- Fue el torero más maltratado por los toros, con casí 100 cornadas
- Se dedicó por completo a lo que más quería en la vida, como le decía su padre
Hoy se recuerda que hace justos 92 años el valiente torero mexicano Luis Freg se convirtió en el primer diestro de toda la historia en usar un transporte aéreo para cumplir con sus compromisos profesionales.
Al haber perdido un día antes en Valencia el barco que le llevaría a Palma de Mallorca a finiquitar una tarde de su campaña ibérica en mano a mano con Matías Lara “Larita”, con rapidez viajó a Barcelona en donde alquiló uno de los primeros biplanos que hubo en el mundo. Llegó a Barcelona solo retrazado como para matar los dos últimos toros de la función, y acompañado por el afamado aviador “Guarnieri”.
Luis Freg nació en la cuidad de México el año de 1888 y aplicó lo que su padre tenía como religioso decreto: Dedicarse por completo a lo que se quiere en la vida… palabras más o palabras menos.
Embobinado en la profesión de lidiador de reses bravas se presentó ante el público el 26 de diciembre de 1909, en la “plazita” que emergía del urbano pueblo de Mixcoac.
Después de fraguar una campaña interesante como novillero se apersona en El Toreo de la Condesa para recibir la alternativa; ésta le fue sesionada por “Lagartijo Chico”. De ahí hacia adelante le levanta la pasta a su dramática e irónica vida.
En España biseló tanto su nombre hasta como para que se le honrara con estupendo cartel, sobre todo en Barcelona. Precisamente en feudos ibéricos es que tiene que tomar otras alternativas a causa de asuntos administrativos en los que se movía la fiesta.
A Luis Freg se le ha tasado, con toda razón según palabras de la historia meticulosa, como al torero más maltratado por los diamantes de los cuernos de los toros. Algunas páginas pregonan que fueron 56 cornadas las que soportó en su arcano cuerpo, otras 58, algunas más 59 y otras incluso le contaron, entre cornadas y puntazos, has ¡96!
Cualquiera que sea el número fueron bárbaras cantidades. Seis de esas heridas resultaron por cornadas que se evalúan técnicamente como de las que “ponen en peligro la vida”.
Valiente, arrojado, pundonoroso e insuperable estoqueador sin embargo, lo que no lograron los toros en multitud de intentos, lo finiquitaron las aguas de manera carcajeada.
El 12 de noviembre de 1934 cuando realizaba alegremente una excursión de esparcimiento, naufragó la embarcación en la que navegaba y falleció ahogado, después de ser un probado y atlético nadador, por tratar de salvar a una dama.
Su cuerpo fue identificado solamente por las cicatrices que lo enjoyaban.
Luis Freg, un valiente de los redondeles que la historia de la fiesta brava mundial jamás relegará.