Se empata el nivel de la lectura en México, con el de la corrupción - LJA Aguascalientes
26/11/2024

  •  Tiene que ver con el nivel de la condición social, política y cultural
  •  Debería destinarse media hora para la lectura al día en las escuelas
El nivel de lectura en México que tiene un índice de lectura de 2.9 libros per cápita al año tiene una estrecha relación con el índice de corrupción emitido por Transparencia Internacional donde México tiene 3.9 puntos y ocupa el lugar 72, lo que lo convierte en uno de los lugares con los índices de corrupción más altos. Ambos índices están muy cercanos, son señales equivalentes de la condición en la que se encuentra el país, comentó Juan Domingo Argüelles, poeta y ensayista que ha escrito sobre el tema de la lectura. 
 
Para Argüelles la parte que hace falta en la educación es el fomento de la lectura por gusto en los estudiantes y no sólo la que es por obligación. En los primeros años a través del sistema se ha obligado a los niños a leer desde sus primeros años pero no se les enseña el gusto por la lectura libre y autónoma. El sistema escolarizado debería pensar no sólo en una serie de actividad física sino también ejercicio intelectual a través de media hora de lectura de recreo que no esté sujeta a calificación ni tenga nada que ver con el material de la escuela.  
 
El problema tiene que ver con que cuando los estados y la federación se plantean el problema de la lectura lo ven como algo ajeno a la cuestión formativa y educativa. Muchas veces las autoridades creen que a través de campañas mediáticas van a resolver el problema, lo que se habría de reforzar es el concepto educativo que ha fallado. Ellos están más preocupados por “cumplir” con indicadores nacionales e internacionales y es por eso que asusta el 2.9 libros per cápita al año. “Lo que no queremos darnos cuenta es que nosotros leemos como el país que somos, como México y ese 2.9 refleja el gran fracaso de la educación”.
 
Ese índice es reflejo del país con problemas económicos, políticos, la pobreza, la falta de equidad en la distribución social, el narco, la violencia. Esto no significa que todo está dicho y no hay nada por hacer, aunque si es verdad que son sólo discursos los que se emiten para el Día Internacional del Libro y los derechos de autor el 23 de abril y para el 12 de noviembre, Día Nacional de la lectura. Esos parecen festejos de sólo un día y la verdad es que se debe trabajar durante todo el año. 
 
Son principalmente las escuelas donde se debe incidir porque hay padres no lectores, maestros no lectores, al sistema educativo le preocupa y evalúa la capacidad del estudiante para entender lo que lee, pero no la persistencia y la habilidad permanente de esas personas leyendo libros por su propia voluntad.  Eso no significa que se quite la lectura obligatoria porque es parte del proceso de aprendizaje pero puede integrarse la lectura por gusto.
 
Cuando se habla de leer se habla de un ser completo, no es sólo la decodificación sino también la comprensión, es un diálogo con otras culturas y autores, la lectura hace comprender la realidad pero los profesores no pueden trasmitirla si no la han vivido primero.
 
Para el poeta no es que antes se leyera más y ahora menos, más bien hay una falsa idea sobre la lectura. Se le quiere achacar a la televisión o el internet la falta de lectura, cuando en realidad las nuevas tecnologías son parte más bien de la aparición de la era digital aunada al intento original de promoción de la lectura. Esos jóvenes hijos de esta nueva generación son lectores y escritores, “no están haciendo literatura, no están respetando la ortografía, ni la redacción, ni la sintaxis pero lo realmente importante es la comunicación que se establece porque los códigos que tienen ellos son distintos”.
 
Para Juan Domingo Argüelles la tarea de los lectores ante la realidad avasalladora del país es seguir leyendo para beneficiar a los que no lo son, porque de alguna forma quienes sí lo hacen aportan su “granito de arena” para acelerar el proceso de conciencia y de valoración de la realidad. La lectura propicia una valoración  más exacta y desde la perspectiva del autor la estrategia más adecuada es generar programas de lectura para públicos específicos y no gastar dinero en espots, ni campañas promocionales. El que lee lo hace porque es feliz no porque crea que de verdad causa un beneficio a los demás o incluso a sí mismos. No haría más efectivo o comprarían más libros si en la portada se incluye la leyenda de, Leer fortalece tu espíritu y alimenta tu imaginación. 
 
Esto implicaría trabajar con profesores interesados en la lectura y desarrollar la lectura en los alumnos que se interesen en ella y no hacerlo a través de programas generales donde llega a existir hasta un 70 por ciento de profesores que no querían participar de esta iniciativa. Desafortunadamente México es un pueblo permanentemente derrotado en muchas cosas, por eso celebra las pocas batallas que ha ganado.
 
Finalmente en México es difícil olvidar que en este país todos los días se cuentan los ejecutados, se van a acumulando las cifras, cada día aumentan y a la gente se le vuelven natural los asesinatos. Como ser un país extraordinariamente culto y lector, si para salir a una librería tienen que patear una cabeza que dejaron en la puerta, es absurdo.


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