- Los módulos tenían alrededor de cien libros para niños, jóvenes y adultos
- Este es un ejercicio que deberían de realizar de manera permanente, comentan
¡Fuera de la biblioteca los libros!. A través de vehículos adaptados para el traslado un grupo de libros se fueron de tour por la ciudad y abordaron el barrio de El Encino, la Exedra y el jardín de San Marcos para cautivar a grandes, medianos y chicos, acompañados de tres bibliotecarios, unos cojines de tela para amortiguar lo duro del piso y miles de historias para despegar los pies del suelo. Este fue un programa que por primera ocasión se realizó durante la semana pasada como una iniciativa del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) realizada con el apoyo del personal de la biblioteca Torres Bodet y la biblioteca Enrique Fernández Ledesma, mejor conocida como la de la “Casa de la Cultura.”
Cada uno de los módulos abordó durante los días pasados de esta semana los lugares que les correspondían, a las nueve de la mañana llegaban para desmontar aquel vehículo metálico lleno de libros que a todos llamaba la atención, algunos llegaron a creer que era una venta de libros y otros por curiosidad se fueron acercando de a poco hasta que se encontraron hojeando algún texto que llamaba su atención. Mientras los niños se abalanzaban para sentarse en el piso los papás o acompañantes con un poco de cautela preferían las bancas cercanas y leían para “esperar” a los niños.
En primera instancia, para algunos de los bibliotecarios, fue difícil decir cuántos niños recibieron porque además hubo tres grupos distintos de personas atendiendo el espacio como encargados de los acervos, aunque en cada uno de los módulos hubo realmente una buena cantidad de asistencia, tanto de niños como de padres de familia. Ana María dijo que en el horario que les tocó a ellos, el de 12 a 3 de la tarde asistían un promedio de 18 chicos, siete u ocho jóvenes y 12 adultos.
“Si nos damos cuenta y nos da tristeza que el hábito de la lectura es muy importante que se promueva más, que las familias desde los papás y en los colegios se les presione poquito para que los niños lean, no nada más que se metan al internet que es muy importante conocerlo, pero que sí se promueva el hábito de la lectura”.
Los vehículos en los que trasportaban el acervo eran todos distintos y según comentó Olga Hernández se los prestaron quienes están encargados de la remodelación de las biblioteca Torres Bodet y Fernández Ledesma, aunque en realidad es muy buena la propuesta y a ellos les gustaría que posteriormente el instituto hiciera algo similar para aplicarlo aquí sea o no periodo de vacaciones porque en realidad tuvo buenos resultados. Uno de los vehículos era una bicicleta, con un estante compacto detrás donde cabían cien ejemplares, la mayoría de los libros se eligieron pensando en los niños y los jóvenes, pero también había algunas antologías de poesía, novelas o cuentos sólo para mayores.
Una de las bibliotecarias consideró que este ejercicio es una forma de darle mayor vitalidad a la lectura, a la propia biblioteca. En cuanto a los libros no se trajo nada en específico en realidad hay textos para todas las edades. “Esta es una bonita experiencia porque yo en lo personal amo a la gente, entonces si me gusta mucho el trato con las diferentes personas, aprende uno mucho, te retroalimentas, es lindo, se da uno cuenta de que si se promoviera se habituaría a las personas a leer”.