganar mayor apoyo social, aseveró el Ombudsman Omar Williams López Ovalle quien dijo que el futuro de las Ong´s está condicionado a contar con mayor credibilidad y confianza ciudadana.
Por su parte, el alcalde de Aguascalientes, Arturo Piña Alvarado se pronunció a favor de que las organizaciones civiles promuevan entre sus agremiados y ámbitos de influencia, la cultura de la legalidad y del respeto y se conviertan en promotoras del desarrollo.
Dijo que la sociedad juega un papel importante en la solución de muchos problemas que le atañen; es indispensable su decidida participación para hacer frente común, autoridades y sociedad, en problemas como la inseguridad pública, ya que en muchas ocasiones algunos grupos sociales se vuelven cómplices de actos delictivos, y es ahí en donde se demanda su participación, dijo el alcalde Piña Alvarado.
Al poner en marcha el curso taller denominado “Las Organizaciones de la Sociedad Civil y su Marco de Actuación”, efectuado en el auditorio “Miguel Ángel Barberena Vega” del municipio de Jesús María y en el que participaron 100 ong´s, el Ombudsman dijo que las organizaciones sociales han sido un factor determinante en el proceso de democratización del país y siempre han llenado los huecos que el gobierno deja, trabajando para beneficio de sus agremiados y de la sociedad.
“La filantropía permite que la sociedad civil crezca y se democratice, y puede ser un instrumento estratégico de cambio social si se vincula con las causas, los problemas, los actores, las regiones y los enfoques que promueven este cambio” dijo López Ovalle quien sin dejar de reconocer la enorme valía de las Ong´s dijo que es momento de que muchas de ellas se profesionalicen si quieren permanecer en el espectro social.
Sin embargo, hoy las organizaciones sociales están emplazadas a su profesionalización y a abordar temas como la excelencia, la calidad y la transparencia, como ingredientes sin los cuales muchas de ellas estarán condenadas a no sobrevivir, no solo por la carencia de recursos, sino por la falta de apoyo social.
Un interesante diagnóstico elaborado por “Alternativas y Capacidades A.C.”, con el auspicio del ITAM y la Fundación Kellogs, revelan datos interesantes que debemos de considerar sobre el futuro de las organizaciones de la sociedad civil.
Datos como el que la proporción de la Población Económicamente Activa (PEA) que participa en la sociedad civil organizada es apenas del 0.4% de la fuerza laboral que trabajan en este sector no lucrativo.
El promedio para los países en vías de desarrollo, de acuerdo al referido estudio fue de 1.9%, es decir, cinco veces mayor que en México. Esto coloca a nuestro país en el último lugar del grupo de países estudiados.
El financiamiento oficial al sector de la filantropía equivale solamente al 8.5% de sus recursos disponibles, esto es que menos de 10 pesos de cada 100 proviene de fondos gubernamentales, con lo que México ocupó el lugar 30 en este rubro y el último lugar entre los países latinoamericanos.
El rubro que más contribuye al financiamiento de las Ong´s es el de las cuotas por prestación de servicios, con un 85% del financiamiento total. En esta comparación, México se colocó en segundo lugar a nivel internacional. Sin embargo, es lamentable que el marco fiscal actual no brinde la certeza jurídica a estas actividades.
Omar Williams López Ovalle dijo que la sociedad civil mexicana se encuentra en consecuencia, en una posición vulnerable en términos de su sustentabilidad financiera. Lo anterior se confirma al analizar los datos que arroja esta Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil del Instituto Tecnológico Autónomo de México la cual revela que la gente no confía en el sector, por lo cual no lo apoya: Por ejemplo, el 74% de los mexicanos tienen poca o ninguna confianza en el sector filantrópico y en términos generales, el 79% prefiere dar su apoyo directo a una persona necesitada más que a una institución.
Con los datos presentados, no resulta sorprendente el bajo nivel de organización de la sociedad civil en México. Mientras que Chile tiene 35,000 organizaciones para una población de 15 millones de habitantes, es decir una densidad institucional de 50 organizaciones para cada 10,000 personas; en México el número de donatarias autorizadas es de 5,558 organizaciones, es decir, una organización por cada 20,000 habitantes.
En conclusión, es necesario desarrollar entre otros aspectos, políticas de fomento que promuevan un mayor asociacionismo entre los mexicanos. En este contexto, avanzar en un marco fiscal que promueva una mayor confianza hacia el sector y apoye su desarrollo y sustentabilidad, sería un paso primordial hacia la sustentabilidad de la sociedad organizada.