Después de un intensísimo primer tramo del serial más importante de México, llegó un descanso de cuatro días, mismo que hoy quedará atrás al abrirse nuevamente la “Gigante de Expo-Plaza” para que en su templete arenoso se de la cuarta corrida y quinto festejo del cartel general; a las seis de la tarde partirán plaza Fernando Ochoa, Julián López “El Juli” y Octavio García “El Payo”, tercia que despachará ganado de Xajay.
Fernando Ochoa, primer espada, se apersonará en el primer compromiso, de dos, que tiene dentro de la serie de San Marcos; torero maduro, ha llegado a la parte alta de su carrera. Tiene seguidores dado su trazo fino y de refinado gusto; será esta tarde una buena opción para los aficionados.
Quien llegará con un incontenible buen ambiente es el madrileño Julián López “El Juli”, toda suerte que este coletudo, además de tener vínculos sentimentales con Aguascalientes, trae la carta de ser el máximo triunfador de la terminada feria de Sevilla, en donde abrió la Puerta del Príncipe primero, y la grande en una segunda tarde, sumando en apenas tres días cinco orejas de gran valor. “Juli” además tiene el rango de figura del toreo mundial y por ello la entrada en los encementados del gran coso, se vaticina formidable.
Quien tiene una responsabilidad muy densa es “El Payo”, ya que con la tarde de hoy cumplirá sus tres escrituras con ETM; en las dos anteriores, sumando cuatro toros no ha podido cortar una sola oreja. A plomo tiene la feria, complejo pues de ascender, sin embargo es torero de cualidades y bien se podrá hablar mañana de un triunfo real.
Con ánimo es esperada la dehesa de Xajay; dentro de las comerciales es de las que se pueden rescatar. Llega a Aguascalientes este hierro después de varios años de no estar su nombre impreso en los carteles de la feria, y también con un gallardete, el de haber mandado a la México la campaña pasada, un encierro cinqueño, que fue bravo de verdad, lo que dio consecuentemente escenas taurinísimas como es la de ser arrastrados los restos de varios de los bureles, entre las calientes palmas de la afición.