- Es uno de los más importantes y violentados hasta por los servicios de salud
- Es esencial trabajar la prevención en los jóvenes de 14 a 25 años que se están enfermando
Uno de los derechos más importantes y violentados para las personas con VIH SIDA, es el de la confidencialidad que desafortunadamente es transgredido en primera instancia por las instituciones de salud que evidencian a los enfermos. En el caso del IMSS, por ejemplo poniendo una marca roja en el carnet de salud, comentó Gerardo Cabrera Resendiz, de la Red Mexicana de Personas que viven con VIH SIDA.
Las personas con VIH también derecho a desarrollar una vida sexual activa, en ese sentido el cuidado de la salud debe darse como una corresponsabilidad entre quienes están cerca de las personas que viven con VIH.
Cabrera Resendiz dijo que al hablar del tema de la confidencialidad indiscutiblemente debía tocarse el tema de la discriminación y el estigma porque luego estos factores son finalmente los que “orillan” a las personas a callar por miedo a vivir un proceso de segregación.
“Se sigue violentado el derecho de la confidencialidad de las personas que vivimos con VIH, recordemos que la única persona que puede hablar abiertamente es yo si decido hablarlo, pero se sigue dando en los servicios de salud”.
Otro derecho es el de la salud porque aunque los enfermos de VIH tienen acceso universal a tratamientos antirretrovirales sigue siendo una realidad la falta de cobertura, hay falta de medicamentos en todos los centros que está relacionado con la falta de voluntad de los jefes de los programas.
El derecho al trabajo es también violentado porque se sigue buscando que quienes soliciten empleo se hagan la prueba para verificar que no están enfermos, la idea es solicitarlo por ley a cualquier persona.
Hablar de propiciar una calidad de vida para las personas enfermas de VIH es una cuestión compleja donde intervienen muchos factores, los primeros que influyen es la autoaceptación, enfrentar el estigma interno para luego poderlo hablar con los demás, luego viene la cuestión de la atención clínica junto con el acceso a tratamiento retrovirales y una atención global. También es importante el trabajo de aceptación con la familia, tener acceso a una vivienda, al empleo.
Hasta noviembre del 2009, según datos del CENSIDA, en México había alrededor de 133 mil casos de VIH y se calcula un subregistro de 20 mil casos más, donde se agrupan aquellas personas que lo tienen ya pero no lo saben porque no han acudido a realizarse las pruebas necesarias.
La organización trabaja la promoción y defensa de los derechos humanos, el tema de prevención para quienes viven con SIDA, trabajan en mejorar el entorno y fortalecer las capacidades de las personas con VIH, trabajan con poblaciones vulnerables para prevenir el contagio.
Específicamente para esta red, el CENSIDA otorga apoyo, además de otras fundaciones y organizaciones que dan recursos para trabajar en cuestiones preventivas principalmente dirigidas a jóvenes de entre 14 y 25 años de edad, quienes están contrayendo de manera significativa infecciones de transmisión sexual como pueden ser la sífilis o el virus del papiloma humano que puede derivar en VIH SIDA si no se trata de la manera adecuada y en tiempo. En un 60 por ciento de los casos se quienes tienen sífilis o papiloma resultan positivos al VIH.
“Muchos de los jóvenes llegan al diagnóstico ya confirmatorio de VIH cuando ya tienen una infección avanzada de VIH y eso es porque para realizarte la prueba debe ser mayor de edad, si eres menor tienes que ir con tu tutor o con tus padres y eso es un obstáculo en la prevención con los jóvenes”.
Acotó que en México definitivamente no existe una cultura de prevención porque en realidad las personas van al médico cuando se ven realmente afectados por una dolencia derivada de algún grano o una laceración. Las personas acuden al médico cuando hay signos o síntomas más visibles.