- La violencia que más sufren los varones generalmente es la psicológica
- Culturalmente es muy difícil que un hombre pueda reconocer que es violentado
Es difícil determinar el porcentaje de aumento en la violencia a los hombres porque de inicio no se tienen contabilizados los casos presentados porque la cultura de la denuncia es ahora que apenas comienza. Ellos empiezan a reconocer públicamente que son víctimas de algún tipo de maltrato, en el que predomina generalmente el psicológico, informó Agustín Villarreal de la asociación Hombre Contemporáneo.
Por estas dificultades en la aceptación de la violencia en sus vidas los hombres tienden a minimizar los hechos que viven, al igual que las mujeres en una situación similar, comienzan a justificar cada uno de los maltratos que reciben pues consideran que es agresión física y sobre todo emocional tiene un origen que por momentos pareciera “justificable”. Por la creencia de que son los hombres quienes detentan el poder el maltrato no tiene cabida en su vida porque se da entonces una pérdida de masculinidad.
“Por la cultura machista que hemos venido replicando desde hace mucho tiempo, aunque ya en menor grado en estas últimas fechas, indica que son los hombres quienes deben tener el poder y si alguien detenta el poder no va a permitir que se le maltrate, sin embargo sí tendría la libertad de maltratar”.
Los celos, las injurias, las amenazas, la manipulación son las principales acciones de violencia que una mujer “empoderada” ejerce en contra de sus compañeros, a través de estas actitudes los minimizan. Que el maltrato a los hombres no sea tan conocido no significa que no existe, es más bien una cuestión de invisibilidad debido a una ausencia de cultura de la denuncia.
El proceso de recuperación les lleva un buen tiempo porque primero deben reconocer que su autoestima es baja y que necesitan ayuda psicológica para poder entablar un diálogo constructivo con su agresora, sin embargo las asociaciones como Hombre Contemporáneo no son tan conocidas y esto orilla muchas veces a los hombres a no saber a dónde acudir para pedir apoyo.
Más allá de tratar a hombres con problemas de violencia que sí lo hacen, la principal apuesta es por la prevención, están trabajando directamente con grupos de jóvenes para darles a conocer conceptos de equidad de género básicos. De manera muy específica han hecho un trabajo muy de cerca con jóvenes de Jesús María a través de las pláticas pre-matrimoniales donde les dan estos conocimientos básicos.
Están al mismo tiempo buscando la posibilidad de aplicar para obtener recursos federales para desarrollar otros proyectos y principalmente fortalecer la institución, realizar acciones más consistentes directamente con las parejas. Y por otra parte ahora que se decidan los cargos públicos luego de las elecciones quieren buscar incidir en los funcionarios para ahora sí lograr que haya un respaldo, por ejemplo en la Ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia se contempla la atención para hombres, sin embargo hasta ahora no se ha llevado a cabo de una forma concreta. “Esto es una vergüenza que si esta es la ley porque no se aplica, que no hay una instancia ahorita que este convocando a los actores sociales como nosotros, a los que nos creemos expertos en esto, nadie nos ha convocado para involucrarlos en la atención a los hombres”.
Los hombres violentados tienen un perfil de baja autoestima, no expresan sus sentimientos, tienen un concepto muy bajo de todas sus capacidades, son apacibles, normalmente son buenas personas y comúnmente dejan que otros decidan por ellos.
Esta situación es reversible mediante los conceptos de equidad de género donde no se trata que haya uno de los dos miembros de una pareja quien predomine, se trata más bien de una situación equitativa, sin abusar de una situación de poder aún a pesar de la personalidad de cada uno. Hay que evitar la discriminación y fomentar la armonía y la afectividad.