- Fue un grupo de 14 jóvenes, seis de ellos de Aguascalientes
Un grupo de estudiantes de la Universidad de las Artes tuvo un encuentro con jóvenes de la Esmeralda para realizar intervenciones usando la naturaleza como punto de partida para la creación. Esta fue la primera vez que se realiza este ejercicio muy provechoso por la cantidad de experiencias que entre ambos grupos compartieron, tanto en el proceso de generación de ideas como en los propios lugares que visitaron.
En entrevista con Jaime Lara Arzate y Ernesto Torices Ramírez, ambos profesores coordinadores del proyecto y de los grupos de estudiantes, hablaron sobre cómo se gestó la dinámica para hacer estas visitas por diversas áreas naturales del estado. Por principio de cuentas el grupo de ocho estudiantes de la Esmeralda traían la idea de explorar el estado a partir de la idea madre de su fundación que fue el agua, Aguascalientes.
En cualquier intervención de este tipo la naturaleza juega un papel fundamental, es el principal proveedor de material, se juega con elementos vivos, muertos, pétreos, la misma agua en este caso. Ya estando en Aguascalientes se fusionaron las ideas generadas por los estudiantes en calidad de visitantes y por el grupo de seis jóvenes anfitriones. En el itinerario se incluyó la visita a lugares como la presa Abelardo L. Rodríguez, El Ocote, La Pona y Malpaso.
Para intervenir cada uno de los lugares se hizo primero una exploración para conocer a fondo las condiciones del espacio y los materiales ofrecidos por la naturaleza para incluirlos como elementos de la intervención, después en gabinetes se generaron creaciones colectivas o individuales para intervenir el espacio, sin modificarlo de una manera permanente, en ese proceso se juntaron las distintas formas de ver y los diferentes materiales que potencializan las opciones.
“Ha sido la piedra en sus diferentes formas porque en Abelardo Rodríguez es una roca que tiene más caras y en Pabellón de Hidalgo es piedra bola por la fricción del río, pero curiosamente en cuatro colores, blanca, amarilla, naranja y roja y se utilizaron en esos cuatro colores, las ramas de esa zona que también sirvieron”.
La experiencia fue muy buena para los jóvenes que venían del DF en primera instancia por el clima, por la apertura de los compañeros hacia las propuestas, hay un campo virgen para aprovechar aquí, hay mucha disposición de la gente con la que se tienen muchas posibilidades de enriquecer cualquier iniciativa de este tipo.
Esta visita de los estudiantes de la Esmeralda responde en parte a un proyecto que desde 1990 están ellos trabajando que consiste en planear viajes a diferentes estados con la idea de conocerlo, recolectar material propio de las zonas, generar arte en esos espacios y volver a la Ciudad de México para montar una exposición alusiva al lugar donde estuvieron. Desafortunadamente la sensibilidad de los funcionarios públicos no es la misma que la de los artistas o los formadores en arte y el presupuesto destinado para este fin poco a poco se ha visto mermado.
“Después por cuestiones financieras se fue limitando el presupuesto para estas salidas se redujo la duración a dos semanas, también originalmente el grupo era de 25 alumnos se redujo a veinte (…) luego nos han venido recortando más todavía, entonces se ha limitado a diez días y buscando el apoyo de una institución para hacer cofinanciamiento para hacer rendir el poco presupuesto con el que contamos”.
En este caso fue un cofinanciamiento donde el ICA, está haciendo la mayor aportación porque ellos sólo pagaron el traslado de los estudiantes y la instancia gubernamental local se está encargando de la estancia de los jóvenes, por una semana que concluye hoy. De regreso para la Ciudad de México, ellos llevan ya una buena cantidad de material fotográfico, en video y piezas colectadas por los jóvenes que servirán de base para la exposición allá.
Este tipo de intervenciones ayudan a los estudiantes a experimentar otros soportes para crear, en este caso la naturaleza se vuelve un lienzo e incluso quien genera las ideas se vuelve parte de su propia obra, les ayuda también a revalorar lo que tienen porque muchas veces las personas al habitar un espacio dejan de observar las texturas, la vegetación, los cambios de luz; la visita de alguien externo hace revalorar, además de que un ejercicio como este es una reconciliación con el planeta.
Este último día van a visitar Asientos y Tepezalá, el interés de estos dos lugares es el propio ecosistema que ahí se encuentra, aún no tienen un espacio específico que vayan a visitar en estos dos municipios, más bien la idea es llegar y donde consideren adecuado van a detenerse para trabajar sus obras.
