Mujeres reclusas tienen hijos, entre 3, 4 o 5 años
Hasta antes de los 20 años de edad todavía pueden implementarse acciones de prevención y orientación de las mujeres para que no cometan un delito, esto de acuerdo a la tendencia de edades de quienes están actualmente presas en el reclusorio de acuerdo a un estudio publicado por el Instituto Aguascalentense de las Mujeres (IAM) denominado Mujeres reclusas: La violencia de género como causa del delito.
Dentro de las preguntas de la encuesta se especificó la edad en que cada una de ellas cometió por primera ocasión un delito, sólo cuatro de las 69 admitieron haber iniciado antes de los 19 años de edad, las demás comenzaron su vida delictiva a partir de los 20 años, pues un 53.6 por ciento admitieron tener un delito en su haber antes de los 29 años de edad.
En el Centro de Readaptación Social de Aguascalientes hay un total de 69 mujeres, de ellas las más jóvenes tienen 20 años de edad y la mayor tiene 61 años, la población del cereso es predominantemente joven. Tener definido este aspecto es esencial para que los mismos encargados definan las necesidades en materia habitacional, educativa y principalmente de salud, ya que las personas de mayor edad requieren generalmente atención especial por las enfermedades propias de la vejez. En este caso la situación es contraria se requieren actividades recreativas, lúdicas y económicas.
Aproximadamente un 75 por ciento de la población de las mujeres presas tenía su residencia en zonas urbanas, el 24 por ciento en zonas rurales y una de ellas es originaria de Costa Rica. De quienes viven en zonas urbanas, el 70 por ciento de ellas son originarias de Aguascalientes, el resto es de Zacatecas y Jalisco, había también mujeres de Michoacán, Durango, Guanajuato, Distrito Federal, Estado de México, Chihuahua y Baja California.
En términos educativos, el 43.4 por ciento están entre haber dejado la primaria incompleta y haberla concluido; la mayoría de las reclusas sí saben leer y escribir. Las razones por las que dejaron de estudiar fue la falta de dinero, tuvieron que trabajar, reprobaron o donde vivían no había secundaria o preparatoria, ellas se casaron o se fueron a vivir con sus parejas. En el mismo reclusorio les han ofrecido ya la oportunidad de continuar estudiando y la mayoría de ellas ha aceptado.
Otro aspecto destacable es que las mujeres entre más jóvenes es más fácil que sean propietarias de su casa, el 49.3 por ciento de mujeres, entre 20 y 29 años de edad tienen casa propia; de quienes tienen entre 30 y 39 años de edad, el 27.5 por ciento tienen casa propia y de 40 a 50 años de edad, sólo el 15.9 por ciento tiene casa propia; en los demás casos viven en casas rentadas y un buen porcentaje de ellas viven en la misma casa de los papás o los suegros.
Es de hacerse notar que el 91.3 por ciento de las mujeres del reclusorio tienen hijos; el 25 por ciento tienen hasta tres, el 12.5 por ciento tienen cuatro y otro 12.5 por ciento tienen cinco hijos, pero es una realidad que todas dejaron familia afuera, específicamente niños, jóvenes o adolescentes que en un momento determinado dependían de ellas; en el perfil sociodemográfico no especificaron si ellas tuvieron oportunidad de dejar a sus hijos con algún familiar o con su pareja. La mayor parte de ellas han sido violentadas y han vivido maltrato la mayor parte de sus vidas.