En Adelgazar para qué (La Jornada Aguascalientes, mayo 26) Ricardo Esquer dedicó el texto a dos apasionadas defensas, en la primera se refiere al desempeño de Claudia Santa Ana al frente del CIELA; la segunda a las brillantes ideas de Lorena Martínez sobre la cultura, específicamente la de desaparecer el Instituto Municipal Aguascalentense de Cultura (IMAC).
Para referirse a la nulidad que hoy es el Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes, Esquer decidió elaborar un panegírico para alabar el desempeño de Claudia Santa Ana al frente de esa institución, acusa a Víctor González (Director del ICA) de ser el diabólico juguetero que sólo busca el hundimiento del CIELA. Desplantes y berrinches de la ex directora, ruindades y cobardías por parte del titular del ICA, una historia de heroínas y villanos con desvío de fondos como telón, llena de anécdotas inútiles y nombres que terminan distrayendo la atención del tema principal: la ausencia de una política cultural, de proyectos para el desarrollo de la literatura en Aguascalientes.
Es ahí donde disiento del enfoque de Esquer, al abordar el asunto desde los nombres deja a un lado el análisis de los motivos por los que el Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes no cumple con los objetivos para los que fue creado. Quién quede al frente del no debería ser el asunto de mayor importancia, sí lo es el desvío de recursos, el abandono en que se tiene a ese Centro, el descuido del acervo con que cuenta. De nueva cuenta, la falta de un proyecto que dé sentido a ese espacio.
Además, es necesario señalar la falta de solidaridad de la comunidad artística (de alguna manera hay que llamarle), que sólo acudió al CIELA para sacar alguna ventaja, desde el taller pagado a pesar de la ausencia de alumnos hasta quien sólo se acerca cuando hay posibilidad de gorrear una comida o cena. La situación del CIELA no es resultado del relevo en la dirección, pero hoy se va a poner de moda porque los “artistas” plañideros de siempre ven la oportunidad de sacar raja, de ocupar un puesto, no de presentar un proyecto, sólo ocupar la silla, de ahí que ahora comiencen a surgir los comentarios, los blogs incendiarios que con el pretexto del CIELA aprovechan para tirarle a los funcionarios de otras dependencias del ICA, los cobardes que aparecen hasta hoy, gritando indignados y con mayúsculas ocultos en el anonimato, pero que no hicieron nada cuando el Centro se fue quedando sin personal y en el abandono, sólo que ahora el cambio de gobierno convierte en botín al CIELA y de ahí el súbito interés.
Me parece necesario reiterar que no se trata de personas sino de la ausencia de una política cultural y ahí, tanto panistas como priístas cojean del mismo pie.
En el texto de Esquer, tras de establecer que “el mero adelgazamiento no garantiza nada, ni sustituye a la elaboración y desarrollo de proyectos”, no me queda clara la razón por la que defiende la vacuidad sensiblera de Lorena Martínez y explica que acerca del IMAC, lo que realmente quiso decir la candidata es “que no se trata de desaparecer a las instituciones, sino de aprovechar los recursos financieros en el desarrollo de proyectos, en lugar de agotarlos en la nómina”.
En la nota de Reyna Mora (mayo 11), está la declaración de la candidata, estableció que los recursos financieros se proporcionarían a “organizaciones civiles que sí le puedan dar salida a los temas y que tengan impacto en la sociedad”, ahí no hay el aprovechamiento que entiende Ricardo Esquer, eso es una capitulación: deshacerse de la responsabilidad que le corresponde al municipio para entregarla a los ciudadanos, que ellos se hagan bolas, como está de moda proponer la ciudadanización, que el gobierno se lave las manos.
Lo peor es que la forma de promover la participación ciudadana comienza sin un planteamiento claro acerca de cuáles serán los criterios, cómo se elegirá a esas organizaciones, a través de qué mecanismos rendirán cuentas, cómo se ha de asegurar que todos los segmentos de la población sean atendidos; no queda más que pensar mal e intuir que el siguiente trienio será el tiempo de los clones de Mamá Cuca, o que la cultura se reducirá a fiestas y bailes al estilo de los reventones que organiza She’s coming para promocionar a Lorena Martínez.
Finalmente, agrega Ricardo Esquer que “aunque Edilberto Aldán piensa que es lo único que se le ocurre en el campo cultural, no puede rechazar las propuestas que le presenten”. Hasta ahora es lo único que ha propuesto en materia cultural (es un decir), claro, además de deshacerse de la responsabilidad del IMAC. En absoluto tono sensiblero, demagógico, engrandece la ocurrencia señalando que se tienen dos objetivos con la creación del Magno Monumento a las Madres de Aguascalientes, como pomposamente ya lo llama: “convocar a la ciudadanía a solidarizarse con un proyecto, y así brindar la oportunidad de demostrarnos nosotros mismos de lo que somos capaces cuando aportamos un poco de esfuerzo para bien colectivo”, ¿qué dice?, sí, el propósito es que nos demos cuenta de que podemos ser empáticos y creer que el bien colectivo es una escultura. El segundo objetivo, declaró y está en su página de internet, es “promover a los artistas aguascalentenses para que, mediante un concurso, sea una de ellos el escultor del monumento; Lorena Martínez se dijo convencida de que tenemos grandes talentos y una agenda cultural que es impostergable atender”. ¿En eso consistirá la promoción cultural?, estamos jodidos entonces. No basta estar convencido de la importancia de algo, es indispensable tener propuestas y las buenas intenciones, no lo son.
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