- Partidizar el presupuesto ¿meta de Francisco Ramírez?
- Sigue perdiendo el PAN
- ¿Fracturas de la alianza?
Pocos han reparado en las declaraciones del secretario general del Congreso, Francisco Ramírez quien hace unos días adelantó que el presupuesto del Poder Judicial podría ser administrado por el Consejo de la judicatura, que es el órgano encargado de vigilar la carrera judicial, nombra jueces y magistrados entre otras funciones.
El Poder judicial tiene un presupuesto anual de aproximadamente 216 millones de pesos. De prosperar el dicho de Ramírez estaríamos hablando de que esos recursos serían ejercidos, como actualmente está conformado ese consejo, por dos representantes del gobierno del estado, por tres representantes del poder judicial y dos del legislativo. Es decir, se partidizaría el presupuesto del Poder judicial ¿no significaría esto un retroceso para las instituciones del estado?
Sería bueno que explicaran perfectamente bien cuál es la intención de que sea el Consejo de la judicatura el que ejerza ese presupuesto, qué ventajas traería y cuál es el motivo que funda la intención de los legisladores para cambiar la ley.
Estamos de acuerdo que el Poder judicial ha cometido excesos en el gasto de esos recursos públicos tanto en dinero para “capacitaciones” como en gastos superfluos como la compra de boletos para un concierto de Miguel Bosé hace unos dos años.
La lógica indicaría que, si este es el motivo, se impongan sanciones de tipo administrativa al revisar las cuentas públicas de este poder, pero no quitarle la autonomía para ejercer los recursos, que de primer instancia podría prestarse, además de partidizar el presupuesto, para intercambio de favores entre los jueces y los partidos políticos.
Tal vez esto se esté dando en los hechos, pero al menos las formas son las que hay que guardar. Insistimos, en caso de que esta iniciativa siga su camino para ser aprobada, los diputados tendrán que darnos cuentas con lujo de detalles, con lupa, del por qué se tomó esta decisión.
Y hablando de partidizar recursos e instituciones, donde también la ciudadanía tendría que poner el ojo es en el proceso de renovación o ratificación del Instituto de Transparencia del estado que está próximo a darse. No queremos que los consejeros vuelvan a ser cuates y cuotas de los partidos, como ya sucedió.
En la medida de las limitaciones de este diario, estaremos al pendiente de todo el proceso de selección, exigiendo, vía ley de transparencia, que, por ejemplo los exámenes aplicados a los aspirantes sean publicitados. Que las entrevistas que se le haga a los aspirantes sean públicas y tener el cruce exacto de la información para saber por qué están eligiendo a quien quede seleccionado.
Cero y van cien. El PAN anotó otro strike a su cuenta después de que el ampáyer –el IEE- por enésima vez desechó una de sus denuncias en contra del PRI. Apenas la semana pasada les contábamos cómo se rechazó una inconformidad de los blanquiazules que fue ignorada por no contar con una computadora portátil para reproducir un CD donde se presumían había pruebas. Esta semana en fast track otra denuncia fue ignorada. ¿Qué será más absurdo? ¿La terquedad del PAN en seguir presentando denuncias o que el IEE siga lavándose las manos para que otras instancias resuelvan, presentándose como un instituto debilitado?
Efectivamente están muy concentrados los panistas en sus asuntos que no habían reparado en la impugnación promovida en las regidurías de siete municipios, pero los del PANAL o están igual de enfocados en otras cosas o estamos viendo el primer motivo de fractura en la gran alianza.
Son más las posiciones que el PRI perdería si el recurso de impugnación de los maestros procede, que las que pudieran quitarle al PAN, que medio muerto como está puede recibir otro golpe de ese tamaño sin grandes consecuencias; sin embargo, siendo el PRI el que las pierda, podría no cumplir acuerdos previamente hechos con los panalistas.
Y el presidente de ese partido, además de estar pendiente de estos asuntos jurídico-electorales, está preparando las primeras elecciones internas de su partido, para noviembre quizá. Según él y varios militantes, no hay candidatos que den el ancho en el puesto, pero sí muchos que creen que lo dan. Viene una prueba a la capacidad de los maestros de llegar a acuerdos sin desunirse y perder lo que ganaron en esta elección.