- Consecuencias del TLE
- De 84 consejeros, dos vetados en el PAN
- La UAA, ejemplo de civilidad, organiza festival de cine gay
Las primeras consecuencias jurídicas de las campañas de lodo que vimos hace unos meses ya comenzaron.
El Tribunal Local Electoral, que quedará extinto en cuanto resuelva la última impugnación del proceso electoral de este año y luego tendrá que ser creado de manera permanente, ya recibió el primer recurso en contra de una publicación de propaganda negativa, pero que no está tomada como una impugnación.
Aunque quien aparece como actor no es sorpresa (el PAN), lo grave es que en el asunto esté involucrado algún medio de comunicación.
Dentro de los 84 consejeros estatales que van a decidir el rumbo de la dirigencia en el Partido Acción Nacional (PAN), son dos los que están bajo investigación por “traicionar” a su partido y trabajar para otros organismos políticos, ya sea el PRI o Convergencia, es decir, están ligados al Luisarmandismo.
El actual presidente, Arturo González, anticipó que solamente se les quita las facultades de poder votar a quienes ya tienen una sentencia sobre su caso, por lo que la comisión de orden tendrá una larga tarea en analizar los hasta ahora 50 traicioneros.
La lista podría engrosarse, pero falta todavía juntar las pruebas que los panistas buscan sustentaron el argumento de que no caiga nadie que es completamente ajeno a estas prácticas o que en su caso, aquellos que realmente incumplieron no sean castigados.
Bien por la UAA. Ante la andanada de voces en contra, de todo tipo, desde clérigos, pasando por políticos de derecha y de “social democracia”, ciudadanos indignados, contra los más recientes avances democráticos en materia de igualdad social para las personas que prefieren relacionarse íntimamente con gente de su mismo sexo, la UAA responde tácitamente organizando un festival de cine gay.
El rector, Rafael Urzúa se ha mostrado abierto y tolerante y con declaraciones valientes en torno al tema y este festival es una muestra que la universidad ha sido, es y seguirá siendo una paleta de colores donde la libertad de pensamiento se respira en cada salón y en cada laboratorio de nuestra casa de estudios.
Al contrario, de comprobarse el caso, otras instituciones de nivel superior están cerrándose a este tipo de manifestaciones presuntamente despidiendo a docentes que son homosexuales.
Ayer, Ana Cecilia Hornedo presentó en la Universidad de las Artes una conferencia magistral sobre “La estetización de la Revolución Mexicana”. Sus excompañeros de la Oficina de la Coordinación de Asesores del Gobernador (1992-1998, época de Otto Granados y que ahora afanosos buscan un lugar en la nueva administración), que en su machismo intelectual siempre la habían ninguneado como “intelectual”, ahora no les quedó de otra más que tragar saliva, quedarse callados, no plantear ninguna pregunta y rumiar su envidia por los nuevos planteamientos que la sustentante hizo. Estudiar, pensar, desarrollar ideas, escribir, corregir y volver a escribir… y no cobrar en la nómina oficial, he ahí la clave. ¿Lo entenderán los intelectuales advenedizos?