Comenzó el serial taurino superando toda clase de expectativa, luego de que en la temporada de novilladas faltaron coletas que quisieran salir de verdad como triunfadores y por ende colocarse en el candelero nacional e internacional desde el coso aquicalidense, ayer domingo quienes tuvimos la oportunidad de ser parte de la primera novillada pudimos disfrutar de tres chavales que tienen con qué y saben cómo, pero –el que nunca falta- con la espada todo se fue al socavón de los trofeos perdidos.
Fernando Labastida que en su comparecencia durante la temporada menor desaprovechó la coyuntura con el ganado y no logró más nada, ayer volvió a demostrarnos lo que atesora en su mano derecha y derrochando arte regaló detalles muy toreros que calaron hondo, a su segundo le realizó un cambiado en los medios para poner los pelos de punta y luego entendió al mejor novillo de la tarde para recrearse con la diestra, se confió demás y se llevó tremendos achuchones que lo dejaron todo golpeado, se fue a la enfermería en donde le encontraron un esguince en el tobillo derecho, el cual fue ocasionado en el cambiado, tras un pisotón, asimismo una cortada en la mano que ameritó sutura por parte de los médicos de plaza.
Luego de haber generado una expectativa interesante por su inclusión en los carteles fue Sergio Flores, quien se presentó por primera vez en Aguascalientes y que no demeritó en lo absoluto, es un torero con empaque y sello, entiende rápido a sus astados, torea sabroso y con hondura en ocasiones; lo más destacable fue lo realizado al segundo de su lote, un manso sin chiste y con peligro sordo, le fue ganando y le arrancó muletazos de gran mérito que le valieron para dar la vuelta al ruedo.
De el colombiano Juan Camilo Alzate hay que reconocer el arrojó y las ganas férreas de triunfo, como debieran hacerlo todos, a sus dos novillos los recibió a porta gayola pegándoles faroles de rodillas, con el tercero de la tarde derrochó entrega y ante un suelto y distraído mansurrón consiguió arrancar muletazos intensos, lo mejor vino con el que cerró plaza, a ese lo comenzó a torear de hinojos en los medios y así consiguió una tanda de muchísimo aguante alborotando la gallera y vaya que rompió a más en cada tanda, la entrega y las buenas maneras junto con la estocada entera al primer viaje le merecieron cortar la única oreja del festejo que lo estaría poniendo con un pie en la novillada del diez de mayo.