Juan Pablo de la Rosa, José Luis “el negro” Calderón y Oscar Santiago “Osoxe” son integrantes de Las barbas de Zenaido y son individuos preocupados por el acontecer político, social, están siempre ocupados en intervenir e influir en el pensamiento de la gente trastocando su realidad para desde ahí partir hacia una contracultura, es una de las tantas razones que los motivaron a unirse a la presentación del próximo número de la revista Picachielo, hoy 23 de enero.
La esencia de sus presentaciones es la improvisación los jam, no existe una relación entre su interpretación y la revista o el propio lugar, la decisión de sumarse fue precisamente porque es una propuesta de contracultura y además porque ellos mismos se asumen como melópatas más que como melómanos, rompen con los cánones de las estructuras musicales y esta es una gran oportunidad para mostrar su trabajo.
Para esta ocasión tienen planeado un par de sets, el primero gira en torno a una idea surgida de la constante experimentación sonora a través de la computadora partiendo de un estilo conocido como Ambient donde se fusionan sonoridades excéntricas mezcladas con textos leídos, recitados; en esta ocasión el texto será una oración maya circular, con matices de percusiones y flautas prehispánicas.
El segundo set es una fusión de jazz, blues, funk con unas cintas preparadas por el Osoxe en la computadora, intervenidas con las congas, el djémbe, el dumbé, maracas, tarolas y otros accesorios de percusión y con la flauta transversal con los clásicos sonidos que Juan Pablo de la Rosa trabaja al experimentar con el instrumento.
El nivel de experimentación requerido para lograr esta improvisación requiere primero buscar un fundamento teórico de la música moderna o contemporánea y después lograr la destreza que el instrumento y las nuevas técnicas de ejecución exigen, es un trabajo de oficio. Para Juan Pablo de la Rosa más que estudiantes son estudiosos de la música moderna.
“La primera regla de la improvisación es ir escuchando, tirar anclas con las orejas bien abiertas escuchando un instrumento y el otro para entablar un diálogo porque no hay elementos subordinados a nada, hay una fusión, una conexión, una negociación (…) eso es muy importante tenemos que aprender a negociar el pulso, la afinación, la inspiración para que podamos lograr un producto de calidad”.
Oscar Santiago “Osexe” es el encargado de la manipulación de la computadora, el trabajo de los jam no es nuevo para los integrantes de Las barbas de Zenaido, en las primeras ocasiones fue algo difícil coincidir pero luego se volvió un proceso de comunicación que va más allá incluso del hecho de estar observando o platicando qué van a hacer.
“El mismo lugar tiene su propia esencia, ellos han experimentado mucho y tienen claro que sonoridad quieren alcanzar porque han trabajado incluso con otros proyectos”.
Para “el negro” Calderón lo más difícil desde que aparecieron los ritmos de la computadora ha sido la posibilidad de los músicos para tocar a la misma velocidad de la máquina, eso es algo que nunca van a lograr y al momento de reconocerlo el intento es por hacer precisamente lo contrario, alentar ritmos y tiempos a contratiempo.
En él como en los demás el asunto de la interpretación es muy espontáneo, la música fluye en tiempo real, no está nunca preocupado por lo que va a tocar al momento de estar en el escenario; trata de tener todos los elementos disponibles para saber qué puede servirle o funcionar. “Depende del humor que yo traiga, del frío que haga en el caso de las congas, pero en mayor medida depende de mí humor”.