- Uno de los principales deseos del año nuevo es bajar de peso
- Se recurre a píldoras “mágicas”, laxantes y dietas milagrosas
En el comienzo del año, más del 70 por ciento de la población inicia con tres o cuatro kilos adicionales, los cuales se ganaron en un lapso aproximado de 22 días, que es el tiempo en que la gente tiene a su alcance más dulces y comida grasosa.
La jefa del departamento de nutrición del DIF estatal, Claudia Ramírez López, añadió que debido al aumento de peso durante las festividades navideñas, uno de los principales propósitos de año nuevo es bajar los kilos que se ganaron en las posadas y cenas del año pasado, además de los que ya se traían acumulados durante los meses previos.
Explicó que el incremento se debe al fuerte consumo de alimentos con alto contenido calórico, simplemente los carbohidratos de los bolos de dulces se almacenan rápidamente y se convierten en grasa.
Otro causa del aumento es que las comidas son muy grasosas y casi no tienen fibra, pues se opta por las carnes, tamales y postres como los buñuelos, además de que las bebidas son muy azucaradas, tal es el caso de los atoles y el ponche.
El fenómeno se presenta a partir de la adolescencia y se acentúa en los adultos, pues es común que en la temporada decembrina también baje la actividad de las personas, pues muchas de ellas salen de vacaciones y pasan más tiempo sentados viendo televisión.
Comentó que el deseo de llegar a un peso ideal para estar más sanos es muy bueno, sin embargo la clave está en cambiar los hábitos alimenticios y no dejarse llevar por la publicidad de métodos mágicos que prometen reducir hasta tres kilos en una semana, lo cual es totalmente falso.
Resaltó que las pastillas, suplementos, diuréticos y laxantes realmente no hacen bajar de peso, el cliente únicamente pierde líquido y no grasa, que es el objetivo, pues el resultado de ingerir los mismos es provocar una deshidratación.
Indicó que el té de plantas naturales que promete bajar de peso no es tan recomendable, pues la reacción es diurética y laxante, no obstante la pérdida es engañosa debido a que cuando el interesado se sube a la báscula efectivamente pesa menos, sin embargo se deshace de líquido y no de grasa.
Explicó que los laxantes alteran el ritmo normal de los intestinos, como son las hojas de sen, las cuales provocan que el aparato digestivo se vuelva perezoso y tengan por fuerza que seguir tomándolo.
Con respecto a los diuréticos destacó que se afecta el riñón, al cual se le obliga a acelerar su funcionamiento, en pocas palabras “trabaja a marchas forzadas”.
Asimismo algunas personas optan por la sibutramina, una pastilla que inhibe el apetito, sin embargo tampoco es buena, ya que el organismo sufre una descompensación y después viene el “famoso rebote”, en el que la persona gana los kilos que supuestamente perdió más otros adicionales.
En este sentido dijo que la solución para bajar de peso es comer de manera equilibrada y hacer ejercicio, pero si no saben qué tipo de alimentos, el DIF estatal cuenta con el programa Aligérate, a través del cual se ofrecen consultas con nutriólogos a muy bajo costo en el Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS).
