- Preocupación en el tricolor
- Lozano a Pérez Talamantes: “ahí estamos”
- Impunidad en el cabildo
- El PRI festeja … el empate
Focos rojos en el PRI. La nomenklatura priísta, con excepción de la burbuja que rodea al candidato, está altamente preocupada por el devenir de la campaña de Carlos Lozano a la gubernatura del estado.
A menos de que la fiesta multitudinaria de XV años en el Club Campestre haya sido erigida como colegio electoral (porque ahí sí gana, según ellos), Carlos Lozano no ha podido, siquiera, emparejar la contienda con Martín Orozco, pese al respaldo de tres partidos, de la estructura burocrática en el estado y en el municipio y a su campaña contra Javier Aguilera. Un hombre respetable, que ha sido afectado en su reputación por el envilecimiento tricolor.
El Comité Ejecutivo Nacional del PAN levantó, según nos comentan, una encuesta la semana pasada. En ella, todavía aparece Gabriel Arellano por arriba de Lozano en cuanto a preferencias electorales. En cuanto a la contienda con Martín Orozco, aunque por poco, el priísta sigue abajo, como también lo demostraron las encuestas que hizo públicas Nora Ruvalcaba en días pasados.
Pero más allá de los números, que podrían cambiar, en la cúpula del PRI preocupa la actitud de Lozano y compañía. La semana pasada, nos comentan, la totalidad de los que fueran aspirantes a la gubernatura trató de abordar a Lozano, para hacerle sugerencias por su campaña política. Incluso, figuras políticas y asesores que vinieron del Estado de México, quedaron “espantados” de los espectaculares que ha instalado por toda la ciudad.
La respuesta del “lozanismo”, encabezados por el delegado Manuel Cavazos Lerma, fue sobrada, y dijo: “¿Nos están criticando?, pues bien, de eso era de lo que se trataba: de que hablaran de nosotros”. A ese ritmo, el delegado logrará su cometido, y si lo que quiere es darle a Lozano la misma imagen que le generó a Jorge Han Rhon en Tijuana, va por buen camino.
Y a pesar de que su publicidad está estrictamente dirigida a priístas, el precandidato tricolor Carlos Lozano, se presentó ayer, (no sabemos si en calidad de precandidato, de amigo del gobernador o de miembro de la logia masónica) en el evento conmemorativo del natalicio de Benito Juárez, donde más bien estuvo rodeado de panistas –al menos de palabra- como Juan Ángel Pérez, Jaime Pérez y Raúl Álvarez.
A pesar de no militar en el PRI y por tanto no ser público-meta de los espectaculares tan comentados de Lozano, todos lo vieron; tan fue así, que aunque estuvo sentado con los masones y no con los funcionarios, al término del evento se acercó a saludar al secretario general de gobierno –“ahí estamos”, le dijo- y después el presidente del patronato de la feria se acercó, muy sonriente, a saludarlo a él. Desde luego, no desperdició la oportunidad de conceder entrevistas y saludar a quien se dejara.
Y a propósito de Raúl Álvarez… ¿Por qué últimamente ha aparecido en todos los eventos públicos con o sin el gobernador? Si se trata de una forma de promocionar la feria, percibimos que no es muy efectiva, pues son pocas las veces que se le entrevista y las últimas que se le han hecho han sido sobre el “refriteado” tema de las cervecerías que seguirán siendo dos, pero distribuidas en tooooooda la feria.
Además, salvo en la mini feria en el rancho Fox, Álvarez Gutiérrez no habla en el micrófono sobre la verbena. ¿Será que nos lo están preparando para candidatearlo a algo?
Pareciera que los asesores de Gabriel Arellano, lo único que hacen es cobrar. Y es que ante la salida del Informe del Resultado de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2008, de la Auditoría Superior de la Federación, debieron ponerse a leer un ratito, para saber qué señalamientos se hicieron al municipio e informar a su jefe.
Primero, las cuentas se revisan porque son recursos de procedencia federal y así está establecido. Segundo, hay que recordar que la petición hecha por el senador Rubén Camarillo a la ASF, para fiscalizar la adquisición del helicóptero, fue denegada, debido a que la compra ya estaba siendo investigada por le Procuraduría General del República (PGR) y la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Y tercero: no es nada conveniente “minimizar” las observaciones hechas a un fondo de seguridad pública, que reporta con subejercicios, compras irregulares, falta de capacitación, fallos en el sistema, mientras los índices delictivos no ceden.
Y no trabajan pero ¿qué tal gastan? Si nuestras leyes no fueran tan laxas, y no tuvieran tantos recovecos para que nuestros políticos hicieran lo que se les diera la gana sin tener que rendir cuentas a nadie, la mayoría de los regidores de la capital del estado debieran estar, por lo menos, de patitas en la calle.
Son más de 2 millones de pesos los que hasta noviembre pasado no había comprobado, según la información que consiguió Mauricio Navarro. ¿Dónde está ese dinero, señores regidores? Les queremos recordar, por cierto, que ese dinero no es suyo.
Y en el mismo tenor están los diputados. En enero de este año solamente comprobaron alrededor de 60 mil pesos de dinero de gestión y cada uno, de los 27, reciben alrededor de 30 mil pesos. Es decir, en enero dieron para “gestión” 60 mil de los 810 mil que debieron repartir entre todos. Hacemos de nuevo la pregunta: ¿Dónde está ese dinero, señores diputados? Por cierto, les recordamos que ese dinero no es suyo.
P.D. El monólogo priísta se agota, y pese a que siguen enfiestados, les recordamos que los candidatos contra los que pelearán, no han pegado un solo póster. Acertijo: ¿Desde cuándo los empates se festejan?