- Es una puesta en escena entre el teatro, la danza y mucha imaginación
- La compañía Triciclo Rojo está festejando sus cinco años de existencia en la FNSM
Más allá de la observación o de la historia por sí misma, Historia en V planivuelo, de la compañía Triciclo Rojo, incitó a los niños a imaginar todo aquello que no se termina de entender con el devenir de la historia, según la versión original los protagonistas eran unos técnicos que reparaban aviones, pero la verdad es que lo mismo podrían haber sido unos locos aviadores o un par de personas que en la calle de pronto entraron en otra dimensión que hasta para ellos era desconocida. Había una puesta en escena, entre realidad y animación.
La historia se desarrolla en medio de una ciudad proyectada en el fondo del escenario, parecía un lugar para poner chatarra, o una ciudad hecha de caramelo y ellos andando por ahí, hasta que de pronto empezaron a salir de algún lugar cajas voladoras que captaron por completo la atención del andante, las solapas de las cajas parecían alas y eran aves que salieron de ahí en parvada.
El personaje abrió la cortina metálica y entró en el taller, donde al principio todo estaba muy silencio pero de pronto empezaron a aparecer en la pantalla y en el escenario cajas, la mayoría de ellas muy normales no se movían pero de pronto apareció una, la especial. Esa sola sin la mano de nadie empezó a desplazarse por el escenario mientras el personaje iba detrás de ella para alcanzarla, la tarea no fue fácil pero finalmente lo logró.
Cuando ya la tenía en sus brazos de pronto se enganchó y se elevó, él sólo miró como se iba de sus manos sin entender porqué, tanto que la quería, su corazón latía por la caja que sola se movía y entonces empezó junto con su acompañante a pensar en la manera de traerla de nuevo a tierra firme. Dentro de la narración de la historia hay una serie de bailes, música y movimientos de los actores donde es el espectador el que debe interpretar que de la historia sigue.
Finalmente cuando por fin lograron bajar la caja algo había en su interior distinto antes de que subiera, ellos investigaron, tuvieron que abrirla, era como meter la mano en las entrañas de un ser y encontraron una caja volante pequeña, un hijo, un nuevo ser, magia, una caja de la que salieron luces diminutas de muchos colores o tal vez fue sólo confeti, finalmente había una luna para él.
Una luna menguante, un azul intenso lo acompañó. Él era todavía pequeño, seguro estará con él durante un buen tiempo eso sólo lo saben los actores y quienes desde sus asientos podrían imaginarse qué había después de aquella pequeña caja mágica, que se quedó en medio del escenario, a un lado también del triciclo.
Finalmente los actores salieron para agradecer los aplausos del público que como en otras ocasiones era muy variado, había niños y también adultos que disfrutaron de sobremanera las posibilidades de la historia. Los actores pidieron al público un favor inusual, que se quedaran sentados en su lugar para tomarles una foto para recordar una de las puestas en escena en sus cinco años como compañía.