- Las fallas, no sólo geológicas
- Boquetes y deudas
- Esta vez son las motocicletas
- El caso de los migrantes
- Sucesos lamentables
Para salir del paso. Así fueron hechas las Unidades Básicas de Vivienda del Valle de los Cactus, al oriente de la ciudad. Ya en el año 2006 se había evidenciado que ese fraccionamiento tenía problemas, que en aquel entonces fueron por filtraciones de agua cuando apenas tenían tres o cuatro meses de construidas las viviendas.
En aquel entonces vecinos del fraccionamiento J. Guadalupe Peralta Gámez, contiguo a Valle de los Cactus, aprovecharon la oleada de reclamos para señalar que tanto los vecinos de éste como el de parte de Valle de los Cactus estaba en riesgo por una falla geológica que por ahí pasaba.
Y como la naturaleza es sabia hasta para intervenir en conflictos urbanos y humanos, ahora, también en época de lluvias sale a relucir el problema del agrietamiento de las fincas, detectado desde hace al menos "cuatro años". Si ya se conocía el problema en aquel entonces y no se hizo nada ¿podríamos esperar que se haga algo ahora? Indemnizaciones de siete mil pesos parecen no ser suficientes.
Total. La actual administración ya se va y este problema, junto con otros, tendría que ser resuelto por la administración entrante, que ojalá, que como la costumbre lo dicta, no empiecen a aventarse la "pelotita" sobre quién es el responsable y quién tendría que resolver el asunto.
Otro "prietito" en el arroz que le dejarán al gobernador electo, Carlos Lozano de la Torre, que entre uno y otro granito puede ser que el gobernador ya esté viendo un buen boquete que le dejará la actual administración. Súmele, ingeniero Lozano, la deuda de tres mil millones; de ser cierto, la deuda a proveedores por más de mil millones de pesos; las demandas por despidos injustificados; indemnizaciones a habitantes de Valle de los Cactus, más lo que se acumule esta semana.
Los recientes hechos de violencia han servido para que la policía se ponga las pilas y ahora revise a los que utilizan las motocicletas como medio de transporte, es decir, cualquier usuario de este transporte es sospechoso a primera vista, pues a ojos de la autoridad, podría tratarse de un sicario o simplemente un repartidor de pizzas.
Mientras todo esto sigue, la controversia por reubicar los puntos conflictivos en la capital es uno de los pendientes que las administraciones municipales están dejando, pues por la cultura popular son conocidos centros nocturnos que ofrecen servicios sexuales en pleno corazón de la mancha urbana, pero ante ello nada puede hacerse.
Esto, por la falta de cuidado de las administraciones que desde hace varios años no planearon a mediano y largo plazo sobre la repartición de licencias comerciales.
Las ventajas para los negocios son grandes porque pueden ampararse, pero aquí es cuestión de conciencia social, basta con tener una zona de tolerancia, simplemente para poder convivir.
Aquí no se trata entonces de libertad sexual, sino de un buen entendimiento para que estos lugares laboren en áreas adecuadas, donde se permita la “tolerancia”.
Discursos escuchamos, acciones desconocemos. Mientras que un día el presidente municipal declara que el ayuntamiento está en pro de la causa de los migrantes, esos que parecen un ente sin voz, ni rostro, ni una vida, cuando al día siguiente de manera “casual” llegaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública municipal detuvieron a dos hondureños con el pretexto de que olían a marihuana y porque les parecieron sospechosos, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, nada de la Ley Arizona SB 1070.
Si la gente merece el trato que da, es una pena que bajo este precepto habría mexicanos que “merecerían” ser detenidos por sospechosos de ser indocumentados, lástima de tantos lamentos por la injusticia.
Sin duda que dolió hondo en los trabajadores del Instituto Cultural de Aguascalientes, al enterarse del desafortunado fallecimiento de quien fuera director de administración del ICA, en el pasado sexenio del inconcluso periodo de gobierno de Felipe González González.
En conversación con empleados de este organismo cultural, decían que fue una persona con la que podían tratar asuntos laborales hasta en el pasillo de la institución, llevándose una respuesta favorable del señor Alejandro González, como era conocido por casi todos, al referirse sobre él. Un sentido pésame para la familia y amigos cercanos.