- Hay “divorcio absoluto” entre lo que está ocurriendo y lo que dice el gobierno
- A la Constitución, hay que evitar “mutilarla y violarla” comenta Manero
Esta vez, el turno de hablar sobre la Constitución mexicana, le tocó a Alejandro Gertz Manero en la Universidad Autónoma. Tras el paso la semana pasada de Porfirio Muñoz Ledo, la organización política Profesionales por México trajo a la casa de estudios al abogado y político Gertz Manero. Destacado en la lucha contra el crimen organizado tanto a nivel nacional al mando de la Secretaría de Seguridad Pública creada en por el gobierno de Vicente Fox como en el ámbito del Distrito Federal donde logró reducir los niveles de delincuencia considerablemente, Gertz Manero ofreció una breve plática sobre la necesidad de una nueva ley suprema que recoja los valores recogidos en la actual, pero adaptada a los tiempos que corren.
Gertz Manero lanzó un mensaje contundente: “hay quien cree que la Constitución es algo que el gobierno nos dio y no es así. La Constitución es lo que le decimos al gobierno que tiene que hacer”. En relación con el exceso de poder que detentan los mandatarios en México, Gertz Manero se pronunció sobre las declaraciones recientes del presidente Calderón acerca de un nuevo programa de lucha contra el crimen organizado en Ciudad Juárez, Chihuahua. Para el político, hay un “divorcio absoluto” entre lo que está ocurriendo y lo que dice el gobierno que hace. Cuanto más proclaman la lucha armada contra el crimen, menos disminuyen los asesinatos.
Esta fórmula de lucha “por supuesto que no” será la que resuelva el encarnado problema de violencia y narcotráfico en México. A la declaración de Calderón según la cual la solución pasa por hacer partícipe a la sociedad, Gertz Manero responde que “la sociedad ya ha participado con sus muertos”.
De vuelta a la Constitución, Gertz Manero advirtió que para una reforma sana de la misma, hay que evitar “mutilarla y violarla” porque muchos aspectos pueden caer en “letra muerta”. Acerca de las propuestas de reforma constitucional de Felipe Calderón en el Congreso de la Unión, el político prefirió no dar su aprobación sino más bien una reflexión sensata. La cuestión en torno a una nueva Constitución es si las iniciativas repercutirán en los mexicanos o no. Si se reducirán los millones de personas pobres en México. Si habrá o no seguridad para los ciudadanos. En resumen, si serán palpables los cambios. Para lograr establecer cambios que favorezcan a los mexicanos y no sean meras nimiedades elitistas, Gertz Manero asegura que hace falta la participación ciudadana.
Otro punto tratado durante la conferencia fue la conservación del patrimonio natural de México. Es inadmisible seguir vendiendo los recursos del país sin que la riqueza quede para el pueblo mexicano. Asimismo, la riqueza que producen los mexicanos en el extranjero debería revertir con creces en la economía nacional. Primero en las familias de esos más de diez millones de emigrantes y por consiguiente en la nación. Asombrado se mostró por otra parte Gertz Manero de tener que debatir si el Estado es laico o no en 2010 cuando este asunto ya fue resuelto en 1857. Con pocas palabras, Gertz supo resumir la esencia de su plática: “En México hay un gran pueblo, un gran país y un mal sistema”.