- El mensaje central de la obra de teatro Alas de vida montada en El Sabinal
- La puesta en escena fue una mezcla de teatro, danza y suspensión
Un gota de agua aunque sea la última para mi cuerpo que es de cobre, algo así enuncia uno de los diálogos de la obra de teatro Alas de vida montada en El Sabinal, dirigida por Alejandra Hernández Esquivel a manera de evaluación en la carrera de teatro, de La Concordia, con Paola López como maestra y evaluadora de estas puestas en escena.
Luego de hacer un pequeño ejercicio de calentamiento del cuerpo y del alma a la vista de todos los asistentes, le pidieron permiso a la madre naturaleza con el sonido cavernoso de un par de caracoles de mar, para enseguida abordar el enorme y añejo sabino como parte de una narración que habla de amor, preservación y empatía con la naturaleza, porque si los humanos no se encargan de cuidarla y dejarle de hacer daño.
Una historia narrada con una mezcla de actuación, danza y suspensión, pero sobre todo con un acercamiento respetuoso a las puntas del pasto, a las raíces de un árbol, al fuego, al agua, al mismo cuerpo humano que es parte de una armonía natural y debiera ser el hombre guardián de esa naturaleza que lo rodea y no por el contrario ser quien pone los elementos principales para destruirla o deteriorarla. Detrás del enorme sabino hay un cauce de agua que no está limpia, no era así originalmente se fue deteriorando por la intervención de las personas.
Son dos los actores que se colgaron de largas telas se cuelgan de los brazos del árbol, simulan un capullo en el que permanecieron inmóviles por unos momentos pero luego empezaron a moverse como una mariposa a punto de terminar su proceso de transformación, finalmente salieron de ahí y en el aire empezaron a hacer movimientos hasta llegar de nuevo a piso firme, mientras un grupo de músicos en vivo ambientaron en todo momento la puesta en escena.
Durante este tiempo los actores no mencionaron una sola palabra, todavía hicieron algunas danzas muy de cerca de los espectadores sin decir palabra alguna, luego fueron frases muy concretas referidas a la madre tierra, al aire que libre viaja por donde quiere y trae noticias, sonidos, frescor. Un viaje de reflexión del cuidado de la naturaleza en medio de ella misma, en sus propias entrañas. Al estar en sus dominios es más fácil escuchar el latir del corazón, el viento trae noticias del cuidado del mundo natural.
Al final como una forma de comunión con la naturaleza a cada uno de los asistentes se les invitó a llevarse una planta en una maceta siempre y cuando estuvieran comprometidos para cuidarla, mientras degustaban una agua fresca hecha también especialmente para este momento.
Esta puesta en escena fue representada durante dos días en este espacio, a continuación como parte de este mismo programa de exámenes va a presentarse el siguiente el próximo 16 de junio, en el foro Al Trote a las nueve de la noche.