El Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) inauguró lo que su propio director Víctor González Esparza consideró como un sueño que parecía inalcanzable que ahora está cumplido, es la biblioteca pública central Centenario y Bicentenario donde se alberga un acervo bibliográfico de más de 50 mil volúmenes, es además una obra que forma parte del trabajo de rescate de la zona correspondiente al acervo ferroviario.
Para el director del ICA, la calidad de los acervos de una biblioteca son la medida de los alcances de una universidad, como en este caso es la de las Artes. Para la lectura fue un doble rescate, por una parte el edificio de la Casa de Fuerza y por otra los acervos de Hugo Argüelles, Alejandro Topete del Valle, Alfonso Pérez Romo y Ernesto Lemoine que son los principales contenidos de este nuevo espacio bibliográfico.
“Porqué una biblioteca llena de libros como alguien me preguntó en una época donde todo pareciera digital, pensando en algunas respuestas me topé con dos bellas metáforas de Jorge Luis Borges, la primera la idea de la biblioteca total, la cual comprendería no sólo libros, palabras letras, sino todos los caracteres de las diversas culturas existentes de tal manera que al combinar todas las posibilidades, los lectores se convertirían al mismo tiempo en autores”.
Más allá de la era digital y del mundo líquido donde todo sólido parece evaporarse está el lugar que las personas le asignan a las memorias, porque un pueblo sin historia está sujeto a los vaivenes de la modernización, comentó González Esparza, como una referencia para ubicar la importancia de la creación de una biblioteca.
El principal sentido de este espacio recién abierto al público a partir de ayer es contribuir con el objetivo de generar un país de lectores y al mismo tiempo forjar a nuevos ciudadanos, además de ser en este momento parte de la conmemoración de la Independencia y la Revolución que el estado hará con este motivo de fiesta.
En esta biblioteca habrá una serie de libros relacionados principalmente con el arte, historia, además de acervos que muestran parte que recuerdan parte del pasado de Aguascalientes desde diferentes ámbitos, existe además un espacio con literatura especializada para niños, los libros de referencia, los módulos digitales, el lugar que estará dedicado a las personas con discapacidad, específicamente los débiles visuales y ciegos.
Entre las cualidades que tiene también resaltó el hecho de tener los acervos perfectamente catalogados y por ende al acceso de todos los usuarios, lo que implica para el ICA un proceso de “democratización” del pasado y la memoria histórica cuyos alcances van más allá de lo que en primera instancia aparenta pues no es sólo un espacio de consulta para los estudiantes, es un refugio y una conexión con los muertos guardados entre las hojas de los libros.
González Esparza agradeció a todos los gestores que intervinieron para lograr la asignación del presupuesto, a los exdiputados federales, a los representantes de CONACULTA y a las autoridades estatales tanto por parte del ejecutivo como a los legisladores.
Por su parte Susana Phelts Ramos, directora general de vinculación cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) destacó dos aspectos, uno de ellos fue el trabajo que ellos a nivel federal trabajan directamente con los estados en el caso específico de la recuperación del patrimonio edificado; el otro era referente al dilema del libro impreso y las nuevas tecnologías
Lo que fue…
La biblioteca pública central Centenario Bicentenario está ubicada en lo que fue la Casa de Fuerza número uno, que está localizada en la parte suroriente del complejo ferrocarrilero, el inmueble fue de los más importantes por ser el lugar desde donde se repartía agua y energía para más de 200 motores durante 80 años.
El edificio fue diseñado en una sola planta, con dos sótanos de dos y tres niveles que se conectan a través de un laberinto por el extremo sur al norte. El sistema constructivo está conformado por una armadura metálica a dos aguas y viguetas de alma abierta, la cubierta de lámina acanalada de asbesto y los tragaluces de fibra de vidrio. Los muros son de tabique armados con columnas de concreto y revestidos por laja de cantera rosa en el exterior.
El proceso de transformación
La restauración consistió en la limpieza de las naves, la demolición de anexos, el desmantelamiento y confinamiento de techumbre de asbesto y fibra de vidrio, la limpieza y tratamiento de los elementos metálicos de la estructura y la maquinaria que está adentro de este espacio, la restitución de la techumbre, ventanas y puertas, la adaptación de una subestructura separada de la original que soporta tres niveles, se respeto en todo momento la estructura arquitectónica.
Se hicieron redes de infraestructura hidráulica, sanitaria, líneas para la transmisión de voz y datos, construcción de un cuerpo anexo para catalogar y restaurar libros. La parte de la obra pública al interior de la biblioteca se llevó una inversión de 15 millones de pesos, para habilitar como biblioteca es superficie de mil 756 metros cuadrados.
Las salas habilitadas fueron, biblioteca pública, oficinas administrativas, libros de investigación y arte, áreas infantiles, colecciones temáticas y área de consulta para personas con discapacidad.
Además se incluye también la obra exterior que es la Plaza de las Artes, regeneración de un área de más de tres mil metros cuadrados con recursos adicionales de 3 millones 500 mil pesos.