Un sábado para festejar a los trabajadores de la industria del vestido y la confección, esa manufactura que durante muchos años fuera uno de los principales centros de negocio en Aguascalientes y que cobijara a una parte importante de la población económicamente activa, y que en los últimos lustros fue perdiendo luz y proyección, tanto nacional como internacional, en fin, este sábado pretendía ser como el de hace un par de décadas, cuando los festivales taurinos, bailes, comilonas y cualesquier otra actividad festiva era esencial en el llamado día de la costurera.
Ayer retomaron cauces esas aguas, refiriendo a las del folclor, aun cuando las otras, esas que llenaron acequias y bordos parcelarios también se hicieron presentes durante el mediodía y parte de la tarde y que fueron las que finalmente hicieron que se retrasara casi cuarenta minutos el inicio de la actividad y mismas que espantaron a muchos para acudir a la Monumental a presenciar el festejo taurino, incluyendo a la clase política que luego busca estos espacios para jalar reflectores y obtener loas a su paso.
Mientras en el patio de cuadrillas todos esperábamos ingresar al callejón para ocupar nuestro espacio los monosabios y servicio de plaza se daba a la tarea dedejar en condiciones el ruedo para poder iniciar, los matadores esperaban el sonido del clarín y Adrián González, encargado de la organización, pedía uñas prestadas para tener algo más que comer.
Cuando por fin se arregló la situación los tendidos que quisieron poblarse solamente llegaron a un cuarto de la capacidad del cupo y en el ruedo los espadas, José María Luévano, Alfredo Gutiérrez, Israel Téllez y César Delgadillo, conjuntamente con el ganadero de Corlomé, Sergio Lomelí, eran homenajeados por los representantes de la industria de la confección y del propio sector obrero.
¡Al Toro!
Costurero fue el primero de los novillos y correspondió a Luévano quien con la capa lanceó con solera a la verónica y tras brindar al presidente de la Cámara, Alejandro Ayala Rodríguez, toreó con reposo y alegría, con gusto y transmisión, con la entrega que le permitió conectar y llevarse una oreja a su espuerta.
Alfredo Gutiérrez capeó bien a Textilero y quitó por Caleserinas, el brindis lo generalizó a los asistentes y con la muleta dio derechazos de gran sabor y dio variedad al trasteo, tanto que alargó mucho la faena, terminó con manoletinas, metió la espada al primer viaje y también se llevó una peluda, así como un sostén color obispo que una damita le arrojó.
Israel Téllez quería triunfar y lo logró, dos largas afaroladas en tablas fueron el inicio de una faena derechista de buen son y temple, aunque en ocasiones ahogó al astado tuvo momentos lucidores, con las banderillas se vio sobrado y el brindis, más que emotivo, lo realizó al puntillero Jaime Gutiérrez. Toreó bien, lució, pero también se confió, al grado de sufrir una cogida, por fortuna sin consecuencias, pero de susto comunitario, enterró la espada al primer viaje y el juez de plaza, Paco Olivera, expuso desde su plata dos pañuelos blancos que convirtieron a la postre en el triunfador a Téllez.
Finalmente César Delgadillo que venía de reponerse de la cornada que sufrió durante el serial sanmarqueño no se arrugó y quería también lo suyo, manifestó una extraordinaria entrega, valor y determinación sobreponiéndose a las condiciones de Bordador, corrió la mano por el lado diestro y de no haber atravesado con la espada seguramente también hubiese tocado pelo, pero las palmas y la segura comida que le ofrecerá Alfredo González, líder de la FTA, servirán de mucho para el matador.