- Los juicios contra los homosexuales son hirientes y resultado de información manipulada
- Para entender la tendencia sexual hace falta quitarse tanto el estrés así como los prejuicios
Qué pasaría con Aguascalientes si un día viniera una representante de la Secretaría de Salud para dar una conferencia sobre un fenómeno que ha venido en crecimiento, invade las sociedades, atenta contra la seguridad de los niños en la escuela y contra las mujeres en su hogar por el riesgo de ser golpeadas. El fenómeno tendría el nombre de heterosexualidad y sería señalado cualquier hombre o mujer que se le ocurriera manifestar su elección por alguien del sexo contrario. El rechazo vuelve a una persona ocho veces más vulnerable a suicidarse.
Cuando alguien plantea la posibilidad de que fuera aberrante e impúdico que un hombre y una mujer se tomen de la mano, se besen o se toquen el cuerpo en la vía pública muchos sintieron en su piel a lo que comúnmente le han llamado “estar en los zapatos del otro”. Eso les sucede actualmente a las personas homosexuales, pero poco se ha reflexionado sobre los daños generados en un ser humano cuando se le desprecia y discrimina sólo por elegir como compañera a una persona del mismo sexo, comentó la sexóloga Rinna Riesenfeld autora del libro Mamá, papá soy gay.
Comenzó su conferencia entablando un diálogo con los ahí presentes que eran muy diversos entre sí. Desde su perspectiva ninguna sociedad avanza si es sólo de un lado, necesita caminar a la par, para eso las personas necesitan información y experiencia, los libros como el de Mamá, papá soy gay tienen esa intención, sensibilizar y brindar herramientas para los padres y familiares de personas homosexuales.
Es necesario tener en cuenta que la mayoría de las personas usan calificativos despectivos o negativos para referirse a quienes tienen una tendencia homosexual: mariposón, puto, joto, perversa, machorra, aberrante son sólo algunos de los nombres y calificativos que las personas usan para dirigirse a los distintos, en este sentido.
Reafirmó el concepto que también han manejado por parte del colectivo de que no es posible lograr el empoderamiento de los jóvenes homosexuales sin trabajar a la par con sus padres y el entorno es como hacer el trabajo a medias.
Riesenfeld aseguró que el amor es uno de los sentimientos más condicionados no sólo para las personas homosexuales, en general se vive una negación hacia lo distinto, e hizo referencia a este aspecto porque finalmente la condición gay tiene que ver con la atracción, lo demás en la vida de las personas no se modifica sólo con un cambio en su preferencia.
El reconocimiento de los padres es muy importante para cualquier hijo, porque finalmente la casa se supone debiera ser un lugar seguro, a las personas le gusta ser reconocidas por los suyos, pero cuando esto no sucede entonces ese rechazo se vuelve un problema más, con el que comúnmente viven las personas homosexuales. En realidad una persona distinta es siempre una bendición.
Luego de un siglo de lucha constante aún no ha sido posible erradicar la discriminación por la homosexualidad, luego de tantos argumentos vertidos e incluso de tantas comprobaciones científicas no ha sido posible dejar de una vez en claro que tener una pareja del mismo sexo no lleva implícita una perversión.
La sexóloga habló también del tema de la bisexualidad que incluso dijo está poco explorado y si las personas homosexuales han tenido dificultades para manifestarse como tal, las personas bisexuales tienen un problema más profundo porque parecieran ante los demás no estar definidos.
El cuestionamiento que ella planteaba al empezar con el tema fue si un gran amor se aparece frente a una persona porqué tendría que dejarlo ir sólo porque su “envase” no encaja con el sexo de las personas que según la mayoría debieran preferir, los hombres hacia las mujeres y las mujeres hacia los hombres.
Para entender de la manera más sana la vivencia de la sexualidad lo primero es quitarse el estrés y los prejuicios para después empezar a vivir y a comprender el porqué de pronto se presentan incluso situaciones que ni los protagonistas de las historias comprenden.